24 noviembre, 2024

Ya está aquí, ya llegó el juego más esperado por los poseedores de una Xbox Series X. La segunda parte de Hellblade: Senua’s Sacrifice, uno de los exclusivos más cacareados de MicroSoft y, de paso, el nuevo referente visual de esta generación. Las imágenes que nos ha mostrando Ninja Theory a lo largo de los últimos años nos mostraban un nuevo pico gráfico, aunque Ubisoft nos ha enseñado (por las malas) que nunca te puedes fiar de un tráiler. Y luego está el tema de la jugabilidad, el primer juego ya era bastante flojo en este aspecto.

Así que hoy podemos responder a estas dos cuestiones: ¿Son los gráficos de Hellblade 2 tan espectaculares como nos prometieron? ¿Ha sabido este talentoso estudio inglés mejorar la jugabilidad de su saga?

Senua's Saga  Hellblade II World Premiere Trailer at The Game Awards 2023

Al grano

Sin más dilación: Sí a la primera y no a la segunda. Hellblade 2 es el juego más espectacular de esta generación, hasta el momento. Para un servidor existen dos momentos en los que he pensado «merece la pena haberme comprado esta consola», dos títulos que han subido la calidad gráfica un peldaño más allá respecto a lo visto hasta ese momento.

El primero fue Ratchet and Clank en 2021 y el segundo es Hellblade 2, que ha puesto el listón aún más arriba. Por medio ha habido otros muchos juegos que han mejorado un poco lo visto en el juego del Lombax y su amigo robótico. Algunos ejemplos son Alan Wake 2, Forza Horizon, Spider-Man 2 o Ghostwire Tokyo, del difunto estudio Tango Works.

Ninguno de ellos había supuesto un salto tan brutal como el que da Hellblade 2. La excelencia gráfica alcanzada por Ninja Theory no se la quita nadie. La primera aventura de Senua también fue un salto cualitativo en este aspecto, pero lo conseguido con esta continuación es una exageración.

No penséis que esas bandas negras aparecen sólo en las escenas, están ahí todo el rato

Esto es espectacular, pero…

Este es el típico juego que si te lo ve jugar un amigo no gamer pensará que estás viendo una película. Bueno… tus padres lo pensarán, tus amigos lo pensarán… y puede que tú también tengas la sensación de estar viendo una película. Y ahí está el problema: los juegos son para jugarlos. Los gráficos son la hostia muy bonitos, pero no lo son todo.

Senua’s Sacrifice tenía una serie de puzles visuales que en este Hellblade 2 se han conservado y mejorado. Además encontramos nuevos enigmas que resolver que implican otros trucos visuales que te hacen un nudo en el cerebro y que parecen estar sólo al alcance de esta gente. Incluso nos encontramos con una serie de bosses, por llamarlos de alguna forma, cuya forma de ser vencidos es también diferente. Pero nos encontramos con que los escenarios que recorremos buscando runas son menores. Mucho más detallados, qué duda cabe, pero más pequeños. Esto se siente un paso atrás, aunque entiendo que se debe a querer facilitar las cosas al jugador.

De la misma manera los combates también parecen peores que en el primer Hellblade. Son mucho más espectaculares y cada choque de espadas se siente como un puñetazo en los oídos, sin embargo ahora son más lentos. No he dicho más pausados y estratégicos, las palabras que los define es lentitud y espectacularidad.

Existe una variedad de enemigos mucho mayor, con sus estrategias diferenciadas y sus golpes coreografiados que arrancarán más de un aplauso, pero sigue sin emocionar. En lugar de mejorar el punto más discutido de su primera parte, Hellblade 2 empeora el combate, sin llegar a convertirlo en una experiencia frustrante ni mucho menos, pero perdiendo la oportunidad de convertirse en una parte divertida.

