19 abril, 2024

Análisis de Hi-Fi Rush, un yo contra el barrio con musicote y roboces

Hi-Fi Rush es un producto completamente atípico dentro de la productora Tango Works, padres de Evil Within y Ghostwire Tokyo. Es más, su productor jefe no es otro que Shinji Mikami, mente detrás de los primeros Resident Evil y productor del primer Devil May Cry. Todos los juegos mencionados tienen en común un aspecto oscuro, la seriedad de su historia y sobre todo mostrar fantasmas, monstruos y demonios por doquier.

Basta echar un vistazo a Hi-Fi Rush para ver que se han alejado de toda esa apariencia tenebrosa. Lo que tenemos entre manos es un mundo de color lleno de humor facilón y sin complejos. Sí que tiene en común, sin embargo, el sistema de combate lleno de combos de Devil May Cry u otras producciones de Mikami como Vanquish, Madworld o Viewtiful Joe. Ah, espera… a ese sí que se parece. Y mucho, ahora que lo pienso… Bueno, vamos al turrón.

Hi Fi Rush XboxManiac.es

Un lanzamiento meteórico

El pasado 25 de enero estábamos tan tranquilos viendo el Developer Direct de Xbox y Bethesda cuando Tango Works presentó su nuevo título: Hi-Fi Rush. Un beat’em up músical con aspecto de dibujos animados que prometía diversión a raudales. Cuando ya nos tenían enganchados a su nueva propuesta llegó el momento de anunciar la fecha.

Lo normal en estos casos es que digan que el juego es para el año que viene y luego lo vayan retrasando en varias ocasiones. Al final acabamos jugándolo un par de años más tarde de su anuncio inicial. Así suelen trabajar los grandes de la industria. Te ponen la zanahoria delante y la van acercando y apartando para generarte más y más ganas de pegarle un mordisco.

Peso eso no es lo que pasó, tras el tráiler de presentación de Hi-Fi Rush sus desarrolladores nos dijeron que ya estaba disponible. ¿Te ha gustado lo que has visto? Anda, descárgatelo ahora mismo. ¿Tienes Game Pass? Entonces no tienes que pagarlo. Si lo quieres lo tienes ya. Nos quedamos todos con el culo torcido. Ojalá todas las sorpresas fuesen como esta.

Análisis de Hi-Fi Rush, un yo contra el barrio con musicote y roboces
El último es un huevo podrido

Una comedia ligera (sin destripes)

El amigo Chai, a la sazón protagonista de Hi-Fi Rush, es un muchacho que quiere ser estrella del rock. Por circunstancias que no conocemos resulta que tiene el brazo derecho de adorno, de modo que se presenta voluntario en un programa experimental de recambio de extremidades humanas por partes robóticas llamado Proyecto Armstrong. Arm Strong, brazo fuerte… quién ha escrito este guión ¿Kojima? Chai entra en la cadena de montaje y por error le implantan su reproductor de MP3 en mitad del pecho y conectado a su nuevo brazo.

Los roles de los personajes están cargados de los tópicos y estereotipos de las series de comedia, pero es que no hace falta nada más para contar esta historia. No hace falta un guión sesudo y filosófico para repartir mandobles al compás. Chai es tonto del culo y la va a cagar una y otra vez cada vez que habla o actúa por su cuenta y arrastra al resto de compañeros con él mientras le echan la bronca. Algunos de esos compañeros y enemigos tampoco son precisamente unas lumbreras, con jocosas consecuencias.

En fin, que la historia te arranca más de una sonrisa y te lleva de la mano hacia el final. Las escenas animadas están para que nos tomemos un ligero respiro entre un momento de acción y el siguiente. No hace falta nada más para un juego de mamporros, pero los guinoistas de Hi-Fi Rush han conseguido que sea entretenido. Otro punto para el trabajo de Tango Works.

No tan rápido

Libera el ritmo que hay en ti

El extraño accidente de nuestro personaje principal hace que la IA que gobierna la cadena de montaje le catalogue como anomalía y lo escupa contra la pared. Al despertar Chai comprueba asombrado cómo todo lo que ve a su alrededor se mueve con el ritmo que marca su nuevo corazón. La música empieza a sonar y las máquinas se mueven al compás. Un pistón sube, tic, el pistón baja, tac. Un, dos, un, dos, tres y empieza Hi-Fi Rush.

Los robots de seguridad empiezan a perseguir a nuestro protagonista y tenemos que salir corriendo. Una puerta se abre con el tic, la puerta se cierra con el tac. Esperamos el nuevo tic y pasamos corriendo. Mientras huimos nos vamos habituando a llevar el ritmo con las plataformas. Moverse por un mundo que respira al unísono de lo que oyes es una auténtica delicia. Hi-Fi Rush ya nos está conquistando y aún no ha empezado lo bueno.

En un momento dado Chai descubre que su nuevo brazo tiene la habilidad de atraer chatarra y formar una guitarra Flying V con la que golpear a sus enemigos. Al compás de la canción, si puede ser. Y empezamos a machacar robots .

Análisis de Hi-Fi Rush, un yo contra el barrio con musicote y roboces
Roy Lichtenstein patrocina esta onda expansiva

Devil May Dance

Bien, vale. Lo de las partes de salto está ahí y mola bastante eso de que todas las plataformas vayan acompasadas, pero aquí hemos venido a repartir guitarrazos. Lo que nos interesa de la jugabildad de Hi-Fi Rush es ver si realmente hacer combos al ritmo de la música es divertido. Ya sabemos que resulta satisfactorio acertar con la combinación de botones correcta y partir la cara a multitud de rivales como si fuésemos Ryu Hayabusa. Eso lo hemos comprobado en infinidad de juegos de mamporros. Otros tantos títulos han hecho que nos divirtamos pulsando botones al ritmo. Pero las dos cosas juntas… esto es algo nuevo. No, Crypt of the Necromancer y Metal Hellsinger son muy bonitos pero esto no es lo mismo.

