The Callisto Protocol llegó a finales del año 2022 con mucha publicidad a sus espaldas, un apartado gráfico de infarto, una producción que incluía algunos actores conocidos y la firma de un nuevo estudio (Striking Distance) formado por viejos conocidos de la industria. Sin embargo fue recibido con mucha frialdad por parte de los jugadores. Y todo por haber sido vendido como el sucesor espiritual de un juego al que se parece, sí, pero no tanto como nos prometieron.
Se parece, pero no es
The Callisto Protocol llega de la mano del mismo creador de Dead Space, Glen Schofield. Es una historia de terror que cuenta cómo seres humanos se han visto transformados en seres repugnantes que nos atacan sin piedad. Como en Dead Space. Se trata de un título de acción en tercera persona con la cámara al hombro en la que caminamos por pasillos mal iluminados. Sí, también como en Dead Space. La aventura se desarrolla en un futuro lejano en el que la raza humana se expandido por el espacio y estamos encerrados en instalaciones llenas de tecnología avanzada. Esto, por si no os lo imaginabais, sucede igual en Dead Space. También tenemos capacidades telequinéticas, si cortamos las piernas a nuestros enemigos siguen avanzando hacia nosotros, pisamos cadáveres… Es todo muy Dead Space, hay que reconocerlo.
Y como Dead Space es una franquicia a la que todos echamos de menos los trailers de The Callisto Protocol han hecho hincapié en esos detalles que tanto nos recuerdan a… sí, Dead Space. Así que todos los fans de Dead Space hemos corrido como idiotas a comprar nuestro sustituto espiritual de Dead Space. Hasta aquí todo muy bien. El problema es que cuando empezamos a jugar… la forma de jugar The Callisto Protocol no se parece en nada a Dead Space. Y al final, lo más importante de un juego es su jugabilidad.
Pero al menos he dicho muchas veces Dead Space. Es un título muy popular, seguramente eso nos dé un par de puntos de visibilidad en Google. Dead Space, Dead Space, Dead Space. Sigamos.
Come on, let’s go Space Trucking
Somos Jacob Lee una suerte de camionero espacial que lleva material médico a la cárcel de Black Iron, situada en Calisto, la segunda luna más grande de Júpiter. Un sitio distante y frío. Literalmente, porque está a casi un billón de kilómetros de Gijón y disfrutan de unos 140 grados bajo cero de media. Como escenario de un survival horror la verdad es que está bastante logrado.
Empezamos la aventura inspeccionando la carga de la nave cuando unos terroristas nos atacan y nos estrellamos en Calisto. Al llegar las autoridades que nos rescatan somos detenidos junto a Dani Nakamura, la única superviviente de los asaltantes. Y ahí empieza The Callisto Protocol, encerrados injustamente en una cárcel de máxima seguridad en un planeta helado. Por si fuera poco nos despertamos en nuestra celda en medio de lo que parece ser un motín carcelario. Parece.
A partir de aquí empezamos a deambular por la prisión, acabando con zombis infectados que intentan acabar con nuestra vida. Mientras intentamos huir del desastre se revelará una conspiración muy fea, aunque bastante predecible si somos aficionados a la serie B de los años ochenta. La historia de The Callisto Protocol se desarrolla de una forma muy cuidada en el aspecto cinematográfico. Pero la verdad es que no es nueva ni sorprendente… y tampoco necesaria. No nos va a cambiar la vida ni nos va a emocionar. Simplemente nos conduce hasta el final de la aventura haciéndonos pasar por los diferentes escenarios del juego. A veces lo hace de forma poco más que correcta y otras muy torpe, sin demasiada coherencia.
Pues se sigue pareciendo
Lo primero que hacemos al salir de la celda es coger una barra de hierro que nos servirá para eliminar a los primeros bichos repugnantes que nos encontremos. El tutorial es claro: botón para atacar, mando hacia atrás para cubrirnos y hacia los lados para esquivar. No hay absolutamente ninguna señal en The Callisto Protocol que nos indique cuál es el momento idóneo para esquivar o protegernos. Ni un icono ni una ralentización, nada. Todo depende de nuestra intuición y al principio es un poco confuso, pero más vale que le pillemos el truco pronto porque de un par de mordiscos nos vamos a la tumba.
Pasamos un buen rato con nuestro arma contundente, que luego cambiamos por una porra muy moderna, pero sigue siendo un arma de cuerpo a cuerpo. También nos hacemos con un guante de los que usan los carceleros. Esta pieza de tecnología futurista nos permite levantar objetos a distancia y lanzarlos o atraerlos hacia nosotros a placer. Esto nos servirá tanto para alcanzar bonus escondidos como para librarnos de nuestros rivales.
Cuando por fin encontramos un arma de fuego acribillamos al primer papiloma humanoide que sale en nuestro camino y descubrimos que sigue andando por muchos disparos que le demos. Y nos toca bailar pegados otra vez. Esquivar, pegar… Ah, pero hay ciertos momentos en los que, en mitad de un combo, aparece un icono que indica que podemos pegarle un tiro a nuestro enemigo. Ahí es donde las armas de fuego hacen verdadero daño. Entonces… ¿para qué sirven las armas de fuego en The Callisto Protocol?
