En Electrician Simulator VR no solo jugamos: currelamos. Nos colocamos los guantes virtuales y asumimos el papel de un aprendiz de electricista que hereda el negocio familiar (¿Se nota que no hemos tocado un polímetro, más que en el cursillo de Retro Parla? Bueno, sigamos con la fantasía…) Desde la primera llamada de tu padre, que funciona como tutorial camuflado, el juego te mete de lleno en una rutina de instalaciones, enchufes, interruptores y cables que parecen inofensivos… hasta que olvidas cortar la corriente.
Las misiones están diseñadas con esmero y adaptadas al formato de realidad virtual. Aquí no sirve hacer clic en un botón y esperar: manipulas cables con las manos, escaneas paredes con una herramienta en la cadera izquierda y usas la otra para colocar, cortar o conectar nuevos cables. Todo lo gestionas con un portapapeles anclado al pecho que recoge tus tareas, progreso y ajustes. A nivel técnico, el juego introduce nociones básicas como el uso del multímetro para medir tensión o la importancia de cerrar el circuito sin dejar huecos, explicándolas de forma sencilla mientras trabajas.
Electrician Simulator VR destaca por ofrecer trabajos variados en diferentes localizaciones. Reparar una lámpara en casa de tu abuelo puede sonar fácil, pero pronto estás arreglando esculturas, moviendo cajas o cumpliendo encargos donde no debe quedar rastro de tu presencia. Estas variaciones aportan cierta frescura al esquema repetitivo de cambiar enchufes y comprobar fusibles.
Ahora bien, no todo son luces brillantes. En nuestras partidas encontramos algunos fallos: manos que se quedan atascadas, cables que se resisten a ser conectados, niveles que requieren reinicio. Nada grave, pero sí rompe el ritmo. Visualmente, no aprovecha al máximo el potencial de PS5 ni de un PC actual. Los gráficos tienen el encanto justo, sin detalles deslumbrantes. Lo que sí consigue es la inmersión que se pide a un juego en VR. Al moverte por viviendas bien recreadas, sientes que formas parte de ese mundo. En cuanto al sonido, cumple. Ruidos ambientales, zumbidos de electricidad y llamadas con voces aceptables pero sin carisma.
La gestión económica añade otra capa: compras repuestos en tiempo real, eliges materiales y ajustas costes para maximizar beneficios. Eso sí, si rompes una bombilla o atas mal un cable, prepárate para pagar tú el arreglo. Se premia la precisión y la prudencia.
Electrician Simulator VR no quiere reinventar el género. Toma lo ya conocido en su versión para pantalla plana y lo traduce a una experiencia interactiva y suficiente en VR. Tiene contenido para unas diez horas, más si decides cumplir todos los objetivos opcionales, aparte de los contenidos descargables. Está recomendado para amantes de los simuladores, aunque quizás no enganche a quienes buscan emoción continua o tienes fobia a los amperios.
Te gustará…
La interacción en realidad virtual está bien integrada y te hace sentir realmente como parte del entorno. Las herramientas están bien diseñadas y ofrecen una experiencia intuitiva. Además, la variedad de encargos, aunque limitada, se agradece. La gestión económica aporta un matiz interesante y obliga a ser cuidadoso en cada ñapa. En Meta Quest 2 está bastante logrado en cuanto a rendimiento y gráficos.
Igual no te convence…
La falta de variedad en las misiones principales puede hacer que el juego se vuelva algo repetitivo a medio plazo. Los fallos técnicos —como las manos atascadas o acciones que no se completan— interrumpen la inmersión. Gráficamente, aunque funcional, no impresiona en un visor como PSVR2 o si tienes un PC sobrado de recursos, y la ambientación sonora a veces resulta monótona o incluso inquietante.
Con todo, Electrician Simulator VR cumple con lo que promete y, si te gustan los simuladores, te va a chisp… digo, a encantar.