Day of the Tentacle: un clásico eterno que brilla en Game Pass

Day of the Tentacle Remastered llega a Game Pass como una obra maestra de la aventura gráfica, pulida y atemporal.

Hay juegos que trascienden el paso del tiempo, no sólo por lo que significaron en su día, sino por la forma en la que siguen transmitiendo frescura y personalidad décadas después. Day of the Tentacle Remastered es uno de esos casos excepcionales. Para quienes crecieron con las aventuras de LucasArts es una cita obligada; para quienes no, es la oportunidad ideal para descubrir de dónde vienen muchas de las ideas que todavía hoy influyen en el género.

Day of the Tentacle Remastered Trailer

La versión remasterizada destaca desde el primer instante por su sobresaliente trabajo artístico. Todo el apartado visual ha sido redibujado a mano con una fidelidad sorprendente, llevando los escenarios y personajes cartoon del original a resoluciones altas sin sacrificar su esencia. No es un cambio agresivo, sino una reinterpretación respetuosa que aporta nitidez, color y dinamismo a cada pantalla.

Además, el juego permite alternar en cualquier momento entre el aspecto gráfico moderno y el clásico, lo que sirve tanto para apreciar el trabajo realizado como para revivir la experiencia tal y como fue en 1993. A nivel sonoro, otro tanto: diálogos limpiados, música remasterizada y efectos más claros, todo sin alterar el espíritu del original. Incluso la interfaz ha sido revisada para hacerla más intuitiva, abandonando el panel de verbos tradicional en favor de un sistema radial que agiliza el ritmo y facilita el juego en mando.

Pero más allá de las mejoras técnicas, lo que convierte a Day of the Tentacle en un imprescindible es que, incluso antes de cualquier remasterización, ya era una obra maestra. En 1993, LucasArts vivía su época dorada, y este título fue uno de los grandes responsables de consolidar esa reputación. Su narrativa delirante, su sentido del humor absurdo e inteligente, sus personajes exagerados pero entrañables y una cadena de puzles brillantemente diseñados lo situaron rápidamente como una referencia indiscutible del género.

La estructura que permite controlar a tres personajes en distintas líneas temporales —pasado, presente y futuro— sigue siendo una de las ideas más ingeniosas jamás implementadas en una aventura gráfica. Los puzles que surgen del intercambio de objetos entre épocas o de cambios que afectan al devenir histórico siguen resultando tan ingeniosos y satisfactorios como entonces.

Para entender por qué Day of the Tentacle es tan especial también es necesario mirar hacia atrás, concretamente hacia Maniac Mansion, la primera parte. Lanzado en 1987, aquel juego fue revolucionario gracias al motor SCUMM, que permitía interactuar con el mundo a través de un sistema de verbos y ratón que desterró la necesidad de escribir comandos. Su mezcla de humor, estética serie B y libertad para experimentar puso los cimientos de lo que LucasArts construiría en los años siguientes.

Day of the Tentacle no sólo es su secuela espiritual: es la culminación del lenguaje jugable que Maniac Mansion abrió al mundo. Donde la primera parte planteaba ideas pioneras, la segunda las perfeccionaba con una interfaz más limpia, un guion más sólido, un estilo visual más coherente y una ambición narrativa superior. De hecho, el propio Maniac Mansion está incluido dentro del juego a modo de homenaje, accesible desde uno de los ordenadores de la mansión. Pocos títulos celebran así su propio legado.

En ese proceso de maduración creativa hay dos nombres fundamentales: Tim Schafer y Dave Grossman. Su dupla fue responsable de llevar el humor, la personalidad y la creatividad del juego a otra liga. Schafer, más tarde conocido por obras como Grim Fandango, Full Throttle o más recientemente Psychonauts 2, ya demostraba aquí su habilidad para combinar mundos absurdos con personajes memorables. Grossman, por su parte, aportó claridad estructural, ritmo narrativo y un enfoque en puzles que, pese a su complejidad, rara vez se sienten injustos. Ambos entendieron que una aventura gráfica debía hacer reír, sorprender y retar al jugador a pensar de forma poco convencional, y Day of the Tentacle es una síntesis perfecta de esa filosofía.

Todo esto convierte a la remasterización en un título ideal para Game Pass: accesible, impecablemente adaptado, y capaz de ofrecer una experiencia que no depende de la nostalgia. Incluso quienes nunca han jugado una aventura gráfica clásica pueden disfrutarlo gracias a su fluidez, su ritmo, su humor atemporal y la claridad con la que se desarrolla cada situación. Y para los veteranos, la remasterización es un regalo: un recordatorio de lo ingenioso que podía ser un juego sin necesidad de acción frenética ni gráficos ultrarrealistas; simplemente con una buena historia, un diseño inteligente y un arte inconfundible.

En definitiva, Day of the Tentacle Remastered no es sólo una joya disponible en Game Pass: es una pieza esencial de la historia del videojuego, un clásico que brilla todavía más con el tratamiento moderno que ha recibido. Tanto si eres amante del género, como si quieres iniciarte en las aventuras gráficas, como si simplemente buscas un juego único que te haga reír mientras te exprime el cerebro, este título merece tu tiempo. Jugarlo hoy es una experiencia tan divertida, viva y sorprendente como lo fue hace más de tres décadas.

DesarrolladorDouble Fine Productions (original: LucasArts)
EditorXbox Game Studios / PlayStation Mobile (según plataforma)
GéneroAventura gráfica, point & click, comedia absurda
PlataformaPC, Xbox, PlayStation, Game Pass
Duración estimada8–12 horas
Estilo visualCartoon redibujado a mano, estética humorística y colorida
MecánicasControl de tres personajes en distintas épocas, puzles temporales, intercambio de objetos entre líneas temporales
Idiomas disponiblesInglés con voces originales; subtítulos en español y otros idiomas
Fecha de lanzamientoRemaster original en 2016; disponible en Game Pass desde 2025
Precio estimadoIncluido en suscripción Game Pass
Página oficialXbox Game Pass – Day of the Tentacle Remastered

Por Ché Sáez

Maestro del hipérbaton, señor de las bestias, inventor del humor sin gracia, dixlésico y taaa...rtadmudo.

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