Mi primer contacto con los juegos de construir puentes fue viendo cómo dos amigos jugaban a Pontifex, el abuelo de los Bridge Constructor. Y mi primera reacción fue preguntarles qué hacían con esa puñetera mierda en lugar de jugar a algo de verdad. Me dijeron que era divertido, que lo probase, que me iba a gustar. A mí me pareció que esa era la típica escena en la que el inocente protagonista de la película le daba un tiento a la cocaína por recomendación de las malas compañías y ahí se torcía su vida. Así que les mandé a hacer gárgaras antes de que hubiese un fundido a negro y la siguiente escena me mostrase durmiendo entre cartones en un oscuro callejón. Además me pareció un juego aburridísimo.
Construir puentes como entretenimiento
A pesar de mi opinión ClockStone Studio siguió lanzando sus Bridge Constructor y creando una legión de seguidores. Una porción minoritaria del total de usuarios de videojuegos, sí, pero muy fieles. Y es que la idea de construir puentes como diversión no parece muy buena y a ojos de un gilipollas tan grande como lo era yo con veinte años no es nada atrayente. Sin embargo la peregrina idea de esta saga de juegos funciona a las mil maravillas. Sólo hay que jugar un par de niveles para enamorarte de por vida.
Pero claro, es que nada te incitaba a probarlos. Los primeros títulos de la serie parecían ser más un Autocad que algo entretenido. La aburrida herramienta de trabajo de un arquitecto y no un juego. Ejes, nodos, cuadrículas milimetradas, barras de herramientas y austeridad gráfica eran su seña de identidad. Nada en Pontifex llamaba la atención a primera vista. En su continuación, el primer Bridge Constructor no mejoró mucho la cosa. Ahora el escenario tenía colorinchi, pero seguía siendo más soso que una canción de Amaral. De modo que hacer que el gran público entrase en su singular oferta nunca fue su fuerte.
El fin de estos juegos es construir un puente (no me digas) que obedezca las leyes de la física y resista su uso. En el momento de proyectarlo podemos modificar lo que queramos en nuestro plano. Una vez probemos su resistencia entra a jugar la gravedad y lo que parecía algo sólido de repente puede convertirse en un amasijo de metal desplomándose. Y como tampoco es muy difícil crear una estructura que aguante vertical por sí sola, antes de pasar al siguiente nivel entra en juego el test final. Un tren o camión atraviesa nuestra obra una y otra vez para comprobar que aguantará el paso del tiempo. Parece simple, pero como buen título de puzles empieza pidiendo unir dos orillas de un río y acabas proyectando auténticas locuras propias de Gaudí.
Me sigue pareciendo una gilipollez
Calma, calma… te entiendo. Yo tampoco habría entrado nunca en esta serie de juegos si no fuese por la aparición de Bridge Constructor Portal. Ahí ya me tocaron el corazoncito. Consiguieron despertar mi curiosidad con este crossover. Construcción de puentes y pruebas de portales todo en uno. Eso sí que suena interesante. Y como parece que Portal 3 no va a aparecer durante este siglo, decidí darle una oportunidad a este experimento. Así que veinte años más tarde me introduje en el misterioso colectivo de la gente que se divierte planeando estructuras metálicas físicamente posibles y resistentes. Nada, es que no hay forma de que su premisa suene divertida…
Ahora no sólo tenemos que construir un puente y que un vehículo consiga ir del punto A al punto B sin que la estructura se desplome. La inclusión de elementos del universo Portal no sólo aportan un punto atrayente, además ayudan a crear el caos más divertido que puedas imaginar. Empezamos levantando un puente que cruza un simple charco de ácido verde. Poca cosa, por ahora se trata de aprender los botones y poco más. Desde este primer nivel ya vemos que la franquicia de Valve se ha apoderado de Bridge Constructor.
¿Dónde está mi cubo de compañía?
Los elementos del escenario son reconocibles por cualquier fan de Portal y nos hacen sentir como en casa. Los paneles lunares, esas estructuras móviles tan clásicas de Aperture Science, las señales de peligro, los tubos de transporte… toda la iconografía del clásico de Valve está aquí. Pero sobre todo se ha añadido lo más importante: ese sentido del humor cínico, sádico y extrañamente infantil que nos acompaña a lo largo de todas las aventuras de Chell. Personaje que, por cierto, no aparece en Bridge Constructor Portal. La que sí aparece es la otra protagonista de Portal, GLaDOS, que es la encargada de presentarnos cada tramo de pruebas. Con la misma simpatía y falta de empatía hacia los humanos que siempre la ha caracterizado.
