Antes de hablar del rescate de Commodore que hay en marcha por parte de la comunidad, debemos dejar claro que la marca es mucho menos de lo que podría esperarse. El Amiga, para nosotros, era su mejor valor y dejaron que se disolviera entre multitud de patentes en manos difíciles de controlar en 2025. Pero bueno, vayamos a la noticia, que no tiene desperdicio y llevábamos tiempo detrás de una conclusión positiva.
Hace unos días, algo impensable tomó forma: el rescate de Commodore. Nosotros, como tantos nostálgicos del retrocomputing, hemos seguido con escepticismo los múltiples intentos fallidos de resurrección tras la bancarrota de la mítica marca en 1994. Sin embargo, este proyecto, liderado por Christian «Perifractic» Simpson, va más allá de un simple movimiento comercial. Aquí, lo que mueve las piezas no es el lucro inmediato, sino el deseo genuino de rescatar la visión original de Commodore.
Todo comenzó con una propuesta modesta: una licencia de marca. Pero el contacto con los actuales propietarios terminó con una sorprendente oferta de venta. Simpson, fundador del canal Retro Recipes y antiguo actor, reaccionó rápido. Reunió un equipo formidable y elaboró un plan de negocio. Convenció a inversores con una mezcla de experiencia, pasión y un equipo soñado de talentos ligados a la historia de la marca. Aunque el acuerdo financiero de siete cifras aún no se ha cerrado por completo, el grupo ya ha firmado un contrato de compraventa de acciones.
¡Y qué equipo! Igual reconoces nombres como Bill Herd, que diseñó el C128, o Albert Charpentier, ex vicepresidente de ingeniería. También están Michael Tomczyk, asistente del fundador Jack Tramiel, y David Pleasance, quien dirigió la empresa en sus últimos años con acciones como el gran cartel frente a las oficinas de SEGA en UK con el «TO BE THIS GOOD WILL TAKE SEGA AGES» para la CD32. Incluso el actor Thomas Middleditch, famoso por su papel en Silicon Valley, se ha sumado como director creativo. A ellos se suman figuras clave del panorama retro, desde artistas visuales hasta técnicos, pasando por auténticos guardianes del legado Commodore como Marvin Droogsma.
Como muestra de las intenciones del grupo, Compute!’s Gazette, la emblemática revista de informática, prepara su relanzamiento y contará en portada la historia completa de esta adquisición. Ese detalle resume muy bien el tono del proyecto: no se trata solo de recuperar un logotipo, sino de traer de vuelta una filosofía que marcó una época. Si tú has puesto en marcha un emulador Amiga o conservas un C64 restaurado, sabes bien de lo que hablamos.
¿Será distinto esta vez? No podemos asegurarlo. Hay obstáculos y muchos frentes por resolver. Pero hay algo diferente en este intento: una comunidad implicada, líderes con trayectoria y una base real de apoyo. Este rescate de Commodore no vuelve como un simple producto; vuelve como símbolo.