La Call of Duty League encara un momento decisivo. El anuncio de Activision Blizzard sobre el nuevo formato para la temporada 2026 marca un giro radical en la estructura económica de la competición. El inicio está previsto para el 5 de diciembre, acompañado de ajustes competitivos y el regreso de las retransmisiones en Twitch. Además, el primer Major del año tendrá lugar en París, una elección que responde al entusiasmo generado por la primera campaña de Gentle Mates, pese a resultados irregulares.
El verdadero impacto llega con la eliminación de los ingresos garantizados para los equipos, históricamente fijados en 500.000 dólares anuales. La decisión responde a costes operativos elevados y salarios de jugadores que superan los 400.000 dólares por temporada. Esta medida obliga a las organizaciones a replantear sus ambiciones, ya que el riesgo de pérdidas se convierte en una amenaza constante.
El sistema de reparto de ingresos ya había sufrido modificaciones en 2024, cuando se cancelaron las cuotas de entrada y se devolvieron hasta dos millones de dólares a las franquicias. Activision buscaba reforzar la viabilidad a largo plazo y abrir nuevas vías de ingresos mediante ventas dentro del juego, como paquetes o aspectos digitales. La transición hacia un modelo basado en ventas directas se completará en 2026, dejando a los clubes con una participación proporcional a sus resultados comerciales.
Los ingresos por Call of Duty League
Las estimaciones iniciales sitúan los ingresos de algunos equipos en torno a 100.000 dólares, una cifra muy inferior al modelo anterior. El impacto es evidente en organizaciones con ventas débiles. Durante la primera mitad de 2025 se comercializaron más de 360.000 skins de equipos, con un precio de 12 dólares cada una. FaZe Clan lideró con más de 120.000 unidades, generando 540.000 euros netos. Gentle Mates apenas superó las 60.000. El promedio de la liga rondó las 30.000 unidades, equivalentes a 135.000 dólares por equipo, mientras varios clubes no alcanzaron los 50.000.
La inflación salarial agrava la situación. Un conjunto de cuatro jugadores puede superar el millón de dólares en sueldos, con estrellas como Paco “HyDra” Rusiewiez o Thomas “Scrappy” Ernst cobrando cifras récord. La competencia por fichajes ha disparado los costes y amenaza la sostenibilidad de las plantillas.
La supresión de ingresos garantizados divide a la liga en dos bloques. Unos consideran la medida insostenible y temen un colapso económico. Otros ven una oportunidad para reforzar identidad y marca. Activision ofrece libertad para gestionar patrocinios, camisetas o artículos digitales, lo que permite a los clubes con mayor capacidad de marketing convertir su popularidad en ingresos tangibles. Este enfoque contrasta con modelos más restrictivos como el de la Overwatch League.
La cultura competitiva sigue siendo un pilar. Todos los equipos participan en LANs y mantienen vivas las narrativas deportivas. Sin embargo, la brecha entre organizaciones sólidas y estructuras frágiles puede ampliarse. La temporada 2026 será el examen definitivo: o la liga aprovecha esta libertad para consolidar un modelo viable, o se enfrentará a un escenario de supervivencia para muchos clubes.
El futuro de la Call of Duty League refleja la tensión del sector esports: costes crecientes, ingresos estancados y un modelo de reparto que ya no garantiza estabilidad. Activision envía un mensaje claro: la sostenibilidad dependerá de la capacidad de generar valor propio, no de subsidios editoriales. Los próximos meses mostrarán si esta reestructuración fortalece la economía de la liga o precipita la retirada de las organizaciones más vulnerables.
| Producto | Call of Duty League Season 2026 |
| Fecha de inicio | 5 de diciembre de 2026 |
| Primer Major | París, Francia |
| Retransmisión | Twitch |
| Formato económico | Eliminación de ingresos garantizados, reparto proporcional por ventas |


