Los suecos Wishfully Studios metieron en un cajón una copia de Limbo junto con otra de The Last Guardian, ambas dos pegaditas a una edición en blu-ray de Mi vecino Poto Totoro. Dejaron obrar la magia del amor y unos meses más tardes obtuvieron este Planet of Lana, un nuevo juego indie que nos relata unas mágicas aventuras a través de un plataformeo plagado de puzles. Un género más trillado que el de las comedias románticas, pero que sigue dando títulos excelentes como este.
La famosa oscuridad escandinava
Los países escandinavos van artísticamente unidos a la frialdad, a la rabia vikinga, a la oscuridad y locura que provocan vivir en países donde predominan el frío intenso propio del polo norte, la oscuridad de una noche casi eterna y la soledad causada por la escasa densidad de población. De estos países vienen el black metal más oscuro y el death metal más salvaje. La quema de iglesias como medio de entretenimiendo y la tasa de suicidios más alta de Europa. Aquí se inventó la dinamita y se escribió la saga Millenium. Y en cuanto a videojuegos indie tenemos Limbo e Inside.
Con estos antecedentes en mente no podemos sino sorprendernos por la belleza, luminosidad y alegría que destila Planet of Lana por cada uno de sus píxeles. Todo en la ópera prima de Wishfully Studios se aleja de los tópicos que atribuimos a esta parte del mundo. Su dirección artística huele a sensibilidad nipona, no sólo porque la parte visual parezca sacada de una película de Studio Ghibli. La forma en que cuenta su historia y cómo nos relacionamos con el pequeño ser que nos acompaña nos recuerda a la obra de Fumito Hueda.
Lejos de esconder su admiración por los títulos del Team ICO, los desarrolladores suecos han contratado a Takeshi Furukawa para que componga la música que nos acompañará en Planet of Lana. El mismo músico detrás de la banda sonora de The Last Guardian. Y este es sólo uno de los detalles que acerca a ambos juegos. La impotencia de la protagonista frente a su enemigo, la necesidad de colaborar con un ser al que apenas entendemos y la forma en que la naturaleza se une con los restos de una civilización antigua y misteriosa también nos recuerda al universo de Ico.
Ilo y Lana
Lana e Ilo son dos hermanas que disfrutan jugando a Akira. Juego que consiste en gritar el nombre de la otra en cuanto están separadas por más de medio metro. Pero en lugar de gritar Tetsuo y Kaneda gritan sus nombres. En serio… no he contado cuántas veces gritan Lanaaaa e Iloooo a lo largo del juego pero al final he terminado por reírme cada vez que lo oía. Y eso que Planet of Lana es un título tremendamente serio y emotivo.
No os voy a contar nada de la historia. Os diré que las dos hermanas se separan, por lo que sea, y el resto del juego Lana recorre su aventura acompañada de un animalillo muy simpático con el que entabla una relación muy cercana. Sí, lo mismo que The Last Guardian. Con ciertas diferencias. Para empezar Mui, tu nuevo amigo, es mucho más pequeño que la protagonista.
Para continuar la inteligencia artificial del peludín es mucho más simple. Mientras que Trico hacía muchas veces lo que le daba la puñetera gana (como hacen las mascotas de verdad), Mui es muy obediente y va a toda velocidad a cumplir tus deseos por peligrosos que sean.
Planet of Puzles
La jugabilidad que encontramos en el título de Wishfully la hemos visto muchas veces antes. Es un plataformas en el que vamos recorriendo el camino hacia la derecha, resolviendo puzles y cada vez que morimos volvemos a un punto inmediatamente anterior. Nuestros enemigos son muy superiores a Lana y Mui, por lo que el más mínimo roce a cualquiera de los dos personajes supone un apagón y vuelta a empezar esa parte.
