Tras casi tres años de fase de acceso anticipado, esta pequeña maravilla fabricada por Stray Fawn Studio por fin llegará al gran público en su estado final este jueves 17 de julio. En XboxManiac hemos podido jugar esta versión definitiva y os contamos qué os vais a encontrar.
El género de la estrategia y la construcción de ciudades ha visto numerosas iteraciones a lo largo de los años, pero de vez en cuando surge un título que consigue darle un giro refrescante a sus mecánicas clásicas. The Wandering Village es precisamente uno de esos casos. Su propuesta no solo resulta original en lo conceptual, sino que está respaldada por una jugabilidad sólida y una atmósfera tan particular como envolvente.
Una idea brillante: civilización sobre una criatura colosal
Lo primero que llama la atención de The Wandering Village es su premisa: construir y gestionar una aldea que viaja a lomos de una criatura gigante llamada Onbu, en medio de un mundo post-apocalíptico plagado de peligros y entornos hostiles. Esta idea, que podría parecer extravagante sobre el papel, está ejecutada con una naturalidad y coherencia admirables.
Lejos de ser un simple escenario decorativo, Onbu es un elemento central en la experiencia de juego. La relación simbiótica que se establece con esta criatura añade una capa estratégica y emocional que no suele encontrarse en el género. Cuidar de su salud, interpretar sus señales y decidir si cooperar o imponer nuestra voluntad se convierte en parte esencial de la supervivencia de la aldea.

Gestión, decisiones y adaptación constante
A nivel jugable, The Wandering Village ofrece todos los ingredientes que cabría esperar de un buen city builder: gestión de recursos, optimización del espacio, planificación a medio y largo plazo y toma de decisiones constantes. Sin embargo, la particularidad del entorno dinámico eleva la dificultad y mantiene al jugador en un estado de alerta permanente.
El terreno cambia, los biomas se suceden, y con cada nuevo paisaje llegan retos distintos: es necesario adaptarse a condiciones meteorológicas adversas, enfermedades, escasez de alimentos y otros peligros. Cada elección, desde la ubicación de un edificio hasta la forma en que nos relacionamos con Onbu, tiene consecuencias tangibles. El juego recompensa la previsión, pero también exige flexibilidad para sobrevivir a lo inesperado.

Un viaje tan visual como emocional
En el apartado visual, el juego derrocha encanto. Su estilo artístico mezcla lo orgánico y lo fantástico de forma muy cuidada, con animaciones que transmiten vida tanto en los habitantes de la aldea como en el propio Onbu. A ello se suma una banda sonora serena, que refuerza el tono contemplativo de la experiencia y acompaña bien tanto los momentos de calma como los de tensión.
Conclusión
The Wandering Village es una propuesta fresca dentro de un género donde innovar no es tarea fácil. Su combinación de construcción, exploración y vínculo emocional con una criatura viva lo convierte en un título especialmente recomendable para quienes buscan algo distinto.
Es para ti si:
- Eres amante de los juegos de estrategia, la gestión de recursos y las experiencias pausadas pero desafiantes.
- Te gusta el estilo visual Ghibli.
No te lo aconsejamos si:
- Tú lo que quieres es pegar tiros para relajarte. Prueba Viscerafest.
Future Friends Games nos ha enviado un código de prensa a través de PressEngine para que juguemos a The Wandering Village en una Steam Deck.