Beholgar 2: Nostalgia bárbara entre luces y sombras

Beholgar 2 recupera la esencia de los metroidvanias clásicos con un estilo retro y sombras en el apartado técnico.

El espíritu de los años 90 regresa con fuerza en Beholgar 2, la esperada continuación de la obra de Serkan Bakar. En esta nueva entrega, retomamos el papel del bárbaro homónimo en una odisea subterránea que nos enfrenta al inminente ascenso del rey Djinn. Se trata de una propuesta que no oculta sus cartas: es un metroidvania de corte clásico que busca capturar la pureza de los 16 bits a través de un mundo interconectado y un desafío que apela directamente a la nostalgia del jugador veterano.

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Una jugabilidad anclada en la tradición

En lo que respecta al diseño y la jugabilidad, Beholgar 2 se asienta sobre los pilares más reconocibles del género, ofreciendo una experiencia basada en la exploración meticulosa y el desbloqueo progresivo de habilidades. El pixel art es, sin duda, el elemento más destacado de este conjunto; el nivel de detalle en los escenarios y la construcción de su atmósfera logran evocar con maestría la estética de la era dorada de las consolas de salón. A medida que avanzamos, la obtención de armas legendarias y nuevas capacidades aporta la variedad necesaria para mantener el interés, haciendo que la aventura resulte entretenida y familiar.

Sin embargo, este enfoque tan marcadamente tradicional es un arma de doble filo. Si bien funciona como una experiencia directa y satisfactoria para quienes buscan un metroidvania «de los de antes», echo en falta una mayor voluntad de innovar o de distanciarse de los tropos ya conocidos. El título sigue los patrones establecidos con una fidelidad absoluta, lo que garantiza solidez pero impide que el juego sorprenda o aporte algo realmente fresco a un género que, hoy en día, cuenta con exponentes extremadamente creativos.

El desafío técnico: El mayor obstáculo del bárbaro

A pesar de sus virtudes artísticas, el mayor escollo de Beholgar 2 se encuentra en su acabado técnico, un apartado que empaña seriamente la fluidez de la aventura. Durante mis sesiones de juego, he experimentado diversos fallos que van desde textos mal implementados hasta animaciones que se quedan congeladas en los momentos más inoportunos. Estos problemas no son meramente estéticos, ya que situaciones como pantallas negras durante las transiciones de carga o menús que no responden con la agilidad necesaria terminan por romper la inmersión y frustrar el ritmo de la partida.

Esta falta de pulido se extiende también a la precisión del control y al equilibrio de la dificultad. En un género donde el milímetro cuenta, he detectado inconsistencias en el manejo —especialmente notable al jugar con mando— y un sistema de colisiones que no siempre es claro. Esto provoca que ciertos picos de daño, trampas o enfrentamientos con enemigos se sientan injustos, no por el diseño del reto en sí, sino por una ejecución técnica que no termina de estar a la altura de las exigencias del jugador. Además, los tiempos de carga resultan excesivamente elevados para una estructura de mundo interconectado, lo que penaliza la agilidad que se le presupone a un título de estas características.

Veredicto

En conclusión, Beholgar 2 es una obra que logra capturar la esencia de los clásicos con una presentación visual atractiva y una premisa que encantará a los entusiastas del estilo retro. Es una aventura que, en sus mejores momentos, resulta sumamente entretenida y evocadora. No obstante, su potencial se ve claramente limitado por una serie de deficiencias técnicas y áreas de diseño que requieren un refinamiento urgente.

Quienes disfruten de los metroidvanias de corte tradicional encontrarán aquí una propuesta sólida y honesta, siempre que estén dispuestos a convivir con sus actuales asperezas y a esperar que futuras actualizaciones terminen de pulir esta joya en bruto.