Los líos con Halo no han cesado, y esta vez giran en torno a un elemento técnico crucial: el motor gráfico de Halo Infinite. En 2017, 343 Industries debatió internamente si debía abandonar su propio Slipspace Engine y migrar a Unreal Engine, una decisión que marcaría el rumbo del proyecto y su viabilidad a largo plazo.
Un documental interno, descubierto por Rebs Gaming en el perfil de Vimeo de un exdesarrollador, revela tensiones que se vivieron en el estudio durante aquel periodo. Aunque el vídeo fue retirado rápidamente, mostró al entonces director Chris Lee presentando una propuesta a Xbox en la que se consideraba seriamente la adopción de Unreal Engine. La presión era real: el equipo artístico de Halo Infinite llegó a amenazar con abandonar el proyecto si no se valoraba el cambio de tecnología.
Unreal Engine, desarrollado por Epic Games, es un motor ampliamente utilizado en la industria por su potencia, escalabilidad y versatilidad. Incorpora tecnologías como Lumen para iluminación dinámica y Nanite para geometrías complejas en tiempo real, permitiendo niveles de realismo sin precedentes. Frente a ello, Slipspace ofrecía herramientas específicas diseñadas para Halo, optimizadas para crear entornos expansivos, físicas alienígenas y batallas de gran escala.
En mayo de ese año, 343 Industries visitó a The Coalition —estudio responsable de Gears of War— para estudiar su implementación de Unreal Engine. Tras dos días de análisis, se tomó la decisión definitiva el mes siguiente. El informe técnico indicó que adoptar Unreal Engine habría implicado reconstruir toda la base del juego desde cero, un proceso que requeriría dos años adicionales de desarrollo. Además, se advirtió que esta transición comprometería la visión creativa del proyecto.
La decisión final se tomó mediante una votación interna, en la que el 85 % del liderazgo optó por seguir con Slipspace. Esta elección buscaba preservar la identidad visual y técnica de la saga, aunque generó división en el equipo. La controversia reveló que los líos con Halo no solo son narrativos o estructurales, también afectan la médula tecnológica de la franquicia.
Sin embargo, la situación evolucionó. En septiembre de 2022, tras un cambio de liderazgo, Halo Studios abandonó Slipspace en favor de Unreal Engine 5 para sus futuros proyectos. Esta transición plantea una nueva era para la saga, con una herramienta más potente que ya integra funciones como DLSS 4 —una solución de escalado inteligente desarrollada por NVIDIA— en su versión 5.6, ideal para mejorar rendimiento en entornos exigentes.
Para los seguidores de la franquicia, esta transformación tiene implicaciones directas. Unreal Engine 5 ofrecerá una experiencia más fluida, visualmente avanzada y con mayores posibilidades de innovación. Al mismo tiempo, surgen preguntas legítimas: ¿qué se pierde al abandonar un motor hecho a medida para Halo? ¿Cómo afectará esto a los próximos títulos, incluido el posible remake de Combat Evolved?
Este episodio demuestra que los líos con Halo van más allá de la jugabilidad o la narrativa. Son fruto de decisiones técnicas que repercuten en la identidad del juego y en cómo tú lo experimentas en pantalla. Mantener una franquicia relevante exige adaptarse, pero también saber qué legado conservar. Y en este caso, el motor gráfico fue el campo de batalla donde se jugó esa delicada elección.