Análisis de Three Minutes to Eight: Morir y repetir

Esta inusual historia comienza cuando su protagonista despierta y se encuentra atrapado en un bucle temporal. Abre los ojos a las 7:33 de la tarde y muere 24 minutos después, a las 7:57 pm. El objetivo es romper el bucle y vivir más allá de las ocho menos tres minutos. Three Minutes to Eight es una imaginativa aventura desarrollada por Chaosmonger Studio y publicada a través de Assemble Entertainment, que viene dispuesta a enredar las mentes de los jugadores.

Debes conversar con varios personajes y resolver puzles para lograr escapar de la paradoja temporal. La verdadera fuerza de Three Minutes To Eight radica en su uso innovador de elementos aleatorios. A medida que el jugador avanza en cada iteración del bucle, las cosas cambian, como el lugar donde están los objetos, el nombre de la ciudad en la que se desarrolla la historia, el plato principal y la propiedad de un puesto de comida, incluso la apariencia de la novia del protagonista. Combinados, estos pequeños detalles refuerzan de manera experta una sensación de confusión y caos que está experimentando el personaje.

Al igual que en cualquier otra aventura point and click, se te ofrecen opciones de diálogo con los personajes que te cruzas. En principio nadie parece saber nada al respecto, pero a medida que repites el bucle y visitas nuevos escenarios de esta ciudad futurista, acabas interactuando con nuevos personajes y abriendo nuevas líneas de conversación con todos ellos.

Three Minutes To Eight es un espectáculo de pixel art, que combina perfectamente imágenes 2D y 3D . El paisaje urbano ciberpunk es una maravilla iluminada con luces de neón, con detalles en cada rincón. El estilo pixel art le da un encanto retro, mientras que los efectos 3D añaden un toque moderno. La destreza visual del juego se ve reforzada aún más por su banda sonora atmosférica, que recuerda a los clásicos de ciencia ficción. Sin embargo, el mundo del juego se siente algo confinado, con una exploración limitada más allá de la única calle donde se desarrolla la mayor parte de la acción.

Los personajes están llenos de carácter y dotados con una personalidad única, cuestión que se refuerza gracias a la excelente actuación por parte de los actores de voz. Eso sí, esas fantásticas voces están en inglés, con subtítulos en castellano. La calidad de los efectos sonoros y la música en todo momento contribuyen a la inmersión y profundidad del juego.

La evolución del estudio desde su anterior juego, Encodya, es evidente, cambiando 3D por un precioso pixelart y evolucionando en los narrativo gracias a los diferentes finales con los que cuenta. Por cierto que ahora mismo hay un pack en Steam con el que podemos conseguir ambos juegos por menos de cinco euros.

El principal problema de Three Minutes to Eight llega de mano de la repetición del bucle. Sí es cierto que se han añadido cambios dentro del mismo, pero al cabo de un numero alto de repeticiones nos veremos haciendo las mismas acciones una y otra vez. Y esto es algo que tendremos que hacer sí o sí al desentrañar las diferentes salidas del guión, con el consecuente y casi inevitable hastío.

Con muchos finales diferentes que inciden en su rejugabilidad, Three Minutes to Eight no es un juego pequeño. Se necesita una gran cantidad de tiempo para completar cada final, lo que puede disuadir a muchos jugadores que quieran un juego de rompecabezas rápido y sencillo. El título cuenta con hermosos gráficos, animaciones, efectos, voces y vale la pena intentarlo sólo por eso. El hecho de ser un juego bucle puede hacer que se vuelva tedioso cuando llevas unas muchas repeticiones. Sin embargo se hace disfrutable y merece la pena ver los diferentes finales.

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