El regreso de la saga con Ninja Gaiden 4 marca un punto de inflexión que ya está disponible en Xbox Game Pass. La colaboración entre Team Ninja y Platinum Games genera expectativas altas. El resultado se acerca a lo deseado en combate, pero tropieza en otros aspectos. El sistema de lucha, como destacamos en el análisis de Ninja Gaiden 4, es lo más trabajado. La velocidad, agresividad enemiga y variedad de técnicas convierten cada enfrentamiento en una prueba de reflejos y estrategia. La presión constante obliga a reaccionar, no a memorizar patrones. El ADN de la franquicia se mantiene intacto, con añadidos que enriquecen sin desvirtuar. Gracias por todo, Itagaki, tu legado promete ser siempre la referencia.
Tras ver a Ryu Hayabusa, del clan Hayabusa, salvar el mundo una vez tras otras, ahora le toca a Yakumo. El nuevo protagonista hereda técnicas clásicas como Flying Swallow e Izuna Drop. Estas permiten eliminar enemigos con precisión quirúrgica. Las técnicas definitivas, que absorben esencia para ejecutar combos, también están ahí. El arsenal se amplía con armas que transformar mediante la Bloodraven Form. Esta mecánica, inspirada en los ataques pesados de Bayonetta, añade profundidad táctica. Al activar esta forma, el arma cambia por completo. Se vuelve más lenta pero capaz de romper defensas y cancelar ataques especiales enemigos. El sistema exige gestionar bien el medidor de sangre, que se agota rápido. Usarlo mal penaliza. Hacerlo bien recompensa con un control total del combate.

El diseño de enemigos refuerza esta dinámica de combate que resulta familiar. No esperan turno. Atacan desde fuera de pantalla, encadenan agarres, bloquean ataques básicos y se agrupan para intentar saturar. La inteligencia artificial castiga la repetición y obliga a variar nuestras técnicas, a improvisar, a dominar cada arma. Aquí brilla la experiencia conjunta de los dos estudios involucrados en el desarrollo. La fluidez de Team Ninja se mezcla con la espectacularidad de Platinum. El resultado es un baile lleno de sangre que exige precisión y estar siempre pendientes del entorno.
Uno de los elementos más interesantes que pueden encontrarse son ciertas partes accesorias u ocultas, niveles completos. Desafíos opcionales que incorporan una mecánica original antes de iniciar el reto. Cuanto mayor sea la penalización de salud, mayor será la recompensa obtenida. Estos combates destacan por ser los más intensos y exigentes del juego, ofreciendo una experiencia especialmente gratificante al superar la dificultad máxima y recibir una recompensa acorde al esfuerzo realizado. Esas monedas que luego podemos usar para mejorar son uno de los toques que elevan el interés por seguir adelante. Eso y unos enemigos finales muy de Platinum que chocan con lo que es habitual en Team Ninja. Esto es fruto de una colaboración bien llevada.
Como nada es perfecto, no todo funciona igual de bien. La historia de Ninja Gaiden 4 no nos convence. Yakumo, miembro del Clan Cuervo, inicia su misión con un objetivo claro. Pero pronto se lía con una sacerdotisa que debe sellar al Dragón Oscuro que vemos en el cielo de Tokyo desde un principio. La campaña viene a durar unas diez horas si no nos atascamos, algo que es tradición en la saga. El guion intenta emocionar, pero no nos llega a tocar la patata por un acabado técnico que está por detrás de lo esperado. Ojo, es uno de los lanzamientos más fluidos que recordamos. Pero los diálogos entre personajes carecen de carisma, que solo salva un poco poner las voces en japonés y hacer un esfuerzo. Yakumo apenas habla. Gruñe, amenaza, confirma objetivos. No parece que quieran crear una saga con él de protagonista. Parece un estereotipo sin evolución como lo era Mad Max en Fury Road.