Déjamelos a mí
No os engañaba al decir que esto no es Dead Space. Mientras que el título de Visceral Games era un shooter en tercera persona The Callisto Protocol es un brawler en el que podemos disparar a los enemigos a distancia, pero en la mayor parte de los casos es un desperdicio de munición. Cuando llevemos un rato jugando comprenderemos que casi siempre es mejor dejar que los hongos carnívoros vengan a ti o atraerlos con tu poder telequinético y soltarles cuatro zambombazos con la porra. Es mejor guardar las armas de fuego para usarlas como parte de un combo, descargarlas a quemarropa cuando el enemigo esta atontado.
La otra forma de eliminar enemigos de forma rápida es usar el entorno. Ventiladores, engranajes gigantes, paredes llenas de pinchos, todo el juego está plagado de lugares mortales. Usando nuestro guante mágico los levantamos del suelo y los lanzamos contra el punto mortal. Rápido y eficaz. La pena es que el guante funciona a pilas y estas tardan mucho en recargarse.
También existen enemigos más grandes con los que debemos guardar cierta distancia de seguridad, ahí entra en juego la táctica de correr, disparar un par de veces y volver a correr. Porque si los enemigos normales no se detienen demasiado por el impacto de las balas a los grandes les da la risa. Incluso con esos enemigos especiales al final tendremos que acercarnos varias veces para darles un par de toques con nuestro arma contundente.
Si no puedes con ellos, escóndete
Para romper la monotonía general los programadores de Striking Distance han añadido unas pequeñas fases en las que debemos usar el sigilo en lugar de ir a saco por mitad del pasillo. Primero tendremos que hacer esto para evitar que nos aplasten los todopoderosos robots guardianes y más tarde aparecerán unos mutantes que están completamente ciegos. Además siempre que llegemos a un lugar en la que nos espera un grupo de enemigos despistados podremos acercarnos sin hacer ruido y deshacernos de ellos de un solo golpe.
Todo esto da mucho asco
Nuestros enemigos son humanos mutados de la forma más horrible, piel arrancada, visceras colgando, cuerpos llenos de pústulas y huesos deformados de formas grotescas. Y no sólo se trata de las formas de vida, las paredes están llenas material biológico y ampollas. Cuanto más avanzamos en la historia más asqueroso se vuelve todo. Hacia la mitad de The Callisto Protocol ya estaremos acostumbrados a ir explotando burbujas de líquido viscoso con cada paso que damos. Así que cuando nos piden darnos un baño en las aguas fecales de la prisión no lo vemos nada raro.
Cada golpe y disparo que damos a los monstruitos se convierte es una oportunidad para que el motor del juego luzca su punto fuerte: mostrar desgarros y explosiones de material biológico. Al lanzarles contra un ventilador veremos cómo se convierten en una piñata de órganos que vuelan en todas direcciones. Pero las escenas de gore más subido están reservadas para Jacob. Cada vez que muramos la cámara nos mostrará un primer plano del enemigo destrozando el cuerpo de nuestro protagonista. Desmembramientos a tirones, desgarros de mandíbulas, pisotones que machacan la cabeza y la esparcen a su alrededor… The Callisto Protocol no es para estómagos sensibles, creedme.
Pero está bien o qué
The Callisto Protocol es un juego con un apartado gráfico espectacular. No quiero reventar la historia pero diré que hacia la mitad del juego y casi al final es cuando encontramos los momentos que más hacen lucir la potencia de nuestra Xbox Series X. Como juego de miedo termina siendo una historia de sustos. La historia no consigue despertar ningún instinto de supervivencia en el jugador, así que el miedo viene de los monstruos que salen corriendo de la oscuridad.
El apartado jugable es sensiblemente diferente al de Dead Space por lo que haberlo publicitado como su continuación espiritual no le ha hecho ningún favor. Aunque ser diferente no quiere decir necesariamente que se peor o malo. Los bailes que se marca Jacob para esquivar los golpes están hechos de una forma muy cinematográfica. Apalear seres infectos a garrotazos o lanzarlos contra los puntos mortales y ver cómo revientan es una auténtica gozada. En este caso ser diferente es bueno.
Te gustará si:
- Buscas un juego que se parezca a Dead Space pero tenga otra jugabilidad.
- Quieres ver cómo tu Xbox Series X muestra graficotes.
- El gore es tu vida, desayunas con Cannibal Corpse y te echas la siesta con Machetazo.
- Te pasas el día viendo vídeos de gente reventando granos. En ese caso The Callisto Protocol será un orgasmo continuo para ti.
No te gustará si:
- Piensas que va a ser igual que Dead Space.
- Eres una persona empática y te horroriza el sufrimiento ajeno.
- Tienes fobia a la suciedad. Si no soportas ver un poco de moho en el pan de molde será mejor que te alejes de The Callisto Protocol.