Conocemos detalles varios sobre el desarrollo de Assassins Creed Origins, gracias a un extenso artículo en la revista GameInformer. Con la confirmación de rumores, fechas y mucho más.
El trabajo en Assassins Creed Origins empezó en 2014, según parece. Así que veremos un título que lleva tres años de desarrollo, a diferencia de las entregas anuales que apenas disfrutaban de un par, real. La frase ha quedado de aquella manera, pero reconoce que desde AC III no has disfrutado mucho de la saga, más allá de los abordajes piratas.
Las buenas noticias del desarrollo de Assassins Creed Origins siguen con un apartado visual que sí parece novedoso. Una capa de pintura nos da la sensación de estar ante un juego diferente a los anteriores. Con el Sol de Egipto y la cultura Ptolomeica, junto a muchos elementos que dan sensación de vida, de un mundo complejo.
Detalles del desarrollo de Assassins Creed Origins
Nos encanta cómo se ve todo en el reportaje de GameInformer. Pero, claro, el papel siempre da una pátina de exotismo que se pierde en pantalla. Aún así, parece que el juego tiene marcados los 30 fps, que serán 4K en Scorpio, aunque a esa misma tasa de imágenes por segundo.
Egipto, como ambientación, sale de reuniones tras Black Flag. Un tiempo que marcó el declive de la saga en cuanto a calidad, con el descalabro posterior de AC Unity y sus problemas técnicos. La fundación de la Hermandad, pirámides desde las que no nos imaginamos saltos de Fe y muchos monumentos aún en construcción prometen variedad. También, la exploración en busca de tesoros y misterios ancestrales. La verdad es que Egipto siempre nos ha gustado para un Assassins Creed y echábamos de menos uno de la serie principal en este entorno.
Dicho esto, nos queda mucho por saber del desarrollo de Assassins Creed Origins. Tenemos marcado ya el 27 de octubre para ver sus distintas versiones, sobre todo la coleccionista. Pero sabemos que habrá mejora de habilidades, multijugador y animales que lucharán entre ellos, aparte de ponernos la vida difícil dentro y fuera de los ríos. Porque, en Egipto, no solo está el Nilo, por mucho que nos llame navegarlo o verlo a vista de halcón.