MindsEye llega con una ambición descomunal: fusionar acción cinematográfica, crítica social y creación de contenidos en una única experiencia. Desarrollado con Unreal Engine 5, el juego deslumbra a primera vista, pero no tarda en mostrar sus grietas. Y no hablo sólo de los innumerables fallos técnicos con los que ha llegado al mercado. Aunque se lleguen a parchear dichos errores, bajo su deslumbrante superficie visual se esconde un diseño jugable que parece anclado en el pasado.
Un mundo fascinante a nivel estético
Redrock City, la megalópolis que sirve como escenario, está construida con un nivel de detalle asombroso. Las luces de neón, las pantallas publicitarias omnipresentes y la enorme esfera en el cielo componen una distopía futurista creíble y atractiva. En términos visuales, MindsEye es un espectáculo: sombras nítidas, reflejos fotorrealistas y una ambientación que recuerda a las mejores obras del cine cyberpunk. El uso de tecnologías como DLSS 4 en PC contribuye a mejorar el rendimiento, aunque no es suficiente para evitar caídas de FPS y artefactos en configuraciones medias o bajas.
Jugabilidad: un viaje al pasado
A pesar de sus intenciones modernas, la jugabilidad de MindsEye parece sacada de la era de Xbox 360. El sistema de coberturas es rígido, los enfrentamientos carecen de intensidad, y la inteligencia artificial de los enemigos rara vez plantea un desafío. Las secciones de conducción están mejor resueltas, con un control suave y cierta sensación arcade que aporta variedad, pero no basta para compensar lo monótono del combate y las misiones de recadero que pueblan la campaña.

Una narrativa que no consigue despegar
La historia intenta abordar temas como la deshumanización tecnológica, el control corporativo y la identidad individual, pero se queda en lo superficial. El protagonista, un exmilitar amnésico, protagoniza una trama que recurre constantemente a clichés y giros previsibles. Los diálogos son funcionales, pero en ningún momento alcanzan la profundidad o emotividad que se espera de un título que pretende ser una gran epopeya distópica.
Un editor de niveles prometedor pero limitado en alcance
Uno de los elementos más llamativos del juego es su editor de contenido, que permite a los jugadores diseñar sus propios niveles. Aunque potente en teoría, su utilidad se limita a un nicho muy específico del público. La mayoría de los jugadores probablemente lo pasará por alto, ya que no aporta contenido adicional relevante para quienes solo buscan una campaña sólida.

Fallos técnicos y un lanzamiento accidentado
El estreno de MindsEye estuvo plagado de problemas técnicos: bugs visuales, crasheos, físicas erráticas y glitches rompieron la inmersión en múltiples ocasiones. Aunque el equipo de desarrollo ha lanzado parches para corregir algunos de estos fallos, la experiencia de juego todavía presenta inestabilidades que afectan negativamente al conjunto.
Conclusión
MindsEye es un título que quiso abarcar demasiado. Su envoltorio visual es impresionante, y su mundo plantea ideas interesantes, pero falla en casi todos los aspectos fundamentales del gameplay. Atrapado entre la ambición narrativa y una ejecución jugable anticuada, termina ofreciendo una experiencia irregular. Quienes prioricen la estética y estén dispuestos a lidiar con problemas técnicos pueden encontrar valor en su propuesta, pero para la mayoría, resultará más una promesa incumplida que una revolución del género.