Nos encontramos con un título del estudio Stormind Games, que tienen recorrido en cuanto a juegos de terror y tensión. Están detrás de los Remothered, sin ir más lejos. Ahora, con A Quiet Place: The Road Ahead, se atreven con una franquicia que tiene tres películas estrenadas y todo un universo bien asentado.
Tomamos el control de Alex, una joven que se enfrenta a un mundo del que cualquier aficionado puede dar lecciones. Su misión es evitar ser atrapada, descuartizada, asesinada y quizá no en ese orden. Vamos, que se masca la tensión en el ambiente o esa es la intención del juego. Hasta aquí, todo correcto.
La vida cotidiana ya es todo un reto. Pero añadir la constante amenaza de seres alienígenas hace que se vuelva insoportable. Cada paso que damos debe ser calculado, ya que el más mínimo ruido puede atraer a unas criaturas con la misión de exterminar cualquier amenaza terrestre. Sí, estamos en el lado malo de la evolución. Nos encontramos a menudo caminando en puntillas por edificios abandonados o al aire libre, tratando de no pisar latas de pintura, charcos o cristales rotos, lo que haría que los monstruos se abalanzaran sobre nosotros. Bueno, quizá no solo esas criaturas, porque hay más peligros en un mundo devastado.
Uno de los grandes desafíos del juego es moverse lentamente. A veces puede ser frustrante recorrer largos pasillos con tanta cautela, especialmente cuando cada nueva área requiere la misma prudencia. La condición asmática de la protagonista, Alex, añade otra capa de dificultad. Cualquier esfuerzo excesivo puede desencadenar un ataque de asma y, aunque podemos encontrar inhaladores y medicamentos, están contados. Dependiendo del nivel de dificultad elegido habrá más recursos disponibles, con lo que casi es aconsejable empezar por el nivel más alto de dificultad. Para una vez terminado el juego, darse un paseo y descubrir todos los secretos con algo de despreocupación.
Alex cuenta con algunas herramientas para sobrevivir. Su proyecto inicial es un detector de ruidos, un fonómetro casero que mide los decibelios de nuestras acciones y un micrófono que capta ruidos del mundo real a través del controlador. Esta función opcional puede aumentar la inmersión, ya que cualquier ruido hecho en la vida real puede atraer a los alienígenas. Sí, es uno de esos elementos que se ven pocas veces en PC, pero nos invita a activar el micrófono para dar más profundidad al juego. En consolas, desde los tiempos de Nintendo DS, ya lo hemos vivido con más o menos éxito. También disponemos de una linterna que necesita pilas y su uso excesivo puede dejarnos a oscuras en el peor momento posible.
Para quien ya conoce A quiet place…
A Quiet Place: The Road Ahead logra capturar la esencia de la saga cinematográfica, eso sin duda. No es un fan service realmente, pues prescinde de elementos traídos directamente de las películas. Es otra historia, pero con las reglas que conocemos. Mantener el silencio es el elemento crucial. La historia de Alex se desarrolla a través de documentos y entornos que cuentan las historias personales de los que intentan sobrevivir a la invasión. Por lo que no nos enfrentamos a un juego de acción, sino a una aventura en la que pasan cosas alrededor. A pesar de que la narrativa pierde algo de fuerza hacia el final, sigue siendo una experiencia conmovedora y bien ejecutada. Muy guiada, pues nos obliga a seguir un camino cada vez que se guarda la partida automáticamente, en puntos de control. Esto obliga a recorrer e investigar todos los rincones antes de hablar con alguien o ejecutar una acción, pues resulta imposible volver atrás y recoger un objeto coleccionable o más pilas, por ejemplo.
En cuanto al contexto, el juego se desarrolla unos meses después de la invasión que se ve en las tres películas con cada vez más detalles. Esta que hizo que el mundo se sumiera en el silencio para lograr la supervivencia. Alex es una músico asmática, acaba de descubrir que tiene motivos extra para sobrevivir y debe enfrentarse a un entorno de lo más triste, así como hostil. La muerte acecha y ella está decidida a avanzar, escapar y buscar un lugar seguro. Recuerda, las criaturas no saben nadar… de momento.
