Microsoft podría introducir un nivel de Xbox Game Pass barato y con publicidad, según una encuesta.
La encuesta, que apareció en ResetEra (descubierta por Windows Central) parece preguntar si los jugadores estarían dispuestos a pagar cantidades inferiores a la cuota mensual estándar de Xbox Game Pass, a cambio de algunas limitaciones en la suscripción.
Una opción sería que los jugadores pagaran una cuota más baja, pero tuvieran acceso a los títulos first-party de Xbox en diferido, que podría ser de hasta 6 meses. Un nivel reducido también podría ver anuncios integrados como parte del servicio, sin embargo, no está claro cómo se manifestarían estos anuncios.
Aunque una encuesta no es un indicio de que algo vaya a suceder, sí sugiere que Microsoft está buscando formas de ampliar su base de suscriptores de Game Pass, que el jefe de Xbox, Phil Spencer, ha admitido que se ha ralentizado en la consola, a pesar de la fuerte adopción de PC.
En enero de 2022, Game Pass contaba con más de 25 millones de suscriptores, según Microsoft. Recientemente, en el marco de la investigación del Reino Unido sobre su propuesta de adquisición de Activision, la empresa afirmó que tiene una base instalada de 63 millones de consolas.
En una conferencia web celebrada a principios de año (transcrita por VGC), Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, afirmó que el crecimiento del uso de Game Pass «en todas las plataformas está impulsado por la fuerza de las consolas».
Dijo: «Las suscripciones a Game Pass para PC aumentaron un 159% interanual y, con el juego en la nube, estamos transformando la forma de distribuir, jugar y ver los juegos. Más de 20 millones de personas han utilizado el servicio para ver juegos en streaming hasta la fecha.»
A principios de este mes se informó de que el servicio generó alrededor de 2.900 millones de dólares en ingresos, solo en consola, en 2021. No se sabe el coste real del servicio, ni si las cuentas en conjunto son positivas, pues para tener el catálogo de un Game Pass barato se han de tener en cuenta las adquisiciones de estudios propios, que elevan el gasto a miles de millones anuales desde hace años. Pero, según la experiencia de Netflix, no parece que añadir anuncios sea algo que triunfe entre los usuarios de servicios de pago.