Voidborn, desarrollado por Kyle Thompson, es un rogue-like en primera persona que se lanza de lleno a la acción frenética, pensado para quienes disfrutan de enfrentarse a hordas infernales sin descanso. Su propuesta apuesta por la velocidad, la brutalidad y un estilo visual low-poly que, lejos de restarle valor, le confiere una identidad marcada y coherente con su ritmo implacable.
El núcleo del juego gira en torno a mecánicas clásicas del género: niveles generados aleatoriamente, progresión permanente a través de mejoras y un enfoque centrado en el combate. Lo que distingue a Voidborn de otros títulos similares es cómo traduce estos elementos en una experiencia fluida y visceral. Cada partida es una nueva oportunidad para sentir el crecimiento del personaje, desbloquear habilidades y enfrentarse a oleadas de enemigos que ponen a prueba los reflejos del jugador.
La jugabilidad es uno de sus puntos más fuertes. La sensación de poder al eliminar enemigos y obtener mejoras se siente gratificante, manteniendo al jugador enganchado durante las primeras horas. Sin embargo, el análisis también subraya ciertas limitaciones que impiden que el título alcance su máximo potencial en su estado actual de desarrollo. La falta de variedad tanto en enemigos como en armamento puede hacer que la experiencia se torne repetitiva tras varias sesiones de juego.

A nivel estético, Voidborn adopta una dirección artística minimalista pero eficaz. Los entornos y criaturas, pese a su simplicidad técnica, logran construir una atmósfera intensa y distintiva. La música, compuesta por Derek Duke, añade otra capa a esta inmersión: sus pistas electrónicas elevan el ritmo del combate y refuerzan la energía del juego.
El potencial de Voidborn es evidente. Con más contenido —como enemigos únicos, jefes memorables, habilidades diferenciadas y modos de juego alternativos— podría transformarse en una propuesta destacada dentro del género. Actualmente, se perfila como una opción ideal para los fans acérrimos del rogue-like y los shooters rápidos que buscan una experiencia intensa y desafiante, aunque su longevidad puede verse afectada por la falta de profundidad en ciertos aspectos.

En conclusión, Voidborn es una experiencia prometedora que entiende bien lo que busca su público: acción directa, progreso constante y adrenalina pura. A pesar de sus carencias iniciales, tiene una base sólida sobre la que construir, y si sus futuros contenidos están a la altura, podría convertirse en un referente moderno del rogue-like en primera persona.
Es para ti si te gustan los fps frenéticos que ponen a prueba tus reflejos y puntería.
No te lo aconsejo si esperas un triple A terminado y pulido al 100%.