El resto de elementos de la franquicia de Valve son introducidos en el plano de Bridge Constructor enriqueciendo la experiencia. Esto ya no trata de hacer un aburrido puente para que pase un camión o un tren. Ahora tenemos que hacer que los operarios de Aperture, representados de forma simple como en los clásicos diagramas explicativos de Portal, lleguen de un punto a otro con sus carretillas. Pero claro, las pruebas ideadas por GLaDOS nunca son tan sencillas. Tendremos que hacer que los pobrecillos atraviesen portales, salten con trampas neumáticas, esquiven a las pérfidas torretas…
Todas los aparatos potencialmente mortales que manejábamos en Portal están en Bridge Constructor Portal. Pero tranquilos, si los operarios salen despedidos de sus vehículos durante el recorrido y mueren de forma horrible da igual. A GLaDOS lo único que le importa es que las carretillas lleguen a su destino, de forma que podéis disfrutar de cómo los simples humanos son vaporizados por un rayo láser o se derriten en ácido.
No sólo de puentes vive el gameplay
En los primeros niveles aprendemos a levantar puentes que resistan al paso del tráfico para, según avanzamos, ir añadiendo otros elementos clásicos de la serie Portal. Nuestros bienamados cubos de compañía necesitarán de nuestra ayuda para llegar a los botones oportunos para activar una puerta o desactivar una trampa. O bien tendremos que colocar un par de rampas para que caigan encima de una torreta de vigilancia que está apuntando directamente al camino que deben seguir los operarios.
Otros elementos ya vistos en la saga de Valve entran a formar parte del elenco de Bridge Constructor Portal para enriquecer los puzles. Por ejemplo tendremos que levantar estructuras para que las bolas de energía que reboten y vayan a su objetivo. Los botes de pintura que aparecieron en Portal 2 juegan un papel importante en algunos niveles, permitiendo acelerar o hacer rebotar los vehículos.
Suena sencillo, sí. Pero no. A medida que escalemos por los 60 niveles de los que consta Bridge Constructor Portal veremos cómo la exactitud milimétrica a la hora de colocar las construcciones es parte fundamental de nuestro éxito. Prueba y error, amigos, prueba y error. Contruir, testear y mover un poquito a la izquierda… tal vez cambiar el ángulo…. volver a probar hasta que todo funcione como un reloj suizo. La complicación de algunas cámaras de prueba va a hacer que nos devanemos los sesos durante muchas horas. Sí, es un juego largo, complicado pero muy satisfactorio. Ver cómo todo acaba encajando a las mil maravillas tras cientos de pruebas es un gozo orgásmico.
El doble de sesenta motivos para jugarlo
El genio que pensó en unir los conceptos de Bridge Constructor y Portal en un solo título debería tener una calle con su nombre en cada ciudad importante del mundo. Dos conceptos a primera vista tan alejados se fusionan y encajan a la perfección. Son como una de esas parejas que no parecen tener nada en común pero duran juntos toda la vida. Jugar cada uno de los 60 niveles de Bridge Constructor Portal es un auténtico placer.
Y si te sabe a poco construir un puente para que pase una carretilla, no te preocupes. Bridge Constructor Portal cuenta con un botón llamado Convoy con el que podrás testear tu construcción con una serie de vehículos lanzados en tropel. Puede que tu estructura proyectada soporte perfectamente una carretilla pero el paso de una y otra y otra termine por romper un anclaje o cediendo una columna con el consiguiente desastre. Completar el juego es muy complicado, pero hacerlo con el doble check que otorga el modo horda es un trabajo hercúleo.
Si aún así sales triunfador y te quedas con ganas de más siempre puedes retarte a pulir cada nivel para que el puente cueste menos dinero o directamente jugar a otros títulos de la saga Bridge Constructor. Portal no la única franquicia que ha visitado esta curiosa saga de construcción.
Te gustará si:
- Eres fan de Portal, la mala leche y el sentido del humor nihilista están aquí junto con todos los elementos más icónicos del universo de Valve.
- Tus padres te obligaron a estudiar Bellas Artes cuando lo que querías era ser arquitecto.
- Te gustan los títulos de la serie Bridge Constructor y te sientes solo. Gracias a Bridge Constructor Portal podrás engañar a tus amigos un poco más normales que tú y meterles en tu universo
- De pequeño te regalaron un Exin Castillos y lo preferías a la Master System.
No te gustará si:
- La acción corre por tus venas y necesitas saltar, disparar y asestar navajazos a tus rivales online.
- Tu conocimiento de las leyes de la física te han llevado a demostrar que la Tierra es plana.
- De pequeño te regalaron un Exin Castillos y te dedicabas a comerte las piezas.