31 octubre, 2024

Ataque de Lizard Squad: motivos e intenciones

El ataque de Lizard Squad no ha ayudado al multijugador de Halo The Master Chief Collection a funcionar de una vez por todas, precisamente.
El ataque de Lizard Squad no ha ayudado al multijugador de Halo The Master Chief Collection a funcionar de una vez por todas, precisamente.

Tras el ataque de Lizard Squad por Navidad a Xbox Live y PlayStation Network por un lado y la heroica aparición de Kim Dotcom para frenar los actos del grupo de hackers por otro, llega la hora de rebobinar la cinta y echar un vistazo a los auténticos motivos que han llevado al grupo a fastidiarnos las fiestas navideñas.

El ataque de Lizard Squad no ha ayudado al multijugador de Halo The Master Chief Collection a funcionar de una vez por todas, precisamente.
El ataque de Lizard Squad no ha ayudado al multijugador de Halo The Master Chief Collection a funcionar de una vez por todas, precisamente.

Y es que uno podría dar por hecho que los motivos del ataque de Lizard Squad son tantos (y a la vez tan pocos, hilando un poco más fino) que quizá costaría enumerarlos usando el sentido común, por eso, qué mejor que los propios miembros del grupo para explicar sus motivaciones a la hora de realizar ataques DDoS a Xbox Live, PSN y cualquier servicio que se les antoje, capando las posibilidades de Xbox One y compañía en el caso que hoy nos ocupa.

Según explican en ciertas entrevistas sus miembros, desde Microsoft y Sony son incapaces de impedir el ataque de Lizard Squad porque sus empleados son, literalmente, monos detrás de ordenadores. Parece ser que en ninguna de las dos compañías tienen un gran dominio en el campo de la seguridad informática pese a que hace meses, en los primeros movimientos del grupo contra PlayStation Network, se aseguraba que los de Redmond dominaban bastante más el asunto que los nipones.

Aun así, en ambos casos con los conocimientos adecuados y algún que otro desembolso en ciertas infraestructuras el ataque de Lizard Squad podría haberse frenado sin problemas. Pero no ha sido el caso, y los hackers podrían haber ido más allá si realmente su intención no fuera criticar la situación de estos dos gigantes digitales, que cobran a cambio de un servicio y son incapaces de ofrecerlo en condiciones. Vaya, que su intención es denunciarlo de alguna manera, y no temen las consecuencias legales que puedan tener sus actos.

Sienten una especie de responsabilidad moral en criticar públicamente la situación, un deber con la sociedad. Si se tienen medios para hacer «el bien», hay que hacerlo. Por otra parte, aquello de «un gran poder conlleva una gran responsabilidad» no encaja en muchos de los miembros de Lizard Squad, que parecen no considerarse a sí mismos los mejores hackers del mundo, precisamente, quizá dando a entender que es bastante más sencillo de lo que parece echar abajo la seguridad de Xbox Live y PlayStation Network para derrumbar temporalmente los servicios de Microsoft y Sony.

Kim Dotcom para el ataque de Lizard Squad a Xbox Live y PlayStation Network a base de chantaje con cuentas de MEGA Privacy.
Kim Dotcom para el ataque de Lizard Squad a Xbox Live y PlayStation Network a base de chantaje con cuentas de MEGA Privacy.

Más rara aún resulta la aparición de Kim Dotcom, creador de MEGA y MegaUpload, con tal de parar solventar la situación a base de chantaje barato (cuya resolución deja por los suelos lo argumentado anteriormente), porque de otra forma no se puede definir… sea como sea, por aquí tenéis un recopilatorio de entrevistas en las que se explican los motivos del ataque de Lizard Squad a Xbox Live y PSN y con los que podéis intentar entender mejor sus intenciones y motivaciones.

Y si tenéis dudas sobre si el ataque de Lizard Squad volverá a repetirse… pues sí, es probable, aunque no a los servicios digitales de Xbox One, PlayStation 4 y compañía. Hoy, la víctima es Tor, un servicio que permite el anonimato en la red. ¿Las autoridades conseguirán pararles los pies?

By Fernando Mateus

Proyecto de ingeniero informático, amante de lo absurdo y propenso a dejarse llevar por la curiosidad y las buenas intenciones. Me crié en muchos sentidos en esta santa casa y vuelvo dispuesto a dar guerra.

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