John Carmack, CTO consultor de los esfuerzos de realidad virtual de Meta, declara que deja la empresa por estar «cansado de pelear». Carmack se unió a Oculus en 2013 como CTO, antes de su adquisición por parte de Facebook.
La noticia sobre la salida de Carmack de Meta se conoció ayer, cuando personas familiarizadas con la situación compartieron un mensaje interno del CTO con el medio Business Insider. Poco después, Carmack confirmó la noticia en sus cuentas de Facebook y Twitter, compartiendo el memorándum completo que comenzaba así:
«Este es el final de mi década en VR.»
John Carmack
Carmack ha criticado abiertamente los esfuerzos (o la falta de ellos) de Meta en AR y VR en el pasado, siendo su principal problema la eficiencia de la compañía.
En su nota, Carmack comentaba: «Tenemos una cantidad ridícula de personas y recursos, pero constantemente nos autosaboteamos y malgastamos esfuerzos». Y continuaba diciendo: «No hay forma de endulzar esto; creo que nuestra organización funciona con la mitad de eficacia de la que me haría feliz».
Carmack explicó por qué le preocupaban tanto los avances y declaró: «Si trato de influir en los demás, diría que una organización que solo ha conocido la ineficacia está mal preparada para la inevitable competencia y/o el apretón de cinturones, pero en realidad, es el dolor más personal de ver una cifra del 5% de utilización de la GPU en producción. Me ofende».
El ejecutivo sí señaló algunos aspectos positivos en su nota, como el hardware para móviles, el seguimiento desde dentro hacia fuera, la transmisión opcional a PC y la rentabilidad. Añadió que, a pesar de todas sus quejas, millones de personas sacan provecho del producto. Añadió que Meta está «mejor posicionada» para aportar valor a la RV a la mayoría de las personas en todo el mundo.
En la nota, Carmack también afirmaba que «como portavoz en las altas esferas», creía que debería haber utilizado mejor su influencia para hacer avanzar las cosas. Sin embargo, «evidentemente no fue lo bastante persuasivo». Su confesión incluía el hecho de que las cosas de las que se quejaba solo se volvían «suyas» tras uno o dos años y de que se acumularan los test internos sin llegar a ser algo que todo el mundo pudiera experimentar. Carmack añadió: «Nunca he sido capaz de acabar con las estupideces antes de que causen daños, ni de establecer una dirección y que un equipo se atenga a ella».
Aunque afirmó que la situación era «ciertamente autoinfligida», terminó el memorándum diciendo que la compañía debería «¡Tomar mejores decisiones y llenar sus productos de ‘Give a Damn’!»
