Que en 2012 se pensaban maravillas de la siguiente generación de Xbox o PlayStation no es un secreto. Pero los desarrolladores que piensan en el lanzamiento de Dying Light parece que estaban un poco desorientados incluso cuando presentaron su juego hace un año. Sus objetivos de hardware parecían ser muy diferentes de los que al final llegaron, al menos, en cuanto a gráficos y arquitectura de las consolas. De ahí que ahora veamos cómo necesitan más tiempo para el lanzamiento, nada menos que hasta febrero de 2015.
Dying Light fue uno de los juegos que nos sorprendieron en el E3 2013. No solo por la libertad de movimientos, sino por su distancia de dibujado, el nivel de detalle y, sobre todo, los ciclos de día y noche que lo cambiaban todo. Desde entonces, hemos visto el juego en presentaciones que usaban ordenadores a la última, con el mejor hardware posible sobre una única tarjeta gráfica. Es decir, varias veces por encima de una Xbox One o PS4 en capacidad de visualización. Pero, ¿cómo van a meter esto en las consolas de nueva generación, que llevan ya seis meses con nosotros?
La respuesta a la pregunta del párrafo anterior es sencilla, con tiempo y mucho trabajo. El necesario para entender la arquitectura de, por ejemplo, las memorias intermedias de Xbox One y sus unidades de proceso. En esto, Microsoft puede tener un papel muy importante, pues de la ayuda de sus ingenieros puede depender que estemos ante uno de los juegos del 2015. Y sí, el título de Techland se retrasa definitivamente.
Desde el equipo de desarrollo hablan de un proceso de mejora que no para en el apartado de la jugabilidad. Correr, saltar e investigar cada rincón del escenario implica que todo esté en su sitio y que el juego reaccione bien. No puede haber zonas en que falle, pues rompería la inmersión. Imagina, por ejemplo, una azotea a la que aparentemente se pueda subir, pero donde no funcione el sistema de agarre o elementos del escenario que no reaccionen de la forma esperada. Es algo en lo que con Asssassin’s Creed, por ejemplo, tienen mucha experiencia y han hecho falta muchas entregas para depurar las mecánicas.
Dying Light parece beber mucho de Dead Island y seguramente sea un paso fundamental para ver un Hellraid espectacular. Pero la interacción con el escenario es mucho más compleja que en cualquier juego anterior de Techland. ¿Les ha pillado el toro?
De momento, a la productora, Warner Bros. Interactive Entertainment no parece importarles demasiado que el juego se retrase. Lo importante parece ser que el juego llegue en perfectas condiciones y que sea un éxito lleno de parkhour y zombis. Así que nos toca esperar un poco más para ver otro de esos juegos que prometían la llegada, de verdad, de la nueva generación, con aspectos «imposibles» en la anterior. ¿Confías en una fecha próxima para el lanzamiento de Dying Light en Xbox?
Los comentarios están cerrados.