Me he adentrado en el mundo de Klaus Lee: Thunderballs, una joya de plataformas en 2D que rinde homenaje a los héroes de acción de los 80 y a los clásicos videojuegos de antaño (en especial al clásico H.E.R.O. de Activision. Este título, que llega de mano de Nukklear y está disponible en varias plataformas, me ha ofrecido una experiencia adictiva que evoca la simplicidad y el pulido de los juegos retro, sin la frustración de sus antecesores.
Desde el primer momento, me puse en la piel de Klaus Lee, un personaje que me recordó a los intrépidos héroes de los años 80. Equipado con un jetpack, dinamita y un láser ocular, mi misión era navegar a través de más de 100 niveles únicos. El control del jetpack es sorprendentemente preciso, lo que me permitió esquivar pinchos, llamas y enemigos en el aire con una agilidad que rara vez encuentro. La dinamita resultó ser fundamental para despejar caminos y derrotar a los adversarios, mientras que el láser, aunque con un alcance limitado, fue clave para desintegrar a los enemigos más débiles.
El diseño de los niveles es, sin duda, uno de sus puntos fuertes. Cada etapa es compacta y está cuidadosamente elaborada, lo que me animó a repetir «solo una etapa más». Estos niveles exigían que utilizara todas mis herramientas para superar peligros, encontrar llaves, resolver puzles y rescatar mineros atrapados. La combinación de plataformas, resolución de acertijos y peligros ambientales está muy bien equilibrada, ofreciendo un desafío constante que requería de habilidad y adaptación. A pesar de que los puzles suelen ser directos, la presencia de enemigos y trampas hacía que cada avance fuera una victoria.

Visualmente, el juego me transportó a una especie de remasterización de los años 80, con una estética limpia, pulida y con toques de neón que encajan perfectamente con su estilo retro. La música enérgica y los efectos de sonido cómicos contribuyeron a una experiencia nostálgica y divertida.
La rejugabilidad es otro aspecto que me enganchó. Más allá de completar los niveles, me esforcé por superar mis tiempos anteriores y conseguir las codiciadas medallas de oro. Además, la inclusión de un editor de niveles integrado es un gran acierto, permitiéndome explorar creaciones de otros jugadores, lo que añade una vida útil considerable al juego.

En resumen, Klaus Lee: Thunderballs me demostró que no se necesita un presupuesto gigantesco, un gran estudio o actuaciones de voz para crear una experiencia de juego fantástica. Es un plataformas sólido, adictivo y que ofrece una gran cantidad de entretenimiento por su precio. Si eres un fanático de los clásicos juegos de plataformas, te recomiendo encarecidamente que le des una oportunidad; te garantizo que te atrapará en su bucle de «una partida más». Fuentes