21 noviembre, 2024

Devolver Digital se ha convertido por méritos propios en sinónimo de calidad. También de juegos independientes con mucha personalidad. Han sabido apostar por títulos del pelaje de Hotline Miami, Broforce, Olli Olli, McPixel 3 y más recientemente Pepper Grinder. Juegos que en principio no son para el público mayoritario, destinados a un nicho muy concreto, pero que enamoran a todo el que se acerca a ellos. Children of the Sun no es una excepción.

Children of the Sun Gameplay

El Culto

Nuestra protagonista parece la hija de Marilyn Manson y vive en un mundo en el que la gente tiene codos triangulares, las cabezas explotan de forma bellísima y los hombres mean tras una cortinilla pixelada. Su deseo es vengarse de una truculenta secta, de la que iremos descubriendo algunos detalles a lo largo de la partida.

Para ello cuenta con una habilidad que le permite disparar balas que cambian de dirección y tiene la enorme suerte de que a los objetivos de su venganza les guste reunirse en espacios abiertos. Cada nivel de Children of the Sun nos invita a merodear al rededor de los diferentes campamentos de los sectarios, buscando la forma de matarlos a todos con un solo disparo.

La bala mágica

Children of the Sun no va sobrado de narrativa, pero a lo que hemos venido aquí es a emular a Lee Harvey Oswald y su bala mágica. A ser un francotirador con poderes capaz de organizar el caos con un solo disparo. Controlamos a la chica mientras camina alrededor de sus objetivos, pero el disfrute está en controlar el proyectil.

Al principio para que todo consiste en disparar de una cabeza a otra. Una vez que alcanzas un objetivo entras en un modo apuntado en el que puedes buscar el siguiente cráneo que reventar. Incluso puedes tomarte tu tiempo eligiendo el próximo destino. Parece que todo va a ser muy sencillo.

No es muy complicado terminar Children of the Sun en la primera partida, aunque no es porque sea fácil sino porque atrapa. Constantemente nos va tirando nuevas habilidades y trabas para resolver cada misión.

No sólo apuntar y disparar

Primero los cultistas se ven separados sin visibilidad entre ellos, por lo que tienes que aprender a usar objetos explosivos para dar la vuelta. De paso puedes ahorrarte disparos si consigues que la onda expansiva alcance a varios sectarios. Acto seguido aprendemos a mover la trayectoria en pleno vuelo para alcanzar objetivos en movimiento o rodear obstáculos.

A lo largo de la partida de Children of the Sun tendremos que aprender tácticas para superar nuevos problemas. Muchos de los objetivos no están a plena vista y tendremos que hacer varios intentos para descubrir dónde se esconden. O acertar en puntos débiles de masillas para conseguir más velocidad y ser capaces de atravesar la armadura de un cultista acorazado.

Al superar cada nivel obtendremos una puntuación que nos dará un lugar entre todos los jugadores alrededor del mundo. Esto servirá de aliciente para que muchos jugadores repitan cada nivel, buscando pulir al máximo la trayectoria de la bala. Para los demás Children of the Sun durará entre cinco y seis horas.

En resumen

Children of the Sun se aleja de todos los juegos de francotirador gracias a su proyectil mágico. Consigue atrapar al jugador con cada nueva habilidad aprendida, lo que estira un concepto tan sencillo hasta convertirlo en una delicia de principio a fin. Sus gráficos propios de hace varias generaciones ayudan a crear un mundo oscuro e irreal, mientras que su apartado sonoro está ahí sin molestar demasiado. Lo mismo va por su narrativa. Como en muchos otros juegos independientes, se ha dado prioridad a lo jugable. Y ha sido un acierto.

Es para ti si:

  • Buscas un juego diferente que te haga darle al coco, pero sin pasarse.
  • Sueñas con volarle la cabeza a todos los miembros de una secta.
  • Te gusta ahorrar munición.

No te hará tilín si:

  • Prefieres los osos amorosos a Marilyn Manson.
  • Lo tuyo son las ametralladoras e ir a saco en lugar de acampar tras un árbol.

Nuestro agradecimiento a Devolver Digital por permitirnos analizar su juego.

By Ché Sáez

Maestro del hipérbaton, señor de las bestias, inventor del humor sin gracia, dixlésico y taaa...rtadmudo.

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