En el oscuro y sombrío reino de los CRPG góticos, surge una nueva narrativa que se atreve a explorar los confines de la magia prohibida y las decisiones con peso: The Necromancer’s Tale. Este título sumerge a los jugadores en un mundo de intriga política, magia arcana y venganza personal, ambientado en un reino alternativo cercano a Venecia en 1733. No es solo un juego de rol, sino una introspección en la psique de un nigromante, desafiando las concepciones tradicionales de poder y sus consecuencias.
La narrativa es, sin duda, la columna vertebral de esta experiencia. La historia se despliega a un ritmo deliberado, manteniendo un aura de misterio y pavor mientras el jugador desentraña los secretos de un tomo antiguo. Se juega como el hijo de un general deshonrado, forzado a navegar por un mundo donde las líneas entre el bien y el mal se difuminan con cada elección.
El juego se distingue por su enfoque en la construcción del personaje a través de una especie de elige tu propia aventura, donde las decisiones tempranas sobre el origen y la carrera del protagonista no solo moldean las habilidades, sino también las opciones narrativas futuras. Es una experiencia contada en tiempo pasado, como si el jugador estuviera recordando su propio descenso a la oscuridad.
Las decisiones del jugador son el motor que impulsa The Necromancer’s Tale. Desde el prólogo interactivo hasta las interacciones diarias con los más de 180 PNJ completamente doblados, cada elección resuena con consecuencias significativas. Un sistema de confianza intrincado mide la percepción de personajes individuales, clases sociales y la ciudad en general, con ramificaciones que van desde el ostracismo hasta el linchamiento.

El diálogo se convierte en una herramienta estratégica para la diplomacia, el chantaje o la seducción, y las estadísticas del personaje pueden abrir o cerrar caminos conversacionales, haciendo que cada interacción sea un cálculo. Las misiones secundarias se sienten orgánicas, enriqueciendo el mundo y su lore.
En cuanto a la jugabilidad, el combate es un sistema por turnos que permite a los jugadores combinar habilidades personales con el control de sirvientes no muertos. Dirigir una fuerza diversa de aliados humanos y cadáveres reanimados, cada uno con habilidades únicas, requiere un pensamiento estratégico. Para aquellos menos inclinados a la complejidad táctica, existe una opción de resolución automática. La exploración se entrelaza con la interacción, y un útil sistema destaca los objetos con los que se puede interactuar.
Si bien el mundo abierto puede sentirse un tanto modesto, sirviendo principalmente como telón de fondo para la excelente historia, cumple su función. El ciclo principal del juego implica descifrar rituales de un tomo antiguo a través de la investigación y las interacciones con PNJ, lo que culmina en la realización de hechizos oscuros.

Visualmente, el juego presenta una estética gótica con un estilo pictórico que se mezcla con un detallado arte 2D. Aunque las animaciones de los personajes y los entornos 3D pueden parecer un poco anticuadas y carecer de detalles, ciertos lugares son innegablemente hermosos. El diseño de audio, con una banda sonora gótica inquietante y un doblaje completo, sumerge al jugador en la atmósfera oscura y misteriosa del juego.
Sin embargo, The Necromancer’s Tale no está exento de defectos. El combate, aunque funcional, en realidad no es muy interesante y en ocasiones peca de repetitivo, con una IA enemiga sencilla. La interfaz de usuario y la gestión del inventario son un tanto como toscas y engorrosas, mientras que la navegación puede ser un desafío debido a la falta de marcadores útiles en el mapa.
A pesar de estos puntos, la profundidad narrativa del juego y su exploración temática única de la nigromancia lo convierten en un título audaz y distintivo dentro del género CRPG. Es un viaje lento pero gratificante para los jugadores que aprecian las historias complejas y las decisiones significativas en un mundo envuelto en la oscuridad.