La mítica recreativa Snow Bros. 2 vuelve con mejoras sustanciales en forma de remake. Este arcade lanzado originalmente en 1994 por Toaplan (los que más tarde formarían parte del núcleo creativo de CAVE) supuso el cierre de la serie clásica protagonizada por los entrañables hermanos de nieve. A diferencia de su predecesor, esta secuela introdujo una gran cantidad de cambios y añadidos que, si bien buscaban ampliar la experiencia jugable, no lograron capturar del todo la magia de la primera entrega. Y es que, como bien saben los amantes del retro, a veces menos es más, y en el caso de Snow Bros., esa máxima cobra especial sentido.
Ahora, con el lanzamiento de Snow Bros. 2 Special para Steam y Nintendo Switch, tenemos la oportunidad de revisitar este clásico desde una nueva perspectiva. Este remake no solo actualiza el apartado técnico, sino que también incluye una buena dosis de contenido extra pensado tanto para nuevos jugadores como para los nostálgicos de siempre. Pero, ¿consigue este lavado de cara devolverle la gloria perdida? Vamos a analizarlo.
La mecánica principal del juego sigue intacta: cubrir a los enemigos con nieve hasta convertirlos en bolas y lanzarlas para arrasar con el resto. Esta fórmula, simple pero efectiva, sigue resultando tremendamente satisfactoria, sobre todo cuando conseguimos eliminar a varios enemigos con un solo disparo de nieve. La sensación de limpieza de pantalla sigue ahí, con ese puntito arcade que engancha.

Una de las principales novedades de esta versión especial es la inclusión de múltiples personajes jugables, cada uno con habilidades únicas como ataques de viento, relámpagos o proyectiles de fuego. Este añadido aporta variedad a la jugabilidad, aunque no todos los personajes resultan igual de útiles o equilibrados, y algunos pueden sentirse más como un extra simpático que como una verdadera alternativa estratégica.
Gráficamente, el salto es evidente. Snow Bros. 2 Special se presenta con un estilo visual renovado, más cercano a la ilustración digital o al dibujo animado, manteniendo la esencia de los diseños originales pero con un acabado más limpio y moderno. Para muchos, este nuevo look puede ser atractivo y accesible; para otros, especialmente los fanáticos del pixel art clásico (como es mi caso), puede resultar difícil de digerir en un primer momento. Sin embargo, tras unas cuantas partidas, este nuevo estilo se deja querer y termina por integrarse de forma natural en la experiencia.

Además del lavado de cara, el juego incorpora varias mejoras: personajes desbloqueables, cofres secretos repartidos por los niveles, nuevos modos de juego y jefes finales con fases adicionales que añaden algo de complejidad al combate. Un detalle que los fans agradecerán especialmente es la recuperación de los avatares japoneses originales para los protagonistas, reemplazando las inquietantes fotos de bebés maquillados que tuvimos que soportar en la versión europea original. Un pequeño cambio, sí, pero significativo en términos de fidelidad al material fuente.
Snow Bros. 2 Special es, ante todo, un juego que apela directamente al corazón de los jugadores veteranos, de aquellos que crecieron entre recreativas y que ahora miran el pasado con una mezcla de cariño y nostalgia. Su modo multijugador, que permite hasta cuatro jugadores simultáneos, refuerza ese espíritu cooperativo que tan bien funcionaba en los salones arcade, ofreciendo partidas caóticas y divertidas que pueden sacar más de una carcajada.
Sin embargo, no todo es nieve y color de rosa. A pesar de sus esfuerzos por actualizarse, el juego sigue arrastrando algunas de las carencias del original. El diseño de niveles puede resultar repetitivo, algunas fases frustran por su dificultad mal calibrada y los jefes, aunque vistosos, tienden a ser demasiado similares entre sí. Por otro lado, la experiencia puede parecer anticuada para quienes no tienen un vínculo emocional con la saga, y es probable que los nuevos jugadores no encuentren aquí el mismo encanto que nosotros le atribuimos por pura nostalgia.

En conclusión, Snow Bros. 2 Special es un título entretenido, ideal para partidas rápidas y cargado de guiños a una época dorada del arcade. No es un remake revolucionario ni una joya oculta que redescubrir, pero cumple con su función de rendir homenaje a un clásico. Los fans del original seguramente lo disfrutarán con una sonrisa, mientras que el público general podría sentirse más tentado por otras opciones retro más pulidas y equilibradas.
Es para ti si: eres un jugador que ya peina canas (o aire).
No te lo recomendamos si: necesitas juegos con una historia profunda.