Para empezar vamos a aclarar un tema: en la presentación se prometió que no hacía falta seguir el compás de forma milimetrica para acabar el juego. Pues no es del todo cierto. Lo siento por los que sufráis de arritmia congénita pero ya os estáis olvidando de disfrutar Hi-Fi Rush. No hace falta pulsar el botón en el tic de la claqueta para que Chai empiece un combo o en el tac para que lo continúe. Puedes jugar como si la música no estuviese ahí.

Si tienes la paciencia suficiente tal vez veas el final del juego. Pero no vas a disfrutar de la experiencia y la dificultad va a ser infinitamente mayor para ti. Además existen partes en las que hay que hacer QTEs al ritmo y cada vez son más complicados. Se te permite repetirlos las veces que haga falta sin penalizarte, pero es un muro muy alto. Avisado estás, la frustración rondará todo el rato a tu alrededor.

Cada vez que golpeas de forma sincronizada con el palpitar del mundo todo va bien, pegas más fuerte, los enemigos sueltan vida, se carga la barra de magia, sube el marcador de combos y la nota que recibes al final. No hace falta ser un Steve Vai para completar el juego, se puede golpear fuera de ritmo de vez en cuando. Pero si quieres sobrevivir en los combates más duros de Hi-Fi Rush más vale que antes de entrar respires hondo y te hagas uno con el compás.

Análisis de Hi-Fi Rush, un yo contra el barrio con musicote y roboces
A volar

Un mundo lleno de color

El mundo creado para la ocasión por Tango Works es alucinante y dinámico. Allí dónde miremos encontraremos algo que se está moviendo al son de la banda sonora. Todo en Hi-Fi Rush respira música, no sólo las plataformas y otros elementos con los que debemos interactuar, el juego entero baila al unísono. Los ventiladores giran con la cadencia, el subir y bajar de los pistones marcan la medida, las rejillas se abren y cierran con la pauta…

Que todo el entorno se mueva no es que sea algo carente de mérito, Hi-Fi Rush usa el músculo de Xbox Series X|S para poder mostrar los entornos por los que se mueve Chai. Detrás de esa apariencia simple de dibujos animados se esconde el motor Unreal 4 llevado al límite, la cantidad de objetos que llega a mostrar en pantalla es apabullante. Y suave. Todo se mueve muy suave, cómo debe ser en un juego de estas característica.

Análisis de Hi-Fi Rush, un yo contra el barrio con musicote y roboces
Otro pelea más entre Dante y Vergil

Clavos de nueve pulgadas

La música de Hi-Fi Rush es espectacular tan espectacular como el resto de apartados (y la tienes en espotifai). Para un juego en el que debemos pulsar botones al golpe que marca la claqueta es necesario que los temas musicales tengan un ritmo constante. Porque si tenemos que seguir los cambios de compás que marca una banda de free jazz o una de math metal podemos acabar bizcos de los tres ojos.

Así que los músicos de Tango Works han compuesto una serie de temas que acompañan perfectamente la acción de Hi-Fi Rush durante sus niveles de plataformas y combates contra masillas. Y al llegar a los enemigos finales han tirado de billetera y se han hecho con los derechos de una serie de temas de grupos conocidos. Todos estos temas tienen en común un sentido del ritmo muy marcado durante toda su duración.

Este añadido musical incluye un par de temas de la banda industrial Nine Inch Nails, 1,000,000 y The Perfect Drug, la canción Invaders Must Die de los electrónicos The Prodigy, así como la marchosa Lonely Boy de The Black Keys. Tema este último famoso por su curioso vídeo musical.

Chai y un gatete muy majo que conoceréis al poco de empezar la historia
Si salen gatetes tiene que estar bien

Entonces, ¿me lo compro?

Yo diría que sí. Lo tienes incluido en Game Pass desde el primer día, con lo cual te lo puedes descargar y si no te gusta a otra cosa. Qué demonios, si tuvieses que pagarlo también te lo recomendaría. Hi-Fi Rush es dinámico y divertido. Su propuesta de peleas al ritmo engancha desde el primer guitarrazo y el sentido del humor de su historia te hará pasar un rato muy entretenido.

Te gustará si:

  • Eres fan de los juegos de Platinum. Hi-Fi Rush tiene la misma esencia y además le suma musicalidad
  • Los juegos musicales son lo tuyo. Bailas con Ulala, sueñas con otro Guitar Hero y te empecinas en pasarte todos los juegos usando los bongos del Donkey Konga o las maracas del Samba de Amigo.

No te gustará si:

  • Tus orejas están ahí para sujetarte las gafas o crear resistencia al viento.
  • Cada vez que bailas en una boda toda tu familia te hace hueco en la pista, para que no les pises.
  • El dueño del karaoke de tu calle finge que ha cerrado el negocio porque cada vez que entras le vacías el garito.
  • Tu profesor de música te puso un diez con la condición de que no volvieses a su clase.
  • El piano de tu abuela ha interpuesto una orden de alejamiento contra tu persona.
  • Te gusta Maná.

By Ché Sáez

Maestro del hipérbaton, señor de las bestias, inventor del humor sin gracia, dixlésico y taaa...rtadmudo.

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