La jugabilidad se centra en el sigilo y la infiltración en primera persona. Debemos movernos con cuidado y evitar las amenazas. Aunque casi nos enfrentamos a un solo tipo de enemigo, no podemos matarlos. Por lo que debemos encontrar maneras de distraerlos con objetos como botellas y ladrillos. Es fundamental prestar atención a los sonidos que hacemos, ya que cualquier ruido puede delatarnos y llevarnos a una muerte segura. Tampoco podemos correr durante largos períodos y depende de un sistema de pulsación del botón en el mando que sobrevivamos a un ataque de asma. Este factor también juega un papel importante en la mecánica del juego. Situaciones de estrés, ambientes polvorientos o el uso de ciertos objetos pueden desencadenar un ataque. Si no se trata a tiempo con inhaladores, Alex puede colapsar y atraer la atención de los enemigos.
Uno de los puntos más frustrantes del juego es la gran cantidad de objetos interactivos señalados con pintura amarilla. Esto, al principio, no tiene mayor importancia. Pero llega a romper la inmersión, pues no parecen justificados del todo. Además, el ritmo se vuelve lento y repetitivo, especialmente en áreas donde debemos movernos con extrema cautela durante largos períodos de tiempo. Esto puede valorarse positivamente, pues es un estilo de juego en sí mismo. Quien desee destrozar enemigos a base de balas debería mirar en otro lado. Este es más de tomarse el tiempo necesario, buscar una sala oscura y conseguir que haya silencio alrededor. Con estas premisas, A Quiet Place: The Road Ahead se puede disfrutar enormemente.
Gráficamente tiene mucho que decir y un grave problema. Los entornos están sumamente detallados y el Ray tracing cumple visualmente en interiores, zonas boscosas y durante la noche, donde aporta un toque extra de inmersión. Aunque echamos de menos que los espejos reflejen a la protagonista, por ejemplo. Por otra parte, el rendimiento sufre enormemente. No es uno de esos juegos bien optimizados que funcionan en cualquier equipo.
Mientras en consolas actuales da el pego, los fps bajan notablemente en espacios diurnos y, sobre todo, cuando hay otros personajes en pantalla. El soporte para pantallas ultra anchas está disponible, pero presenta problemas en algunos menús. Aparte de esto, en PC es muy recomendable reiniciar el juego cuando se cambien algunos parámetros gráficos. Estos pueden quedar activos o desactivados a pesar de dar a guardar. Es algo en lo que deberían trabajar desde Sotrmind Games, pues resulta un fastidio. En nuestro vídeo se pueden ver algunos cambios entre hardware, con hardware de 2015 y 2020 o algo más moderno. Es más, también sería de agradecer que añadieran un testigo mientras calcula los shaders, para evitar trompicones hasta que el juego termina el proceso. Algo a lo que parecen renunciar algunos desarrolladores y que da pistas sobre por qué el rendimiento baja nada más empezar una partida… para luego ser fluido sin motivo aparente.
En resumen, A Quiet Place: The Road Ahead es una experiencia emocionante que captura la tensión y el terror de las películas en las que se basa. Aunque tiene algunos problemas de ritmo y diseño, ofrece una narrativa emotiva y una jugabilidad inmersiva que mantendrán a los jugadores al borde de sus asientos. Pendientes de alguna actualización, si tienes curiosidad por meterte en el mundo que han creado deberías darle una oportunidad. Es lo más parecido a estar ahí dentro, pues rellena esos momentos de las películas en los que te preguntas, ¿por qué narices ha hecho eso, si yo haría todo lo contrario?
Te gustará si…
- Has visto las tres películas
- Tienes un sitio silencioso y oscuro donde jugar
- Aguantas la respiración como Guybrush Threepwood
No te gustará tanto si…
- Te pone de los nervios tener que ir muuuuy despacio