Análisis de Grotto: Sombras en la caverna

Grotto llega por fin a consolas tras haber cosechado críticas muy positivas en su versión para Steam y haber creado una serie de fanáticos que siguen todos los juegos de su estudio creador, Brainwash Gang. Un grupo de desarrolladores/artistas afincados en Madrid que están empeñados en arrojarnos maravillas como Mother of Many, The Longest Road on Earth o el más reciente Laika: Aged Through Blood. Una serie de juegos que tienen en común con el que hoy nos ocupa que tienen como protagonistas una serie de animalillos antropomorfos a través de los cuales nos cuentan una historia desgarradora.

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La gruta de Grotto

Platón (empezamos fuerte) planteó la alegoría de la caverna, una historia en la que unas personas vivían encadenadas en una gruta, de forma que sólo podían ver el mundo a través de las sombras que se proyectan en el muro frente a ellos. Para estos condenados el mundo real son esas sombras, y sólo esas sombras, pues no han visto otra perspectiva de la vida, sólo conocen la existencia a través de la proyección bidimensional arrojada por la luz.

Esta historia continúa con la liberación de uno de los prisioneros que ve el mundo real y vuelve a informar a sus antiguos compañeros que no le creen y acaban enfrentándose a él por defender su verdad, convirtiéndose en una alegoría de Sócrates que… Que no viene al caso porque no estamos en clase de filosofía y en realidad Grotto sólo toma prestado el principio del mito de la caverna para hablar de otras cuestiones que también giran alrededor de la caverna. Cuestiones también profundas, de modo que si ya te has aburrido con leer los anteriores párrafos: Grotto no es para ti.

Así de claro. Grotto es una puta maravilla de juego narrativo que nos enfrenta a una historia dura y cruel. Una joya del software independiente que, desgraciadamente, no se puede recomendar a todo el mundo. Es un gran título que se aleja de la jugabilidad más convencional. Y lo hace a sabiendas de que no es agradable echar una partida para el consumidor habitual de videojuegos, Brainwash ya ha dejado claro que sabe llenar un juego de mecánicas agradables al usuario más mainstream. Aquí busca su nicho, un nicho muy específico, y ahí es una auténtica maravilla. Si lo que quieres es pegar tiros o dar saltos puedes escoger otro de los juegos del mismo estudio. Grotto no quiere ser Call of Duty, avisado estás.

Cómo se juega a esto

Los habitantes del poblado acuden a nosotros, el adivino que vive en una gruta, en busca de consejo y orientación para una serie de cuestiones más o menos importantes de su vida. Estos aldeanos nos ven como un guía infalible. Aunque algunos afirmen desconfiar de nosotros al final seguirán nuestras palabras a pies juntillas. Bueno, palabras no, porque la forma en la que nos comunicamos con el resto de personajes es particular y, de paso, la base de la jugabilidad de Grotto.

La única opción de comunicación del jugador es utilizar una serie de constelaciones que se encuentran representadas en el muro más interior de la caverna. Estas constelaciones deben ser previamente descubiertas a través de un minijuego que consiste en trazar líneas imaginarias que unan las estrellas que vemos a través de la única ventana que disponemos al exterior. Un total de 24 diagramas, que debemos descubrir sin más ayuda que nuestra intuición o insistencia.

El problema es que estos mensajes que ofrecemos a nuestros clientes son muy vagos, como lo suelen ser los de los buenos profetas. A veces la respuesta es fácil de dar, si nos preguntan si deben ir a la montaña o al bosque podemos responderles con las constelaciones que representan dichos lugares. Pero lo normal es que respondamos escorpión o liquen a una pregunta difícil de satisfacer con menos de una larga reflexión. Aún así al receptor de la respuesta siempre le parecerá entender lo que decimos.

Teléfono escacharrado

A través de esta sencilla mecánica iremos navegando a través de la historia que nos propone Grotto, influyendo positiva o negativamente en la vida de nuestros vecinos. A veces daremos con la forma correcta de comunicar lo que queremos expresar y otras veces la persona que nos consulta sacará unas conclusiones que nada tienen que ver con nuestras intenciones. Creando en nosotros una buscada frustración por no ser capaces de encaminar la narrativa por el camino que realmente deseamos.

En cualquier caso asistiremos a una serie de sucesos pequeños y grandes que determinarán la vida o muerte, la felicidad o desgracia de los habitantes de la aldea. Aunque la historia del poblado pueda variar en diferentes partidas gracias a nuestras decisiones, o a lo que ellos tengan a bien entender, finalmente la aventura propia desembocará principalmente en un par de posibilidades. Con matices, claro está, pero básicamente podemos terminar en A o en B con más o menos personajes de nuestro lado.

Grotto…

… es una aventura que debes jugar si eres amante de los juegos que se alejan de lo común. Tiene sus problemas y pasadas las primeras dos horas la mecánica de juego puede llegar a ser algo tedios. Por otra parte el final se siente forzado y alejado de la trama principal. Y es que hay que poner un final a todo videojuego, por especial que sea su estructura principal, y parece que este final y la historia secundaria alejada de la línea principal ha sido impuesto por el convencionalismo. A pesar de esto Grotto sigue siendo un gran programa que debería ser jugado por todos. Todos los que busquen algo diferente.

Deberías jugarlo si:

• Huyes de lo habitual, aunque sea un ratito y luego vuelvas al Tekken.
• Te gustan las experiencias filosóficas y los juegos narrativos.
• No te asustan las historias que te retuercen el estómago.

No es para ti si:

• Necesitas que los juegos tengan acción constante.

He jugado Grotto en una Xbox Series X gracias al código de análisis enviado por Digerati.