Death Kid, de los polacos Crooked Games, me ha sorprendido gratamente con su propuesta de combate cercano y lleno de acción, en un formato estilo roguelite que atrapa desde el inicio. El sistema de habilidades y mejoras que desbloqueas tras cada intento ofrece una curva de progresión adictiva: cada partida te empuja a avanzar un poco más, aprender de los patrones enemigos y ajustar tu estrategia.
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La dirección artística combina estética sombría y vibrante de forma muy efectiva, y los efectos visuales al destruir los cubos y derrotar oponentes le dan un aura muy satisfactoria al combate. El conjunto sonoro y los pequeños efectos, aunque discretos, ayudan a meterme de lleno en cada enfrentamiento.
En cuanto a narrativa, la historia no es complejísima, pero muestra destellos de misterio mediante fragmentos que se van desvelando en cada run. Eso, junto con ciertos detalles de diseño, crea el deseo de saber más sobre este mundo y los personajes implicados. No se trata de un juego narrativo profundo, pero consigue introducir curiosidad sin sentirse forzado.
El punto fuerte está en el ritmo: los niveles son rápidos, la dificultad sube con buen equilibrio, y eso mantiene el juego fresco. Alguna parte más pulida o arena adicional habría sido bienvenida, pero en su estado actual cumple muy bien como título indie con identidad propia. En general, me ha gustado mucho su sistema de combate dinámico, los toques roguelike hacen que cada run se sienta digna, y el apartado visual le da una aura elegante y oscura que funciona genial.
Jugué varias partidas sin parar, preguntándome cómo podía no haberlo probado antes. El equilibrio entre combate desafiante, estética cuidada y progreso constante le confiere personalidad propia y su jugabilidad engancha como pocas.
Me enganchó el sistema de combate y las mejoras roguelite: cada run es diferente, se siente el progreso y nunca aburre. La dirección artística me atrapó visualmente con su estilo sombrío con detalles vibrantes que aportan carácter. Además la narrativa es discreta, pero funciona gracias a que deja pequeñas pistas para mantener el interés sin forzar la historia.
Es para ti si:
- Te atraen los roguelites con combates exigentes.
- Tu lugar de confort es una mazmorra oscura.
No es para ti si:
- No buscas un reto a tu habilidad.