Desbloquear todas las habilidades y técnicas requiere una inversión considerable de tiempo y repetición. Aunque el juego ofrece muchas opciones para mejorar armas y habilidades, los costes son elevados y los recursos no se obtienen con suficiente rapidez en una sola partida, lo que obliga al jugador a repetir niveles, completar desafíos opcionales y farmear monedas para progresar. Esto puede resultar tedioso para quienes buscan desbloquear todo sin múltiples recorridos, aunque para otros representa un incentivo para explorar y dominar el juego a fondo. Pero, bueno, un Ninja Gaiden siempre ha sido una máquina de quemar horas hasta lograr la perfección. Así que no hay queja por nuestra parte.
La sombra de Ryu Hayabusa es alargada… Nos gustaría que fuera más protagonista de lo que realmente es en el juego. Porque sí, podremos recorer los mismos escenarios, enfrentarnos a los mismos jefes, pero con menos opciones. Es un guiño, menos interesante de lo esperado y sus técnicas Ninpo están recicladas. Solo sirve para alimentar la nostalgia.
El diseño de niveles tampoco destaca. Lineales, sin secretos y con una verticalidad algo limitada, por mucho que tengamos técnicas para escalar. La ambientación cumple, pero no sorprende. La dirección artística se mantiene en un nivel homogéneo todo el tiempo. No hay momentos memorables ni escenarios que inviten a explorar. Se nota que el foco estuvo en el combate y en hacer todo rápido, fuido incluso en equipos con pocos recursos. Lo demás acompaña sin brillar, incluso en PC poniendo todo al máximo.
A pesar de estos puntos menos positivos, el núcleo jugable de Ninja Gaiden 4 justifica su existencia y es un regalo desde el principio, al menos para quien esperaba con ganas un título de la saga. El sistema de lucha es de los mejores del género. La dificultad, el ritmo, la variedad de herramientas y la agresividad enemiga crean una experiencia intensa. El legado de Itagaki se respeta. La esencia se conserva. La aportación de Platinum refuerza sin eclipsar. El resultado es un título imperfecto pero imprescindible para quienes valoran la acción pura. Además, viene lleno de opciones para automatizar la cámara o dejarla en manual. Detalles que dan un aire más clásico a la experiencia, según se quiera.

Lo que nos ha sorprendido muy gratamente es el rendimiento técnico del juego en consolas actuales y PC de gama de entrada, incluso con hardware gráfico de hace un lustro y más. La tasa de fotogramas se mantiene estable incluso en los combates más caóticos. La optimización demuestra el cuidado en el apartado técnico. No hay caídas ni errores graves. El control responde con precisión milimétrica. Esto refuerza la sensación de dominio que exige el sistema de lucha.
En resumen, Ninja Gaiden 4 no revoluciona, pero sí reafirma y nos ayuda a olvidar la tercera entrega numerada que llegó a Xbox One (no del todo… aún duelen sus golpes). El combate es su alma. Lo demás queda en segundo plano. Si buscas narrativa profunda o diseño innovador, no lo encontrarás. Pero si valoras la acción exigente, directa y brutal, este título cumple con creces.
Disfrutarás con esto:
- Sistema de combate excelente: rápido, exigente y con gran variedad táctica.
- Herencia respetada: se mantiene el ADN de la saga con aportes de Platinum Games.
- Desafíos opcionales intensos: recompensan el riesgo con mejoras significativas.
- Rendimiento técnico sobresaliente: fluido incluso en PC de gama media/baja.
- Control preciso: refuerza la sensación de dominio en cada enfrentamiento.
Te chocará ver esto:
- Historia floja y poco emotiva: guion confuso y protagonista sin carisma.
- Diseño de niveles plano: lineales, sin momentos memorables.
- Aparición de Ryu Hayabusa desaprovechada: reciclaje de técnicas y poco protagonismo.
- Ambientación sin sorpresas: dirección artística correcta pero sin impacto visual.
Ficha técnica de Ninja Gaiden 4 | |
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Nombre | Ninja Gaiden 4 |
Desarrolladores | Team Ninja / Platinum Games |
Distribuidora | Koei Tecmo |
Plataformas | PS5, Xbox Series X|S, PC, Xbox Game Pass |
Fecha de lanzamiento | 15 octubre 2025 |
Duración estimada | 10-12 horas |
Modo de juego | Un jugador |
Resolución y FPS | 4K / 60 FPS estables |
Precio | 59,95 € |