Hace no demasiado, bueno, a principios de 2024, que echamos un vistazo a Realm Protector. Un juego que tenía mucho de Tower Defense, en Realidad Virtual, con algunos detalles interesantes que prometían diversión. Estaba en desarrollo. Ahora, con Towers and Powers, nos vemos en una situación que recuerda mucho la fórmula. Por eso de dejarnos libertad para poner cosas en el terreno y darnos la oportunidad de destrozar a quien se atreva a entrar.
A lo largo y ancho de 15 niveles, Towers and Powers juega con una variedad de enemigos que no dejan de aportar retos hasta el final. Junto a los zombies que han invadido el Olimpo junto a una amenaza digna de la antigua Grecia, cada nuevo nivel tiene algún bicho distinto. Estos añaden poderes que van desde la curación de las huestes hasta la destrucción más brutal de lo que queremos defender.
El paso de la vista cenital o isométrica de los juegos tipo Tower Defense a la libertad de las 3D brilla con la Realidad Virtual. Es el entorno perfecto para plantar y defender. Porque da una visión que, en principio, puede parecer complicada. Pero donde la inmersión lo es todo. Es algo así como con cualquier juego que añade cooperativo, ya puede ser muy malo, que una buena compañía lo convertirá en algo divertido.
Lo que sí se nota con Towers and Powers es que ha dejado atrás su fase de desarrollo. Es un título completo, complejo y con todo en su sitio. El aspecto está en línea con otros juegos que dan sensación de blandos, por tener muchos objetos redondeados y texturas sencillas, de dibujo grueso. Pero es algo que en Meta Quest funciona muy bien, porque no exige demasiados recursos y hasta en modelos antiguos va suave. En PSVR 2 va sobrado y en Steam, con equipos justitos tampoco defrauda.
Una vez en el terreno, el objetivo consiste en colocar elementos defensivos sobre este. Cada torre, por ejemplo, permite combinar varios tipos de unidades de ataque. Con lo que los rayos, las flechas o el fuego se mezclan una vez que los enemigos empiezan a desfilar. Porque esta es la siguiente fase, la de esperar a que desfilen los enemigos en busca de su meta. Una que no deben alcanzar, gracias no solo a los elementos que hayamos colocado para destruirlos. Sino a las magias y proyectiles que podemos lanzar directamente sobre ellos. Aquí, nuestra precisión con los mandos da un nuevo nivel a la experiencia. Porque multiplica la diversión, no nos limitamos a mirar y somos parte de la defensa activa sobre el escenario, en primera persona.
El diseño de los escenarios, junto al orden y los tipos de enemigos, nos obligan a elegir bien cómo combinamos las defensas. En algunas zonas, lo suyo será usar cierto ataque para bajar las defensas y, después, proceder a la aniquilación. Calcular los tiempos y pensar la jugada es muy importante cuando las cosas se complican. Para esto, también conviene comprar con cuidado el tipo de unidades, algo que hacemos a base de oro que conseguimos con cada victoria.
Por el camino, completar las dos terceras partes del juego es una especie de tutorial sin una dificultad elevada. La idea es terminarse todos los niveles y volver a empezar con un nivel superior, cuando ya se conocen todas las opciones. Es toda una experiencia empezar a ver cómo las cosas se complican y el uso de orbes o hechizos pasa a ser la única forma de superar el nivel. El juego consigue darnos la sensación de ser dioses en un Olimpo donde ni Kratos tendría una oportunidad de acabar con nosotros. La prueba y error, la práctica y saber que hay muchas más opciones más allá de las dos o tres habituales hacen que el juego crezca y de muchas horas de diversión.
Para animar un poco más las cosas, obviamente, los poderes de orbes y hechizos no son infinitos. Hay una barra de maná que se rellena hasta poder hacer uso de las magias. Aparte, tenemos puntuaciones en forma de estrellas según lo hagamos en cada escenario. Esto nos invita a repetir misiones hasta sacar todas las posibles, una ola de enemigos tras otra. También puede ser motivo de desesperación, al ver que después de haber hecho todo bien, solo conseguimos una o dos. La perfección depende de la maestría y esta de lo mucho que queramos sacrificarnos por este mundo de dioses y zombies que es Towers and Powers.
Es otro juego más de un género que no para de añadir opciones. Pero se trata de uno de los buenos. Se aleja de muchas iniciativas que tienen aspecto totalmente amateur. Towers and Powers está cuidado, funciona bien, da decenas de horas de diversión y supone un reto continuo. Si tuviera multijugador, la cosa ganaría, pero por ahora nos conformamos con lo que Jetdogs Studios ha conseguido.
Te gustará si…
Te van los Tower Defense
Quieres un reto continuo para jugar en solitario
Esto de jugar a los dioses va contigo (desde Populous o más acá)
No te gustará tanto si…
Odias a muerte los Tower Defense y no has ido a terapia todavía
Solo quieres jugar a pachas o contra alguien que respire aire real