13 agosto, 2025

Heartworm: un viaje nostálgico al horror de los noventa

Heartworm es un survival horror que remite directamente a la era de la PlayStation 1 y el primer Resident Evil tanto en estética como en atmósfera. El diseño remasterizado imita la textura granulada de los 32 bits, las cámaras fijas y los gráficos low-poly, sin quedarse en la mera nostalgia. En cambio, capitaliza esas limitaciones para construir tensión y desconcierto visual de una manera brillante. Su autor, Vincent Adinolfi, se presenta como alguien a quien tener en cuenta en el futuro.

Heartworm – Primeros minutos (sin comentarios) | Aterrador, retro y lleno de misterio

La historia nos pone en los zapatos de Sam, una joven que, incapaz de superar la muerte de su abuelo, se adentra en una antigua casa montañosa que supuestamente conecta con lo sobrenatural. Este cliché sirve como excusa para narrar una historia profundamente emocional sobre duelo, culpa y arrepentimiento. Lo potente de Heartworm no está en lo que muestra, sino en lo que sugiere, y en cómo logra transmitir miedo sin depender de jumpscares evidentes.

Lo que lo hace especial

Heartworm no busca ser el survival horror más aterrador, sino el más melancólico. Es una experiencia breve (aproximadamente 4–6 horas), pero intensa, que combina nostalgia estilística con una carga emocional notable. Si bien no reinventa el género, lo revisita desde una perspectiva íntima que explora el duelo y la memoria, más que el miedo al monstruo.

Ideal para quienes valoran: la atmosfera, el diseño emocional, la estética retro y puzzles coherentes.
Menos recomendable para quienes buscan: acción intensa, violencia explícita o terror visceral.

Lo mejor del juego

  • Atmosfera evocadora: El juego destaca por su ambientación sugerente —pisos vacíos, pasillos desolados, sonidos casi imperceptibles— que generan inquietud sin necesidad de sustos repentinos.
  • Narrativa emocional silenciosa: En lugar de fantasmas tradicionales, Sam confronta los “fantasmas internos”, recuerdos que duelen más que cualquier criatura. El uso de notas y el diseño ambiental permiten que la historia emerja sin diálogos explícitos.
  • Puzzles bien integrados: Desde acertijos de llaves hasta secuencias musicales (como un piano), el sistema está bien equilibrado: ponderado, lógico y en sintonía con la temática del juego.
  • Combate creativo: En lugar de armas convencionales, Sam utiliza una cámara para aturdir o eliminar entidades, alternando entre cámaras fijas y primera persona de forma fluida. Es una mecánica original que funciona bien dentro de su contexto.

Áreas a mejorar

  • Enemigos poco intimidantes: Las criaturas, aunque visualmente interesantes, no resultan especialmente amenazantes. Una vez identificado su patrón, pierden gran parte del impacto.
  • Combate limitado: El sistema de cámara como arma, aunque original, se siente subexplotado y poco desafiante en su ejecución práctica.
  • Falta de clímax claro: A pesar de los esfuerzos narrativos, algunos finales o momentos clave pueden sentirse difusos o emocionalmente inconclusos, restando potencia al desenlace.

Conclusión

Heartworm es un homenaje sensible al horror de antaño, que sobrevive más por lo que sugiere que por lo que muestra. Es un juego más triste que aterrador, más poético que impactante. Ideal para quienes desean una experiencia reflexiva que explore el dolor humano desde una perspectiva audiovisual evocadora.

Te gustará si amas el retro y los primeros juegos de terror 3D, como Alone in the Dark, Resident Evil o Doctor Hauzer.

Por Ché Sáez

Maestro del hipérbaton, señor de las bestias, inventor del humor sin gracia, dixlésico y taaa...rtadmudo.

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