Pluribus, la serie de Apple TV que cuestiona la felicidad obligatoria

Análisis de Pluribus, la serie de ciencia ficción de Apple TV creada por Vince Gilligan. Una propuesta provocadora sobre identidad, libre albedrío y felicidad colectiva.

Pluribus se ha consolidado como una de las series de ciencia ficción más interesantes de 2025 dentro del catálogo de Apple TV. Lejos de buscar el impacto inmediato o el espectáculo constante, la nueva creación de Vince Gilligan apuesta por una narrativa reflexiva, incómoda y profundamente humana, que invita al espectador a cuestionarse conceptos tan básicos como la felicidad, la libertad individual y la necesidad de pertenencia.

La serie presenta un mundo transformado por un fenómeno global que ha unido a casi toda la humanidad en una conciencia colectiva marcada por el optimismo permanente. En medio de esa aparente utopía encontramos a Carol Sturka, una escritora cínica y solitaria interpretada por Rhea Seehorn, una de las pocas personas inmunes al proceso. Su resistencia a integrarse en ese “todo” se convierte en el motor narrativo de Pluribus y en el principal punto de conexión con el espectador.

Una ciencia ficción centrada en el conflicto humano

Uno de los grandes aciertos de Pluribus es que utiliza la ciencia ficción como marco, no como fin. El verdadero conflicto no está en el fenómeno en sí, sino en lo que supone renunciar a la individualidad a cambio de una felicidad constante y compartida. La serie plantea una pregunta incómoda: ¿sigue siendo auténtica la felicidad cuando no existe la posibilidad de rechazarla?

Carol no encaja en el molde de protagonista tradicional. No es heroica ni especialmente agradable, pero su negativa a diluirse en la masa conecta con un miedo muy reconocible: perder aquello que nos hace únicos. A través de su mirada, la serie explora la fragilidad de la identidad personal en un mundo donde el conflicto ha sido erradicado a la fuerza.

Relaciones, emociones y pérdida de intimidad

Las relaciones personales juegan un papel clave en el desarrollo de Pluribus. En un entorno donde todos sienten lo mismo, la intimidad se convierte en algo excepcional. Los vínculos emocionales, y especialmente los románticos, adquieren un peso narrativo importante y sirven para subrayar el valor de las conexiones auténticas frente a la armonía artificial.

Este enfoque permite a la serie profundizar en el concepto de amor desde una perspectiva poco habitual en la ciencia ficción televisiva, reforzando la idea de que sentir no siempre equivale a ser libre.

Ritmo pausado y apuesta por la reflexión

En lo formal, Pluribus adopta un ritmo deliberadamente lento. Vince Gilligan prioriza los silencios, los diálogos cargados de significado y la construcción progresiva del conflicto. No es una serie pensada para el consumo rápido, y eso puede suponer una barrera para parte del público, pero también es lo que le da identidad propia dentro del panorama actual.

La puesta en escena es sobria y elegante, acompañando el tono introspectivo del relato, mientras que el reparto sostiene con solvencia una historia que se apoya más en ideas que en giros constantes.

Un final que refuerza el debate

El cierre de la primera temporada de Pluribus evita las respuestas sencillas. Las decisiones a las que se enfrenta Carol no ofrecen soluciones cómodas ni mensajes tranquilizadores, sino que refuerzan el debate moral que la serie ha ido construyendo episodio a episodio. Es un final que invita a la reflexión y deja claro que el verdadero conflicto no es salvar el mundo, sino decidir qué tipo de mundo merece ser salvado.

Conclusión

Pluribus es una serie que no busca agradar a todo el mundo, pero sí dejar huella. Una propuesta valiente dentro de la ciencia ficción de Apple TV que apuesta por la reflexión, el debate y la incomodidad emocional. Una experiencia que se disfruta más cuanto más se piensa y que confirma a Vince Gilligan como uno de los creadores más interesantes de la televisión actual.