En octubre de 2013 ya os avisamos de que The Spirit of the Samurai era un título que deberiáis tener en cuenta si os gustan los metroidvanias. Ahora por fin hemos podido poner las manos sobre este increíble juego hecho por los madrileños Digital Mind Games. Las animaciones stop-motion, la lucha con espadas y los gatetes acompañantes son sus cartas de presentación. Veamos qué tal ha salido la cosa.
Todo lo que vemos desde que da comienzo la aventura de The Spirit of the Samurai hasta que finaliza la historia es casi perfecto. El ambiente que se crea con su estética stop-motion es denso y aterrador. Desde los personajes protagonistas a los terribles onis con los que nos enfrentamos, pasando por los diferentes planos del escenario. Todo lo que vemos nos introduce de cabeza en la historia de Takeshi, un samurái que sigue su conexión mística.
Así que, en cuanto al apartado visual se refiere, el trabajo del estudio Digital Mind es digno de aplauso. La jugabilidad ya es otra cuestión. El conjunto sigue siendo un juego notable, pero hay que reconocer que muchas veces lo que se ve es lo que invita a seguir jugando por encima de cómo se siente.
El control de Takashi se nota supeditado a este apartado visual. Al estar basado en la técnica del stop-motion los pasos vienen medidos y los debemos tener en cuenta a la hora de jugars. Como si se tratase de Another World, Blackthorne o algún juego de plataformas basados en animación rotoscópica, tendremos que acostumbrarnos a los retrasos causados por la animación.
Esto influye a la hora de efectuar un salto en carrera si lo queremos ajustar al borde una plataforma. Es fácil acostumbrarse a pulsar el botón de salto un momento antes de llegar al límite, sobre todo si hemos jugado a Prince of Persia o Tomb Raider. El problema lo tuve al tener que acostumbrarme a tener que anticiparme durante el combate, especialmente a la hora de realizar un parry.
El tener que efectuar un movimiento tan ajustado como parar un golpe enemigo justo en el momento en el que su sable impacta contra nosotros debiendo tener en cuenta el tiempo que tarda en completarse la animación es… un poco demasiado para mí. Finalmente uno se acostumbra a todo, claro está.
Si a esto le sumamos que las cajas de colisión de The Spirit of the Samurai son un tanto torpes, el resultado es que la curva de aprendizaje de su combate es un poco empinada.
Por suerte el juego tiene un sistema de personalización de combate con el que puedes cambiar tus cadenas de combo. Con esto y un poco de paciencia por parte del jugador, la experiencia se convierte en positiva.
A lo largo de la historia también tomaremos el control de Chisai, la gata de Takeshi, y del pequeño Kodama. De esta forma daremos un respiro a la parte principal de The Spirit of the Samurai dando paso a zonas de sigilo o plataformeo más puro. Curiosamente estas pequeñas partes son mucho más gratificantes que las principales.
En definitiva The Spirit of the Samurai es un juego impresionante que se juega como un clásico de los años noventa. Adolece de algunas decisiones de diseño que hacen que su control esté algo encorsetado y tiene algunos problemas con sus hitboxes, que sin duda pueden arreglarse con sucesivos parches. Por encima de todo es un buen juego pese a algunas aristas.
Te gustará si:
- Te atrae el folclore japonés, con sus extraños demonios y aguerridos samuráis.
- Buscas un metroidvania con ideas nuevas y un combate exigente.
No es para ti si:
- Te rindes antes de empezar.
Hemos jugado a The Spirit of the Samurai en una Steam Deck gracias al código de análisis enviado por Digital Mind Games.