Un descenso psicológico al terror conspiranoico en Dark Atlas: Infernum

Dark Atlas: Infernum ofrece una aventura narrativa oscura, con atmósfera inquietante y dirección artística marcada.

Dark Atlas: Infernum es una aventura narrativa oscura que se adentra en lo sobrenatural desde una perspectiva humana y psicológica. Lejos de las producciones de gran presupuesto, propone un viaje inquietante envuelto en conspiraciones, simbología macabra y un descenso psicológico que mantiene el interés del jugador durante toda la experiencia.

Una narrativa con personalidad propia

El mayor acierto del juego es su identidad narrativa. El mundo está construido con mimo y transmite una sensación de universo inquietante, lleno de cultos, rituales y relatos ocultistas que encajan perfectamente con su tono. La historia avanza mediante escenas estáticas, textos y momentos interactivos donde cada decisión refuerza la atmósfera decadente y malsana. Incluso cuando el ritmo se vuelve irregular, la trama ofrece suficientes misterios y revelaciones para mantener al jugador enganchado.

El protagonista, atormentado y rodeado de amenazas invisibles, funciona como vehículo perfecto para adentrarse en un relato que recuerda al horror conspiranoico clásico, pero con un estilo propio.

Dirección artística que sostiene la atmósfera

Visualmente, Dark Atlas: Infernum apuesta por una estética muy marcada: escenarios sombríos, iluminación opresiva y una sucesión de imágenes perturbadoras que funcionan sorprendentemente bien dentro de sus limitaciones presupuestarias. Aunque los modelos y animaciones no siempre están al nivel, la dirección artística consigue que el conjunto resulte coherente y sugerente. Algunas secuencias, pese a su simplicidad técnica, quedan grabadas por su fuerza conceptual.

El sonido es otro de sus aciertos: efectos secos, ecos inquietos y una banda sonora que acompaña sin sobresalir, pero que mantiene la tensión constante.

Una experiencia guiada, pero efectiva

La estructura es muy lineal y centrada en la historia. La exploración es limitada y los puzles rara vez exigen demasiado, lo que lo convierte en un título accesible para quienes buscan más una experiencia narrativa que un desafío. Los momentos de interacción, aunque ocasionales, están bien integrados y ayudan a romper el ritmo de lectura o de escenas estáticas.

La duración es ajustada —quizá corta para algunos jugadores—, pero evita alargar innecesariamente una propuesta que funciona mejor cuanto más compacta se mantiene.

Lo menos logrado: técnica discreta y ritmo irregular

Donde Dark Atlas: Infernum tropieza es en sus aspectos técnicos. Las animaciones pueden resultar rígidas, algunos modelados no están a la altura y ciertos escenarios se sienten vacíos. El ritmo también presenta altibajos: capítulos que fluyen muy bien y otros que parecen estancarse. Sin embargo, aunque estos defectos son visibles, no empañan por completo lo que la obra hace bien: construir una atmósfera propia y llevarte de la mano por un descenso psicológico y simbólico.

Conclusión

Dark Atlas: Infernum sabe jugar sus cartas dentro de sus posibilidades: una narrativa atractiva, una ambientación sugerente y una dirección artística que destaca pese a sus limitaciones técnicas. No es un juego para quienes busquen acción o rompecabezas desafiantes, pero sí para los aficionados al terror atmosférico, al horror conspiranoico y a las experiencias narrativas independientes.

Con más pulido técnico y un ritmo más consistente podría haber llegado más lejos, pero aun así ofrece una aventura interesante, distinta y con momentos que se quedan contigo.

Hemos jugado Dark Atlas: Infernum en Xbox Series X gracias al código de prensa enviado por Mark Allen PR.