Tsetseg’s Adventure es un juego indie de plataformas y puzles que bebe directamente de la era dorada de la NES. Su historia de origen es tan entrañable como inusual: fue desarrollado por un creador independiente como regalo para su hija, lo que imprime una capa emocional que lo distingue de otras propuestas similares. Sin embargo, más allá del encanto inicial, el juego presenta una experiencia con luces y sombras.
Un viaje clásico con estructura inteligente
Uno de los puntos más destacados del juego es su fidelidad al estilo retro. Visualmente, emula con precisión la paleta y limitaciones de una NES, con sprites simples pero efectivos, y una dificultad que progresa desde lo accesible hasta lo desafiante. Cada nivel introduce nuevas mecánicas, como el uso de bombas para resolver puzles o abrir caminos, lo que mantiene la atención del jugador en constante alerta.
La estructura de niveles también merece mención positiva. Cada puerta funciona como checkpoint, lo que evita la frustración de repetir grandes secciones tras morir, especialmente en los enfrentamientos contra jefes. Hablando de ellos, los cuatro jefes del juego ofrecen combates únicos, y al derrotarlos, el jugador obtiene mejoras permanentes. Una vez completado, Tsetseg’s Adventure permite una rejugada con todas las habilidades desbloqueadas, lo que incentiva una segunda vuelta con una sensación de poder acumulado.

El peso de lo familiar y los problemas de ejecución
A pesar de su carisma, Tsetseg’s Adventure no consigue desmarcarse del todo de sus referentes. Gran parte de su desarrollo resulta predecible, con mecánicas y situaciones que los aficionados al género ya han visto en incontables ocasiones. La falta de una identidad visual o mecánica propia debilita su impacto general.
A esto se suma una dificultad que a menudo cruza la línea de lo desafiante hacia lo frustrante. No hay checkpoints dentro de los niveles, por lo que un solo error —a menudo causado por trampas poco claras o detección de colisiones imprecisa— obliga a reiniciar secciones completas. El movimiento del personaje, algo lento, no ayuda en estas circunstancias, y alarga artificialmente la experiencia.
Por último, la banda sonora, aunque fiel a la época, peca de repetitiva y escasa en variedad. En un juego donde el ensayo y error forma parte esencial del avance, escuchar los mismos temas una y otra vez termina afectando la inmersión.

Conclusión: Una aventura con alma, pero camino por recorrer
Tsetseg’s Adventure tiene un corazón enorme y una propuesta honesta. Su origen personal, su respeto por el legado retro y su evolución hacia puzles más complejos lo hacen interesante para un nicho específico de jugadores. Sin embargo, la ejecución deja bastante margen de mejora. Con ajustes en la fluidez del movimiento, una mejor implementación de checkpoints, y una banda sonora más rica, el juego podría convertirse en una pequeña joya del género.
Te gustará si eres un fan acérrimo de las plataformas más clásicas y estás dispuesto a pasar por alto ciertas irregularidades.
No es para ti si lo que quieres es una experiencia pulida o innovadora.