Planet of Lana es lo que se conoce popularmente como un juego tipo Limbo, porque es el título que popularizó el concepto en Xbox 360. Aunque en realidad este particular género se remonta aquel juego llamado Another World aparecido en ordenadores Amiga. Si no lo menciono el director general de XboxManiac.es me perseguirá sin descanso, explicándome una y otra vez las supuestas virtudes de dicho ordenador. Sigamos.
Los puzles que nos encontramos durante la partida a Planet of Lana van variando de forma muy inteligente. De vez en cuando añaden un concepto nuevo y los siguientes tres o cuatro acertijos giran alrededor de esta nueva idea. Cuando ya te has acostumbrado a esta nueva idea la apartan un tiempo para volver a introducirla en un puzle más adelante. De forma que el gameplay es siempre igual: plataformas, zona de rompecabezas, más saltos, nuevamente a quitar un obstáculo usando el coco y así sucesivamente. Pero los dilemas que se nos plantean van variando de forma tan dinámica que el aburrimiento está descartado.
Si lo bueno si breve…
Otra de las virtudes de Planet of Lana que alejan al aburrimiento es que dura lo que dura. En menos de cuatro horas podemos completar la historia. No se ha alargado de forma artificial como suelen hacer los juegos tan pequeños. Tiene principio, nudo y desenlace. En una tarde podemos comenzar la aventura y ver el final de la historia en el momento adecuado. Los títulos que nos entretienen durante meses pues están bien, pero estos títulos narrativos son mejores cuanto más cortos.
En esas cuatro horas Planet of Lana nos emociona con su historia, nos sorprende con lo que Lana descubre, cierra la historia y, de paso, cuenta cómo evoluciona la relación de cariño entre la protagonista y su nuevo amigo de cuatro patas. Porque un juego que pretende ser emocional, introducirnos en su historia y tocarnos el corazoncito con la relación entre el protagonista y sus seres queridos no puede tener un avatar que pase de su mascota. ¿Has oído Somerville?
Por suerte los integrantes de Wishfully son gente con sentimientos, no como el animal que diseñó al puto hipster héroe de Somerville. Lana puede agacharse y acariciar a Mui cuando quiera. No es necesario, pero lo haremos y una otra vez. Porque el cabroncete se porta como un titán una y otra vez. Si el pobre peludín se ve atrapado o uno de los misteriosos seres del juego lo golpea, Lana gritará con desesperación. Cómo lo haría cualquier ser vivo con corazón.
Resumiendo Lana
Planet of Lana es bonito, pero que muy bonito. Cada rincón da ganas de quedarse a vivir en él. Incluso en los más oscuros hay algo cuqui. Joder si hasta los seres que nos devoran son abrazables y los engendros mecánicos tienen su encanto. En una tarde te lo fulminas y lo apuntas para volver a jugarlo dentro de un tiempo. Su coste es estupendo, está en Game Pass desde el mismo momento de su salida. Es tierno, es ingenioso, te hace amar la naturaleza pero sin ñoñadas ni tener que leer poesías mientras abrazas un árbol.
Planet of Lana tiene gato. O algo así, porque Mui no es un gato ni un perro. Puede que sea una cobaya gorda y adorable. El caso es que tiene animalejo cuqui y acariciable que además obedece tus órdenes. No como mis puñeteros gatos, que sólo vienen cuando abro una lata de atún. Y lo que es mejor de todo, su protagonista hace caso a su mascota, la quiere y la cuida. En serio, si sois amantes de los animales no juguéis a Somerville.
Te gustará si:
- Te gustaron las películas de Studio Ghibli y los juegos de Fumito Hueda.
- Buscas un juego corto que puedas terminar en una tarde y te deje satisfecho.
- Quieres retos, pero tampoco muy difíciles, lo justo para tener que darle un par de vueltas a la situación. Para algo más complicado: After You.
- Tienes Game Pass. Te lo bajas con coste cero para tu cartera y pasas unas horas entretenidas.
No te gustará si:
- Eres mala gente y no te gustan las mascotas. Vete a ignorar perros a Somerville.