Become the Moon irrumpe en la escena independiente con una propuesta que combina dos géneros en auge: el auto-battler y la construcción de mazos. A primera vista, puede parecer un experimento más dentro del saturado mercado de juegos tácticos, pero basta con unas pocas partidas para descubrir que aquí hay algo más que una simple fórmula.
Un combate que se gana antes de comenzar
Lo primero que destaca es su enfoque estratégico: aquí no se trata de reaccionar a lo que sucede en pantalla, sino de planearlo todo con antelación. Cada carta, hechizo o unidad en tu mazo tiene un peso específico, y el reto principal reside en optimizar tu configuración antes de que suene la campana. Una vez empieza la batalla, no puedes intervenir, lo que convierte cada decisión previa en un ejercicio de predicción y preparación.
Esta fórmula obliga al jugador a afinar su pensamiento táctico. Las sinergias entre cartas y las posibilidades de tu tablero se amplifican partida tras partida, y la progresión –representada como un ascenso metafórico hacia la luna– aporta una sensación constante de avance, incluso cuando el fracaso se interpone en el camino.

Un sistema de «rerolls» que divide opiniones
No todo es perfecto en este viaje lunar. Uno de los elementos más discutidos por la comunidad es el sistema de «rerolls», que permite cambiar las opciones disponibles durante la fase de construcción. Si bien parece diseñado para fomentar una selección menos estricta y forzar adaptaciones creativas, en la práctica muchos jugadores lo han percibido como excesivamente restrictivo o punitivo, especialmente en los primeros compases del juego.
Afortunadamente, los desarrolladores han demostrado estar atentos al feedback, reconociendo públicamente esta crítica y trabajando en ajustes para suavizar su impacto. Esta disposición al diálogo con la comunidad sugiere un proyecto vivo, en constante evolución.

Conclusión
Become the Moon no es un título para quienes buscan gratificación instantánea. Es un juego exigente, que recompensa la planificación y la experimentación, y que castiga la improvisación. Sin embargo, en su núcleo late una jugabilidad sólida, adictiva y cuidadosamente diseñada.
Si te apasionan los desafíos estratégicos y no temes perder algunas partidas en el proceso de aprendizaje, esta propuesta independiente puede convertirse fácilmente en tu próxima obsesión.
Este análisis de Become the Moon ha sido hecho gracias al código de prensa enviado por Pirate PR a través de PressEngine.