Ser un artista es duro. Expresar tus sentimientos mediante palabras que riman, colores en un lienzo o piedra tallada no es tan fácil como parece. Y desde luego no da tanto dinero como podría parecer. Por si fuera poco en cada reunión familiar tienes que aguantar al gilipollas de tu cuñado haciendo el chiste de que el arte es morirte de frío. Por suerte Vilius Prakapas, que ya tiene nombre de artista el jodío, ha creado Antipaint: un videojuego en el que podrás llegar a ser un artista famoso mientras borras del mapa todo el arte anterior.
La fama cuesta…
La nomenclatura moderna asegura que Antipaint es un roguelike twin-stick maniac shooter with Bob Ross, que viene a querer decir que disparas como en Smash TV y que vas desbloqueando mandangas en cada partida. O para los más jóvenes: un Vampire Survivors de la vida pero no puto dispara solo. Y con mucho cachondeo. Porque si hay algo que no hace Antipaint es tomarse a sí mismo o al arte en serio.
Cada nivel es una batalla entre un pincel controlado por nosotros y un montón de goterones de pintura que recorren sinuosos y homicidas caminos. Cuando les acertemos con un disparo dejarán un cadáver en forma de mancha de color y al terminar el combate habremos creado un cuadro típico de Jackson Pollock. Esta nada sutil mofa del movimiento pictórico action painting es tan sólo una de las coñas que Antipaint lanza hacia el arte moderno.
De esta forma iremos pintando varios cuadros, con el único fin de aumentar nuestra fama y ganar dinero para desbloquear nuevos personajes y armas. Los enemigos finales a batir son interpretaciones gamberras de obras clásicas, como la Gioconda con bigote y el Bostezo de Munch. Estos enfrentamientos, por cierto, son los más vistosos e imaginativos del juego.
… y aquí es donde vais a empezar a pagar
Al finalizar cada una de las pinturas se nos ofrecerá elegir entre tres mejoras o entraremos en la tienda, en la que podremos comprar aumentos de vida, nuevas armas secundarias y, en general, progresar en nuestro personaje. También está disponible la venta de nuestras obras de arte y otros minijuegos en los que aumentar o disminuir nuestra fama.
La fama es algo importante dentro de Antipaint, dado que podemos terminar la historia acabando con todos nuestros competidores dentro del mundillo artístico pero no haber conseguido la suficiente notoriedad, con lo que veremos un final malo.
Al terminar cada partida obtendremos nuevos colores para nuestros cuadros y nuevos personajes como brochas o botes de spray, los cuales cambian la forma en la que se juega debido a su forma de disparar y sus características generales. En general Antipaint cumple con todas las normas habituales de un roguelite.
Resumen
Este pequeño roguelite con fondo artístico es un alivio rápido entre tanto juego difícil que puebla el género. Sus partidas son cortas, los desbloqueables se consiguen tan rápido que ni sé a ciencia cierta cómo los he conseguido y su dificultad en general no es muy elevada. Su tono jocoso ayuda a que sigamos jugando después de terminarlo y la música merece un aplauso aparte. Lo único malo de su apartado musical es que deja con ganas de más, si tuviese más temas sería perfecto.
Te gustará si:
- Te gustan los roguelites pero no tienes tiempo para partidas largas.
- Prefieres a Duchamp o Manzon antes que a Matisse o Pollock.
- Te sobran unas pocas horas y ocho euros.
No es para ti si:
- Prefieres los roguelite que te reten a fondo.