El port de Resident Evil para Game Boy Color ya es jugable

Una versión casi completa del cancelado port de Resident Evil para Game Boy Color ha salido a la luz tras 25 años. El prototipo alcanza el 98 % y ya puede jugarse.

En los anales de la historia de los videojuegos, hay proyectos que por su ambición rozan lo increíble. Uno de esos casos es el intento —casi mitológico— de llevar el clásico Resident Evil de PlayStation a la portátil Game Boy Color, una máquina de capacidades muy limitadas frente a la potencia de los sistemas de 32 bits de finales de los 90. Aunque aquel port fue cancelado hace más de dos décadas, ahora ha salido a la luz una versión casi completa que los aficionados pueden jugar de forma gratuita.

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La historia comenzó en 1999 cuando Capcom encargó a HotGen, un estudio con experiencia en adaptaciones para la portátil de Nintendo, la tarea de trasladar el survival horror original a un cartucho de Game Boy Color. El desafío era enorme: el título original ocupaba dos CDs y funcionaba sobre hardware muy superior. Pese al reto, el equipo logró una conversión técnica impresionante, con escenarios, personajes y muchos elementos del juego original adaptados a las limitaciones de la portátil.

Sin embargo, tras sucesivos retrasos y problemas, el proyecto fue cancelado hacia mediados de 2000. En aquel momento, la editora Virgin y Capcom optaron por interrumpir el desarrollo, y según recuerda uno de los programadores, la decisión final vino de altos mandos que consideraban que la Game Boy Color no era una plataforma “digna” para una obra así, perdiéndose así la posibilidad de ver aquel port en tiendas.

Con los años, distintas versiones prototipo del juego aparecieron de forma dispersa en Internet, pero ninguna permitía completar la aventura. Esto cambió recientemente cuando Games That Weren’t, una organización dedicada a la preservación de videojuegos, publicó una build que refleja el estado más avanzado del proyecto antes de su cancelación. Según el programador Pete Frith, esta versión está alrededor de un 98 % completa, incluyendo elementos clave como el combate final contra el Tyrant y la secuencia de cierre, lo que la hace potencialmente jugable de principio a fin.

La recuperación de este port ofrece no solo una curiosidad histórica, sino también la oportunidad de experimentar cómo habría sido uno de los mayores desafíos técnicos de la época. Pese a que no se trata de la versión definitiva que habría salido al mercado, sí es el testimonio más cercano de un proyecto que, en su momento, muchos consideraron imposible.

Ahora, décadas después, los seguidores del género pueden explorar por sí mismos ese pedazo de historia interactiva que casi se perdió, recordando a la vez los límites tecnológicos de antaño y la pasión de quienes intentaron superarlos.