No ha pasado ni medio año desde que Contra Operation Galuga trajo de vuelta la querida franquicia de Konami, con un resultado notable pero que dejó un sabor de boca extraño entre los más veteranos del lugar. Estábamos ante un gran juego sí, pero las ganas de innovar en gráficos y jugabilidad mezcladas con una dificultad que provenía en gran parte de un control poco pulido hizo que no llegase al sobresaliente. No era el Contra que algunos habíamos soñado. Iron Meat se acerca más a ese sueño lleno de acción pixelada. Así de simple.
Ivan Valeryevich Suvorov comenzó a dibujar y programar Iron Meat en 2017 y el 29 de septiembre de 2024 verá cómo llega a Steam gracias a la ayuda de Retroware. Este largo proceso de desarrollo se traduce en una carta de amor a los run and gun más clásicos que grita Contra desde cada píxel.
Un experimento en la base de la Luna sale regulinchi y una sustancia conocida como la carne se escapa y la lía parda. Esta masa informe llega a la Tierra y parasita todo lo que toca, humanos, coches, trenes, edificios… Todo lo que entra en su contacto se ve transformado en un extraño ser lleno de maldad y vísceras externas que parece sacado de una película de Cronenberg. La nueva carne está aquí y la humanidad necesita que la cosamos a balazos.
El sistema de armas está sacado directamente de Contra 3: The Alien Wars, puedes llevar un total de dos armas independientes y cuando mueres sólo pierdes la que se encuentra en uso. Como añadido si recoges un arma que ya posees ésta se ve reforzada. Otra cosa sacada directamente de la entrega de Super Nintendo son las animaciones del protagonista principal, cuyos cuadros de animación están directamente calcados de los originales de Bill y Lance.
Aunque este pequeño robo se le perdona rápido dado que el resto de pixelart es impresionante. Todos los gráficos están llenos de detalles de lo más gore y son capaz de dar vida a los más alocados enemigos que el autor de Iron Meat ha podido imaginar. Amasijos de acero y carne forman todo tipo de criaturas sacadas de las pesadillas de un amante del metal más extremo. Todo cargado de un estilo muy característico y un lleno de un detalle asombroso. La música que acompaña la carnicería también es puro metal.
Como buen homenaje a los clásicos, Iron Meat es juego de lo más cabrón. Tiene tres niveles de dificultad, pasando de dar un paseo placentero en fácil a un reto para los mejores nohitters en difícil. El nivel normal, en el que solemos jugamos los seres humanos, te permite empezar cualquiera de los nueve niveles (si están desbloqueados) con quince vidas. Lo que puede parecer mucho en las primeras fases pero se antoja escaso hacia la mitad del juego, cuando los enemigos empiezan a descargar toda su furia contra ti y empiezas a amontonar bajas.
Por suerte siempre le puedes pedir a un amigo que juegue contigo. Doble potencia de fuego significa acabar más rápido con esos enemigos finales tan retadores que son capaces de terminar con todas tus vidas en un suspiro.
Gráficos pixelados, acción descerebrada y una dificultad que pasa de difícil a noporfavornomematesotravezmás en un par de niveles. Aquí no hay nada nuevo que ver, ninguna idea revolucionaria que vaya a marcar el devenir de la industria del videojuego, pero es que tampoco hace falta. Todo en Iron Meat encaja a la perfección para darnos unas cuantas horas de diversión directa.
Te convencerá si:
- Contra Operation Galuga te supo a poco o te dejó frío con su propuesta modernizada.
- Amas el píxel por encima de todo.
- Disfrutas los con juegos que te ponen las cosas difíciles.
No es para ti si:
- Lloras cuando te miran mal y te desesperas cuando tienes que repetir un nivel.
He jugado Iron Meat gracias al código de prensa enviado por Retroware a través de Keymailer.