El estudio independiente Dark Machine Games lanza White Knuckle, una nueva apuesta por el género roguelite y de terror de supervivencia para PC que nos transporta directamente a las profundidades de unas instalaciones tecnológicas tomadas por un terror incomprensible y de las que sólo hay un camino de salida: directamente hacia arriba.
Y no será fácil. La propuesta central de White Knuckle radica precisamente en su sistema de escalada manual y su perspectiva en primera persona. Pero, a diferencia de otros juegos de acción bajo esa misma perspectiva, aquí no disponemos de armas convencionales y nuestras manos serán nuestras herramientas principales.
El sistema de control se basa en una gestión meticulosa de la resistencia de cada mano, que se transmite mediante un enrojecimiento visual de nuestras blancas manos mientras nos aferramos a las superficies. Debemos alternar constantemente entre ambas extremidades para evitar quedarnos sin fuerzas y caer. Cada movimiento cuenta, y un simple desliz puede significar una caída mortal al vacío… o a la misteriosa masa que va devorando el complejo de abajo a arriba.
Precisamente la presencia de La Masa es lo que convierte a White Knuckle en una experiencia única. Esta sustancia viscosa asciende lenta pero implacablemente desde el fondo de la estructura, amenazando con devorarnos si no continuamos trepando a un ritmo lo suficientemente ligero. La amenaza de este ente supone una presión constante pero bien dosificada, que transforma cada partida en una carrera contrarreloj donde cada decisión debe ser calculada pero rápida, priorizando avanzar, pero al mismo tiempo explorar en busca de ítems ventajosos o lore.
La exploración en White Knuckle va más allá de sólo escalar por una pared. El juego nos sumerge en un complejo en ruinas en el que cada partida ofrece diferentes rutas, secretos y recursos. Durante nuestro ascenso, deberemos atravesar tres áreas principales subdivididas en zonas como oscuros silos de almacenamiento o tuberías pestilentes, pasando por salas en ruinas que bien podrían haber salido directamente de Portal 2.
El sistema de inventario y cómo usarlo añade una capa adicional de complejidad estratégica y, en cierto modo, realismo. Podemos recolectar diversas herramientas como barras de refuerzo o cuerdas que nos ayudarán en nuestra ascensión. Sin embargo, sostener uno de estos objetos mientras lo usamos significa que dejamos todo el trabajo de sostener nuestro peso a la otra mano, lo que nos obliga a planificar cuidadosamente cuándo y cómo utilizarlos. Además, el peso del inventario afecta directamente nuestra capacidad de escalada, por lo que debemos escoger con cuidado qué necesitamos realmente.
A nivel jugable, y como buen roguelite, White Knuckle nos permite desbloquear mejoras permanentes gracias a las acciones y hallazgos que hagamos entre cada intento. Estas mejoras, que podremos activar en una de las salas de “descanso” que hallaremos en nuestra escalada, aportan habilidades como mayor velocidad de escalada, mejor resistencia o saltos más potentes. Gracias a estos desbloqueos, encontramos un sentido a todas y cada una de las escaladas, pese a que terminaremos muriendo y volviendo al inicio en muchas de ellas.
A nivel visual, White Knuckle opta por una estética retro pixelada como ya han hecho otros títulos de terror en el pasado. Lejos de convertirlo en un juego simple, nos proporciona un juego visualmente muy resultón que además funciona en equipos más humildes con total fluidez. Con ello, Dark Machine Games ha logrado crear un mundo inquietantemente inmersivo, con zonas que se vuelven progresivamente más oscuras y amenazantes según ascendemos, intensificando esa sensación de soledad y peligro.
El apartado sonoro complementa perfectamente esa atmósfera visual. Los crujidos de la estructura, los golpes metálicos distantes y los inquietantes mensajes de megafonía que ocasionalmente suenan por los altavoces del complejo contribuyen a crear una experiencia que mantiene la tensión en todo momento.
Finalizando este análisis, White Knuckle ofrece una experiencia de terror y supervivencia muy refrescante y, lo más meritorio, sin utilizar jumpscares «baratos» de ningún tipo. La combinación de una mecánica de escalada más profunda de lo que parece inicialmente con elementos roguelite engancha sin remedio, donde cada nueva partida representa tanto un desafío como una oportunidad para mejorar nuestro tiempo. Más allá del modo historia, nos encontramos con modos contrarreloj retadores que nos permiten exprimir aún más este título.
Te va a gustar si:
• Te van los juegos de terror, pero sin los infartos por jumpscares innecesarios
• Eres fan de las partidas breves pero intensas
• Hacer speedruns está en tus venas
No te acerques a él si:
• Los juegos sin trazado de rayos son pecado mortal para ti
• Buscas un modo historia completito, con un argumento complejo