Hay varios estudios que determinan cuánto cuestan Kinect y Xbox One a la hora de fabricarlos. Sin embargo, suelen obviar la inversión en publicidad o los costes asociados al desarrollo, las patentes empleadas… Aunque, desde XboxManiac, queremos arrojar algo de luz. No solo en el ahorro que puede suponer para nuestros bolsillos, tener la elección de Xbox One sin Kinect, sino para Microsoft, que emprende un camino muy diferente al que veíamos hace menos de un año.
Antes de avanzar lo que puede costar Kinect, hay varios factores que pueden haber motivado la separación del accesorio. Uno de ellos es que no es propiedad de Microsoft, sino que está diseñado por una compañía israelí en buena parte, PrimeSense. Estos han proporcionado la base para el desarrollo del hardware y, atención, desde noviembre de 2013 son parte de Apple. Con lo que el futuro de Kinect junto a Microsoft da lugar a, como poco, incertidumbre desde hace meses.
Que la principal arma para ganar la batalla de las consolas, junto a la nube, forme parte del arsenal de otro combatiente puede tener algo que ver en que Microsoft le haya quitado importancia con los meses. Prueba de ello es que los juegos más potentes que hacen uso del dispositivo, como Kinect Sports Rivals, han tardado más de lo esperado y no parecen despertar el grado de interés que se les presuponía. Solo Kinect Fitness aguanta el ritmo, con funciones que sí supusieron un gran avance junto al debut de Xbox One.
Ahora bien, ¿cuánto cuesta fabricar cada unidad de la versión actual de Kinect? Según analistas que han hecho el despiece del dispositivo, estos han visto que los componentes de hardware son bastante habituales, aunque estos no pasan a valorar el software único que se incluye. De ahí que se haya dado una cifra en torno a 75 dólares. Obviamente, tampoco se incluye aquí el precio del empaquetado, ni la labor de marketing. Pero, si nos guiamos solo por el hardware, al rebajar 100€ del precio de la consola, Microsoft podría estar viendo un beneficio extra por unidad vendida.
Como añadido, a lo que se ahorraría por no incluir Kinect en el pack, también se puede producir una rebaja en el coste de empaquetado y logística. Es decir, con un tamaño de caja más pequeño se consiguen transportar más unidades en el mismo espacio y tiempo. Por lo que se ahorra en costes de apilamiento, envío desde las fábricas a las tiendas, además de en las cadenas de empaquetado, que tienen menos gastos de personal y material.
El sobrecoste que puede aportar tener dos líneas de producto queda totalmente eclipsado por el ahorro en otros sentidos. Además, como sucedió con Xbox 360, al ofrecer una gama más amplia de precios se puede enfocar a más sectores del mercado. Con esto, se mantendrá el pack más caro para un consumidor elitista, mientras que un producto más económico alcanzará a quien mira un poco más el bolsillo.
Kinect por separado no puede salir por menos de 100€. Esto supondría un freno a las ventas del pack que lo incorpora de serie, pues sería más económico comprar la consola y el accesorio por separado. A la espera de que en el E3 2014 se anuncien aplicaciones y juegos que aprovechen mejor el dispositivo, justificar un precio superior será muy difícil. De ahí que no lo veamos suelto más que en eBay durante unos meses, hasta septiembre. Por lo tanto, ya se especula con un precio de 129€ o hasta 149, junto a Kinect Sports Rivals, de una forma muy similar a como sucedió cuando llegó a Xbox 360.
Las decisiones tomadas por Microsoft, aunque parecen fruto del clamor popular, pueden ser producto de factores diversos. La presión de los accionistas, que ven cómo Sony gana en ventas desde el día de lanzamiento. La imposibilidad de conseguir que los desarrolladores aprovechen el hardware de Xbox One, Que los juegos tengan el mismo o mejor aspecto en máquinas la competencia. La falta de control sobre Kinect y su futuro, ahora en manos de Apple. El coste de almacenamiento que supone un stock que no se vende. La imposibilidad de dar salida a las unidades fabricadas, de forma que no se puede abaratar el coste por fabricación por volumen… Todo parece indicar que Kinect sobraba, aunque la decisión ha llegado por sorpresa, después de que esta idea flotara desde que se anunció la inclusión con todas las consolas Xbox One en mayo de 2013.
La ausencia de Kinect, junto a una actualización aún por llegar, podría mejorar el rendimiento general de Xbox One.
Dejando de lado si la rebaja de 100 euros parece insuficiente, ya que algunos analistas hablaban de 299€ como precio ideal para Xbox sin accesorio, nos quedan varias preguntas que hacernos. ¿Qué será de Kinect ahora que los desarrolladores no pueden contar siempre con él en todas las consolas para las que hacen sus juegos? Con una nube de Microsoft que tarda en ofrecer ventajas frente a otras soluciones similares al servicio del PC y PlayStation. Un hardware que demuestra ser difícil de aprovechar por los desarrolladores. Una consola con unas dimensiones excesivas, y sin la aceptación para entrar en los hogares japoneses. Servicios online que no salen de Estados Unidos. Campañas que parecen durar apenas unas semanas y que llegan en oleadas cada seis meses… ¿Qué futuro le espera a Xbox One si no llegan pronto los juegos exclusivos que marquen la diferencia?
Con pequeños adelantos, como la cuenta de resultados negativa de Sony, que ve PS4 como uno de sus pocos productos con éxito. La respuesta al futuro de Xbox One está a menos de un mes. En la presentación que Microsoft hará el día 9 de junio en Los Angeles, como ceremonia de inicio del E3 2014. Sin embargo, antes de ese día tendremos más información interesante que seguramente te anime si ya has comprado Xbox One o que te invitará a comprarla si todavía te lo estás pensando. ¿No nos crees? Ten fe, maniac.
Que ganas de que llegue el E3 y ese 9 de junio para ver la conferencia. Encima libro en el curro!!!!