Un pasito palante Senua…

Para colmo ahora Senua se transforma en Bruce Lee y, aunque le rodee un grupo de enemigos, se enfrentará a sus rivales de uno en uno. Y sin correr, se acabó lo de salir corriendo y plantarle una patada en la boca del estómago a tu contrincante, aquí todo es más pausado y pesado. En general toda la jugabilidad de esta segunda aventura de Senua es una oportunidad desperdiciada.

Ninja Theory se ha centrado en el apartado gráfico, creando un auténtico titán que se convierte en el nuevo techo gráfico. Que sí, que va a 30 fps y no tiene modo rendimiento, pero es que no se echa en falta en absoluto. Bajar la calidad visual de este juego para que vaya un poco más fluido sería una aberración. Tampoco es que nos vayamos a creer que va a 30 frames por segundo para ser más cinematográfico, que no somos tontos.

Aquí se ha jugado la carta de la calidad gráfica en lugar de la suavidad porque ni siquiera una Series X podría mover esta salvajada a 60 fps. Además su jugabilidad no es que pida reflejos, ni mucho menos. Hellblade 2 se disfruta con los ojos, no con los dedos. Es algo a medio camino entre un walking simulator y un juego que se pasa de torpe.

Una buena tarde la tiene cualquiera

Además nos queda un último tema importante que también va a ser polémico: dura poco. En una tarde un poco larga recorres toda la historia y luego te olvidas de él. Hay a quien esto le parecerá poco y otros, como yo, opinarán que es la longitud ideal para un juego. Claro que el hecho de considerarlo de longitud idónea viene apoyado en el hecho de que está incluido en Xbox Game Pass. Si pago ochenta euros por él y lo termino en seis horas es posible que me cague en su… que mi humor empeore.

Tiene coleccionables escondidos que es muy posible que no recojas en la primera partida, pero personalmente no me parecen algo que me vaya a hacer repetir Hellblade 2 en los próximos días o semanas. Seguramente dentro de un año lo vuelva a jugar, con el aliciente de que es corto y bonito. Lo haré igual que me volveré a poner ciertas películas que han dejado buen recuerdo y que sé que me van a mejorar una tarde aburrida.

Entonces qué… ¿lo recomiendas?

Si estás abonado a Game Pass sí. De hecho en ese caso seguro que ya lo has jugado. Y si no estás abonado, aprovecha alguna oferta, lo juegas y de paso echas un vistazo al extenso catálogo que ha llegado antes que Hellblade 2. Es el nuevo juego a batir en cuanto a gráficos. Y oye, la historia está bien. No es que te vaya a dejar una huella profunda en el alma, pero entretiene e incluso emociona en algunos momentos. Vas a estar más rato mirando lo bien hecho que está todo que jugando, pero el espectáculo bien merece la pena la descarga.

Hellblade 2 va a ser pasto de ese cáncer anacrónico que existe en el videojuego actual que son las notas en los análisis. Como gráficamente es apabullante y además un exclusivo de Xbox le van a caer muchas notas de cien. Como jugablemente es flojo y sigue siendo exclusivo de Microsoft también le van a poner notas mediocres para llamar la atención y atraer visitas. No se merece ni una cosa ni la otra. En cuanto a gráficos es precioso y en cuanto a juego… es… es bonito de ver.

Te gustará si:

  • Te pone burro que tu consola mueva cienes y cienes de millones de polígonos con reflejos y movidas to guapas.
  • Los juegos de Kojima te parecen el sumun de la jugabilidad.
  • Estás abonado a Game Pass o buscas una excusa para abonarte un mes.
  • Te gustó el primer Hellblade.

No es para ti si:

  • Buscas un título que te rete en lo jugable.
  • Das más importancia a la jugabilidad que a los gráficos.
  • Te gustó el primer Hellblade pero esperas algo mejor en todo.

By Ché Sáez

Maestro del hipérbaton, señor de las bestias, inventor del humor sin gracia, dixlésico y taaa...rtadmudo.

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