La inminente serie ASUS ROG Xbox Ally marca un punto de inflexión en el mercado de consolas portátiles. Desarrollada junto a Microsoft, esta línea se presenta como una versión “consolizada” de un PC con Windows 11. El objetivo es claro: ofrecer acceso completo al ecosistema Xbox y a todo el catálogo de juegos de PC. Se lanza en dos variantes, la estándar y la más avanzada, llamada ROG Xbox Ally X. Ambas estarán disponibles desde el 16 de octubre de 2025. Aunque no hay precios oficiales, se estima que el modelo base rondará los 600 euros y el superior alcanzará los 900 o más.
La diferencia entre ambas versiones se encuentra en el hardware y lo que este puede hacer. El modelo básico incorpora un procesador AMD Ryzen Z2 A, 16 GB de RAM, 512 GB de almacenamiento SSD y una batería de 60 Wh. La versión X sube el listón con un AMD Ryzen AI Z2 Extreme, 24 GB de RAM, 1 TB de SSD y una batería de 80 Wh. Este salto técnico permite un rendimiento entre un 10 y un 15 % superior, además de una mayor eficiencia energética. También se añaden los impulse triggers, gatillos hápticos que mejoran la respuesta en juegos de conducción o disparos.

La integración con Xbox Game Pass es total. Se puede acceder al catálogo completo mediante streaming con Xbox Cloud o instalación directa desde la app de Xbox en Windows 11. Al tratarse de un PC, también se pueden ejecutar títulos de Steam, Epic, GOG y adaptaciones de PlayStation disponibles en esta plataforma. Esto convierte la ASUS ROG Xbox Ally en una consola con acceso prácticamente ilimitado a juegos. A la espera de ver si se puede instalar Steam OS de manera sencilla y paralela, sin renunciar a Windows 11 del todo.
En comparación con la Steam Deck, la Ally ofrece un rendimiento superior gracias a sus procesadores más modernos, mayor memoria y mejor gestión térmica. La versión X, con su chip Z2 Extreme, permite jugar con configuraciones gráficas más exigentes y mayor estabilidad de fotogramas. Frente a la Lenovo Legion Go o modelos de MSI y otros fabricantes, la Ally destaca por su integración directa con Xbox y Game Pass, lo que facilita el uso sin ajustes complicados. Aunque la competencia presume de pantalla más grande, OLED y otras bondades, así como mandos desmontables, la Ally apuesta por un diseño compacto, potencia equilibrada y software optimizado.
Respecto a las consolas Xbox Series S y X, la Ally no iguala su potencia bruta, pero compensa con portabilidad. Ejecuta los mismos juegos en formato digital, tanto instalados como en la nube, lo que la convierte en una opción híbrida. Ofrece una experiencia cercana a la consola doméstica, pero lista para llevar en cualquier mochila.
En cuanto al diseño, ASUS ha trabajado en un chasis curvado y ligero, con agarres traseros que mejoran la comodidad en sesiones prolongadas. Comparada con la Steam Deck, se siente más compacta y menos voluminosa. Frente a la Legion Go, ofrece un diseño más sencillo y equilibrado sin perder ergonomía. Los impulse triggers de la versión X aportan una respuesta táctil adicional que refuerza la inmersión.
La ASUS ROG Xbox Ally se posiciona como una de las consolas portátiles más ambiciosas del momento. La versión básica ya supera a varias competidoras directas, mientras que la versión X amplifica esa ventaja con más potencia, autonomía y detalles ergonómicos. La integración con Game Pass, el acceso a múltiples tiendas digitales y un diseño pensado para largas sesiones la convierten en una plataforma única para quienes buscan rendimiento sin renunciar a la movilidad.