19 mayo, 2024

Indika: Con hábito y a lo loco

Tengo una clara propensión a disfrutar con los juegos lisérgicos. Más si demuestran tener un sentido del humor tan negro como es el caso de Indika. Así que no voy a ser nada parcial con esta fusión de Hellblade con LSD Simulator, remezclada con la mente y el gusto musical de Jeff Minter.

Indika Gameplay Steam Deck

Indika nos invita a acompañar a Indika, una monja rusa del siglo diecinueve que debe entregar una carta en otro convento. Lo que en principio parece una caminata sosa y aburrida por la fría nieve, se convierte en una surrealista historia plagada de momentos que se quedarán en nuestra memoria.

A lo largo de las tres horas que dura la partida nos veremos rodeados de sucesos sombríos y deshumanizantes que se mueven entre el horror y el humor más negro. Todo lo que vemos está mal, desde el punto de vista de la moral y el de la razón. Empezando por el acoso psicológico al que nos someten las monjas y continuando por las voces que atormentan a nuestra protagonista.

Si las voces de Senua provenían de un trastorno mental, la que susurra a Indika parece ser el mismo Satanás que no para de desanimarla en su vocación religiosa, a la vez que ejerce de narrador. Mientras tanto las visiones demoníacas que sufre sirven a la vez de alivio cómico y como resolución de ciertos puzles.

La aventura de Indika no es fácil de explicar, pasa de mostrar la fría y dura estepa rusa con un realismo crudo a invitarnos a echar una partida a un Frogger de monjas. Todo cabe dentro de este juego narrativo. Pasamos de momentos que nos muestra la dureza de la vida en aquellos años a escenas propias de una película de David Lynch.

Pasamos del cinema verité a echar una partida a un videojuegos clásico. De paisajes nevados recreados con Unreal 4 a pantallas llenas de personajes pixelados que nos cuentan el pasado. De escuchar sólo ráfagas de viento a que un techno machacón retumbe en nuestro oídos. De asistir a la muerte de soldado a caminar por una cabaña boca abajo. Nada tiene sentido, pero todo cuadra perfectamente dentro de Indika.

La jugabilidad también se mueve dentro de estos contrastes tan enormes. Nos cuenta una historia realista en la que nuestra protagonista no salta ni pelea, el único botón de acción es el de rezar. Pero a la vez Indika gana puntos de experiencia por realizar tareas y sube de nivel, accediendo a un árbol de habilidades que desbloquear.

Entre los consejos que nos ofrece el propio juego existe uno que te avisa de que «no te molestes en conseguir puntos, no llegarás a ninguna parte». Sin embargo el nivel adquirido durante el camino es importante en el final. Todo en Indika es ambiguo y deja más preguntas que respuestas, pero termina siendo satisfactorio.

Corto, surrealista e inteligente, Indika es una pequeña aventura que puedes terminar en una tarde y recordar durante mucho tiempo.

Te gustará si:

  • Eres aficionado a los videojuegos narrativos.
  • Carretera Perdida es religión para ti.
  • Buscas algo que echarte a la boca antes de la salida de Hellblade 2.
  • ¿A quién no le va a gustar una monja rusa del sigo diecinueve?

No te gustará si:

  • Buscas un juego con acción a raudales.

He acompañado a Indika por el desierto helado gracias al código de prensa enviado por 11 bit studios a través de Evolve PR.

By Ché Sáez

Maestro del hipérbaton, señor de las bestias, inventor del humor sin gracia, dixlésico y taaa...rtadmudo.

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