El retraso indefinido del remake de Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo parecía ser el último clavo en el ataúd de una de las series más longevas que siguen en activo. Pero meses atrás comenzaron a mejorar las cosas con el anuncio de Prince of Persia: The Lost Crown, una aventura en 2,5D de desplazamiento lateral desarrollada por Ubisoft Montpellier, el equipo responsable de la serie Rayman. Con un nuevo protagonista llamado Sargon y una historia y una ambientación muy centradas en la mitología persa, desde su presentación, el juego parecía el renacimiento que necesitaba la serie.
Con solo ver el juego en movimiento y en partidas reales, se confirma Prince of Persia: The Lost Crown tiene el potencial de convertirse no solo en una de las mejores entregas en mucho tiempo, gracias a su perfecta combinación de mecánicas de las entregas en 3D de la serie con elementos tomados del juego original de 1989, sino también en un gran Metroidvania.
La premisa de Prince of Persia: The Lost Crown es bastante sencilla. El protagonista es Sargon, un joven miembro del clan guerrero Los Inmortales, al servicio de la realeza persa. Al comienzo de la aventura, el príncipe Ghassan es secuestrado, y el clan viaja al monte Qaf para rescatarlo y desentrañar el misterio que se esconde tras el secuestro. Desde el principio, la historia consigue ser sumamente interesante, gracias a un par de giros que sugieren cómo las cosas son mucho más complejas de lo que pueden parecer a primera vista y al reparto de personajes.
Prince of Persia: The Lost Crown es un metroidvania
La exploración, por ejemplo, parece ser uno de los aspectos más destacados del juego, ya que el mapa del Monte Qaf muestra su complejidad de inmediato, con múltiples caminos, algunos de ellos inaccesibles hasta que se han aprendido ciertas habilidades. El juego como plataformas es sencillo en su mayor parte. Pero algunos desafíos de navegación requieren saltos precisos y un buen uso de las distintas habilidades de desplazamiento, lo que hace que completarlos sea bastante satisfactorio. Incluso hay algunas secuencias inspiradas en Metroid Dread, como tener que evitar al alcaide en la secuencia de la biblioteca, que, aunque no son exactamente originales, contribuyen en gran medida a mantener fresca la exploración. Los controles son especialmente fluidos, incluso cuando se juega a distancia.
Puede que el combate no sea el foco principal de la experiencia de Prince of Persia: The Lost Crown, pero puede mantenerse bastante bien, mostrando ese ADN de acción de personajes visto en otros juegos como la serie Guacamelee. El conjunto de movimientos de Sargon es bastante complejo, con una variedad de ataques regulares que tienen diferentes efectos y usos, como derribar enemigos o lanzarlos por los aires, múltiples maniobras defensivas, como la capacidad de esquivar y parar ataques, que hay que dominar para derrotar a los muchos tipos de enemigos del juego. Lo mejor del sistema de combate del juego parece ser que cada ataque puede combinarse a la perfección, lo que deja a los jugadores mucha libertad a la hora de enfrentarse a los enemigos.
Los combates contra jefes también parecen estar muy bien diseñadas. Tienen varias fases y muchos ataques que requieren memorización para contrarrestarlos correctamente. En dificultad normal, no son especialmente desafiantes, pero con múltiples niveles de dificultad y un aumento evidente de la dificultad en lo que sólo parece la introducción a la aventura real, espero que algunos de ellos sean especialmente épicos.
Puede que la serie haya estado alejada de los focos durante demasiado tiempo, pero si ese era el precio que había que pagar por Prince of Persia: The Lost Crown, ha merecido la pena. Afortunadamente, la espera no será larga, ya que el juego saldrá a la venta el 18 de enero en PC, PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X, Xbox Series S, Xbox One y Amazon Luna.
Ché Sáez 