Bearly Brave: un roguelite de mazos tan adorable como perturbador

Bearly Brave combina estética adorable y trasfondo cruel en un roguelite de cartas con gran personalidad.

Bearly Brave llega a un terreno especialmente competitivo: el del roguelite de creación de mazos, un género que no ha dejado de multiplicarse desde el impacto de Slay the Spire. Sin embargo, este título desarrollado por Barbaric Games encuentra su hueco apostando por algo tan sencillo como efectivo: una identidad muy clara, construida a partir de un contraste tan adorable como perturbador.

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Estética engañosa, jugabilidad variada

A primera vista, el juego entra por los ojos gracias a su estética cuqui, protagonizada por ositos de peluche de aspecto inofensivo. Pero basta con avanzar unos minutos para descubrir que su universo es mucho más oscuro de lo que aparenta. Cada noche, estos juguetes cobran vida en una juguetería para participar en un torneo cruel, donde solo los más fuertes lograrán sobrevivir y aspirar a ser adoptados. La ternura inicial se ve rápidamente empañada por una sensación constante de amenaza, creando una atmósfera inquietante que define buena parte de la experiencia.

En lo jugable, Bearly Brave se apoya en una base conocida: combates por turnos mediante cartas, estructura roguelite y progresión basada en runs. No obstante, el título no se limita a replicar fórmulas ya vistas. El diseño pone un énfasis especial en las sinergias, haciendo que cada decisión —desde la construcción del mazo hasta el orden exacto en el que se juegan las cartas— tenga un peso real en el desarrollo de la partida. El sistema de “parches”, que actúan como modificadores persistentes, introduce variaciones constantes y obliga a replantear estrategias sobre la marcha, evitando que las partidas caigan en la rutina.

Profundidad con sello de Barbaric Games

Uno de los aspectos más destacables es cómo consigue equilibrar profundidad y accesibilidad. Aunque el número de mecánicas y combinaciones puede resultar abrumador en las primeras horas, el aprendizaje es progresivo y está bien integrado. El juego invita a experimentar, a fallar y a volver a intentarlo con un mayor entendimiento de sus sistemas, reforzando así una sensación de mejora constante y una rejugabilidad muy elevada.

Detrás del proyecto encontramos a Barbaric Games, un pequeño estudio independiente con raíces sudamericanas. Aunque su sede se encuentra en Estados Unidos, el equipo está formado por desarrolladores de países como Perú, Argentina y Colombia, y arrastra años de experiencia en el desarrollo de juegos para móviles. Ese bagaje se traduce aquí en un diseño pensado para ser fácil de abordar, pero con capas de profundidad suficientes como para mantener el interés a largo plazo. Una filosofía que encaja perfectamente con la propuesta de Bearly Brave.

Conclusión

En conjunto, Bearly Brave demuestra que todavía es posible destacar dentro de un género saturado si se apuesta por una identidad fuerte y por ideas bien integradas. Su combinación de estética adorable y trasfondo cruel, junto a un sistema de combate sólido y lleno de matices, lo convierten en una propuesta con personalidad propia. Un roguelite que engaña con su apariencia, pero que esconde una experiencia tan estratégica como despiadada bajo su fachada de peluche.

Recomendado para jugadores ávidos de nuevas experiencias en la construcción de mazos.