25 abril, 2024

Análisis de The Creepy Syndrome cuatro pequeñas historias de terror

The Creepy Syndrome llega de mano de los desarrolladores Boomfire Games, de los cuales no se puede decir que se limiten a la hora de idear nuevos juegos. Tras el fantástico plataformero Furwind y el juego de cartas Cards of the Dead ahora se atreven con una serie de juegos de terror, que además cuentan con cuatro estilos diferentes. No se les puede pedir más variedad.

The Creepy Syndrome - Launch Trailer

Sabor ochentero

Como si una película de las series Creepshow o Historias de la Cripta se tratase, The Creepy Syndrome nos cuenta cuatro diferentes historias que se mueven entre el terror y el suspense fantástico. Estos relatos vienen unidos por un narrador que introduce y pone puntilla a los relatos. En este caso en lugar de tener al Guardián de la Cripta, Boomfire han desenterrado al propio Sigmund Freud para que haga las veces de anfitrión.

De esta forma el señor que inventó el psicoanálisis y lo de echar la culpa de todo lo malo a las madres nos ofrece que escojamos una de las historias para empezar a hurgar en nuestra mente. Estos cuatro minijuegos que componen The Creepy Syndrome se mueven en diferentes planos de jugabilidad y apartado artístico. Parece que con cada uno de ellos se ha pretendido homenajear a un momento diferente de la historia de los videojuegos. Eso sí, sólo del tramo correspondiente a los 80 y principios de los 90. Un auténtico ejercicio de nostalgia destinado, en principio, a aquellos que tenemos más años que un bosque.

Los Cuatro no Fantásticos

Estas diferentes historias no sólo difieren en su estilo y concepción, su calidad y longitud también es de lo más variable. Aunque ninguno excede del cuarto de hora. Todos ellos nos hacen pasar por un corto proceso en el que podemos elegir acabar en un final malo u otro no tan malo. Jugados del tirón podemos terminar el cuarteto de subhistorias en unos cuarenta minutos, el doble viendo todos los finales posibles.

Una chica con amnesia

La primera historia imita a un Doom, si la obra de id Software corriese en una GameBoy y sólo pudieses avanzar hacia adelante. Consiste en ir avanzando para llegar a ciertos puntos calientes. En ellos su protagonista va recordando su pasado mediantes una locución o un puzle muy simple que da como resultado una imagen. Esta parte de The Creepy Syndrome nos puede llevar unos cinco minutos y es casi inevitable que la tengamos que repetir porque es bastante tramposa. La primera vez es casi seguro que muramos. Los gráficos en escala de grises verdes a lo portátil de Nintendo tienen su aquel y la historia se defiende. Pero aconsejo encarecidamente apagar las voces para que no nos saquen del ambiente.

Una secta satánica cordobesa

La segunda historia se muestra con gráficos de ordenador de 8bits usando una paleta de tres colores: blanco, negro y rojo. Se trata de una aventura que me recuerda al Firelord de Spectrum. Aquí la historia nos pone en la piel de un policia nacional que debe investigar una secta en las afueras de Córdoba. Pese a su aspecto deslucido resulta ser la mejor parte de The Creepy Syndrome, teniendo que dar muchos paseos de aquí a allá con varios sustos por el camino.

Pulsa el botón rojo

La tercera historia de The Creepy Show imita a una aventura gráfica en primera persona como las que jugábamos en nuestros PCs 386 a principios de los 90. ¿Os suena KGB? Pues es muy similiar, aunque la complejidad de la aventura se limita a unas pocas pantallas y la historia narra lo que pasa desde que recibes la orden de lanzar un misil nuclear hasta que lo haces. Está alargada artificialmente para que veamos los remordimientos del protagonista.

The Creeoy Syndrome

El ritual

La cuarta miniaventura de The Creepy Syndrome trata de una adolescente que hace un extraño ritual que ha leído en internet. Aquí nos encontramos con unos gráficos de 16bits similares a un cartucho de MegaDrive, pero con unas mecánicas y escenarios que me recuerdan inevitablemente al Pyjamarama que pude disfrutar en mi Amstrad CPC. Este es otro de los puntos álgidos del juego, con una duración y mecánicas bastante respetables.

The Creepy Syndrome

En conclusión: tenemos una desarrolladora que cambia de género en cada uno de sus títulos y que con este en concreto no ha sabido pulsar las teclas correctas. The Creepy Syndrome no es un mal juego, son cuatro que fluctúan entre lo pasable y lo bueno. Te hace pasar un rato entretenido pero la corta duración de sus divisiones no da para engancharte a ninguna de las distintas narrativas, menos a la totalidad de ellas. Reconozco que he repetido alguna de ellas hasta que he dado con el final correcto porque me ha enganchado, pero dudo que vuelva a rejugarlo en un futuro cercano.

El aspecto gráfico es fenomenal, se nota que es su punto fuerte. El sonido no es precisamente lo suyo y las historias no tienen espacio para desarrollarse y llegar a atraernos, justo cuando parece que ya nos metemos en alguna resulta que tenemos que pasar a la siguiente. Lo mejor son las animaciones de los sustos, realmente creepys, y los minijuegos y puzles que adornan el título.

Hay que aplaudir la valentía de Boomfire Games por atreverse a probar con un género tan de nicho como el del terror indie, pero les pediría que volviesen a hacer un arcade como el divertidísimo Furwind y se dejasen de experimentos. También les ruego que le den un abrazo muy fuerte a la dobladora de la primera historia, porque se nota que no se dedica a esto y que le ha puesto muchas ganas exponiéndose a las críticas de la gente que no valora el esfuerzo.

By Ché Sáez

Maestro del hipérbaton, señor de las bestias, inventor del humor sin gracia, dixlésico y taaa...rtadmudo.

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