La huída de desarrolladoras y editoras rusas, al menos de cara a la galería, parece preocupar al Gobierno del país. Tal es la situación, que se habla de crear un Electronic Arts ruso que permita atraer talento, evitar que huya y hacer de la compañía protegida por el Estado una potencia mundial en cuanto a videojuegos.
Según informan en PC Gamer, los planes de Rusia para crear un motor propio para crear juegos está en pausa. Han empezado a investigar otras formas derevitalizar su tambaleante industria del videojuego. En una reunión celebrada entre funcionarios y representantes de la industria en el Ministerio ruso de Desarrollo Digital el 15 de diciembre, el Gobierno empezó a considerar un proyecto federal que ha denominado «La industria del juego del futuro». ¿Una de las posibles opciones? «Fundar una Electronic Arts rusa que ayude a agilizar el lanzamiento de juegos rusos de alta calidad».
Según los materiales vistos por Kommersant, las autoridades rusas esperan establecer un nuevo conjunto de instituciones para estabilizar y acorralar el desarrollo de juegos rusos. Además de dos organismos dedicados a la regulación del sector, la investigación y la formación, las autoridades también quieren crear «Rosgame»: Un centro para el «desarrollo estratégico» de la industria rusa del juego, que se centraría en la «regeneración y el desarrollo de la industria», así como en el «desarrollo y publicación de juegos».
Los peces gordos tienen en mente tres posibles escenarios para Rosgame, que van de lo improbable a lo absurdo. El primero, el llamado «escenario de estabilización», prevé una inversión de 7.000 millones de dólares para que la industria del videojuego se recupere y Rusia entre en la lista de los «20 principales países desarrolladores de videojuegos» en 2030. También hay un «escenario ambicioso», que requiere una inyección de 20.000 millones de dólares, lo que supondría un «gran avance de la industria». Kommersant, quizás con ironía, señala que «la esencia [del avance de la industria] no fue revelada» en los materiales que vio.
Dmitry Chernyshenko, Viceprimer Ministro de Turismo, Deporte, Cultura y Comunicaciones de Rusia, aclaró que las autoridades aún no han pensado cómo financiar nada de eso, y que probablemente se propondrán «mecanismos extrapresupuestarios».
Un documento elaborado por la Agencia para el Desarrollo de los Deportes Informáticos y Otros Tipos de Deporte (ARKIVS), entidad sin ánimo de lucro cuyos representantes también asistieron a la reunión de diciembre, proponía algunos objetivos concretos para el proyecto de la Industria del Juego del Futuro. Aparte de establecer una EA rusa, ARKIVS imagina que, para 2030, el desarrollo ruso de juegos habrá ganado mil millones de usuarios extranjeros, habrá producido cuatro motores de juego rusos y habrá [respiración profunda] producido de alguna manera dos nuevas consolas de juegos. Todo ello a pesar de que Rusia sigue sometida a severas sanciones internacionales tras su invasión de Ucrania, y de que muchas empresas de juegos han abandonado por completo el país.
No parece probable, ¿verdad? Si yo fuera un hombre de apuestas, sugeriría que muchos de estos planes se reducirían drásticamente o se congelarían por completo tan pronto como salieran de la zona libre de juicios de las oficinas del Ministerio de Desarrollo Digital. Sin embargo, es interesante observar que los juegos ocupan un lugar lo suficientemente importante en la mente de los ministros rusos -no sólo como sector económico, sino como herramienta de poder blando– como para justificar los múltiples planes propuestos para mantener a flote el juego ruso. Dado que China también está reevaluando su hostilidad hacia los juegos en el contexto de su uso como herramienta de influencia cultural, la actual competencia entre las grandes potencias mundiales podría empezar a afectar a nuestra afición más pronto que tarde. Más de lo que ya lo estaba haciendo.