La reciente adquisición de Activision Blizzard King por parte de Microsoft ha hecho que la marca Xbox crezca de forma espectacular, de modo que la reestructuración de cargos era inevitable. A partir de ahora Phil Spencer pasa a ser el CEO de Microsoft Gaming, por lo que sigue siendo el máximo responsable de la sección de juegos de los de Redmond. Pero delega responsabilidades en Sarah Bond y Matt Booty.
Sarah Bond pasará a ser la presidenta de Xbox, encargándose tanto del hardware como del software, es decir: los dispositivos, las experiencias de los jugadores y los creadores, la ingeniería, la estrategia, la planificación, los datos, el análisis y el desarrollo empresarial. Spencer ha escrito sobre Bond que para gestionar la plataforma de hoy y construir la plataforma de mañana, estamos reuniendo a los equipos que lo harán posible. Sarah Bond dirigirá este equipo como Presidenta de Xbox, reuniendo a los departamentos de Dispositivos, Experiencias de Jugadores y Creadores, Ingeniería de Plataforma, Estrategia, Planificación de Negocio, Datos y Análisis, y Desarrollo de Negocio.
Por otra parte Matt Booty pasa a ser el responsable de todos los estudios internos de Microsoft Gaming, teniendo la misión de supervisar el desarrollo de cada título para garantizar su calidad. Es fácil intuir que este movimiento se ha hecho para evitar la salida de nuevos Redfall en el futuro. Pese a ello Jamie Leder seguirá dirigiendo ZeniMax, aunque bajo la supervisión de Booty. Los grandes juegos son fundamentales para todo lo que hacemos. Creemos que una organización ampliada de contenidos de juegos – una que permita a Xbox Game Studios y a los estudios de desarrollo de ZeniMax colaborar de forma efectiva – empoderará esos estudios de clase mundial a hacer su mejor trabajo para hacer crecer nuestro portfolio de juegos que los jugadores adoran, dice Spencer.