13 octubre, 2024

Análisis de Bang-On Balls: Plataformas redondas

Bang-On Balls Chronicles nos propone convertirnos en una pelota saltarina que quiere triunfar en el mundo del cine. Por suerte esta historia es sólo una excusa para realizar un plataformas 3D con varios mundos abiertos y cientos de objetos que coleccionar para llevar a cabo la historia o simplemente por el placer de descubrir todos los secretos.

Bang-On Balls Chronicles en Xbox Series X

Recordando las bolas locas

En los años ochenta se puso de moda un producto llamado bolas locas o madballs, unas pelotas de plástico que rebotaban con verdadera demencia. Pronto les pusieron caras, crearon una familia y acabaron haciendo una serie de dibujos animados. Y justo antes de terminar olvidadas detrás del sofá del salón y de ser reemplazadas por las manos locas o alguna mierda similar, llegó el videojuego para Spectrum, Commodore 64 y Amstrad CPC. Fue Creado por Steve Lamb, un veterano de la industria con varios éxitos en su haber y una indudable capacidad para mover objetos esféricos. Desgraciadamente no consiguió hacer un juego que mereciese la pena ser recordado. Y es que supeditar el combate a empujones entre diferentes pelotas que pueden salir disparadas en cualquier dirección de forma casi aleatoria y conseguir que eso sea divertido es prácticamente imposible. De hecho lo único memorable de Madballs es su música.

Ahora, en ocubre de 2023, llega este Bang-On Balls Chronicles intentando hacer lo mismo, pero con la tecnología actual, la cual permite que las pelotas protagonistas reboten en un terreno tridimensional lleno de desniveles. Además han aplicado unas físicas muy avanzadas a cada rebote, algo que era imposible imaginar en un ordenador de 8 bits. Entonces, ¿ha conseguido el equipo de Exit Plan Games que rebotar contra otras bolas de goma sea una mecánica divertida? Pues mira, no. Pero por suerte eso no es lo único que podemos hacer en Bang-On Balls.

Mundo abierto

Al comenzar una partida a Bang-On Balls nos encontraremos en el hub del juego, que es un estudio de cine a través del que llegaremos al resto de niveles con tienen temáticas variadas: vikingos, piratas, Japón… En cada uno de ellos tenemos una serie de objetivos que podemos cumplir de forma rápida, cargarnos al enemigo final y seguir a por el siguiente. Pero si jugamos así nos perderemos todo lo que el juego puede ofrecer.

La gracia de Bang-On Balls está en perderse por los diferentes niveles e ir recolectando los diferentes coleccionables escondidos, que pueden ser rollos de película o un número inabarcable de añadidos estéticos para nuestro personaje. Añadidos que pueden ser más que estéticos en algunas ocasiones, otorgándonos nuevas posibilidades de ataque, defensa y movimiento. Cuando digo que puedes perderte en los niveles lo digo de forma literal, muchos de los secretos pueden parecer una puerta que encierra una pequeña habitación con un cofre pero acaban siendo un nivel subterráneo que nos costará un cuarto de hora completar.

La cámara

Así que explorar los diferentes niveles del juego es un auténtico placer, las plataformas son de lo más placenteras gracias al movimiento de nuestras pelota protagonista. El problema de Bang-On Balls es que estas fases están repletas de bolas enemigas de diferente tamaño y para conseguir los coleccionables debemos luchar. Algunas veces son unos pocos segundos dando empujones y otras la pelota enemiga en cuestión es más correosa y debemos buscar un método para alcanzarla con nuestros golpes. Pero todos los combates suelen tener algo en común, algo que es el punto negro de Bang-On Balls: la puñetera cámara.

Para luchar debemos lanzar a nuestra bola contra el enemigo y ese movimiento rápido y feroz junto con el rebote tras el impacto, que puede ser en cualquier dirección, hace que la cámara se pierda durante unos instantes ya que esta intenta seguir constantemente la nuca de la pelota. La acción de combate es tan frenética que muchas veces terminamos perdiendo a nuestro protagonista, que ha rebotado hasta esconderse en algún objeto de la pantalla. Son sólo unos instantes y no es muy molesto cuando estamos dando saltos entre plataformas o rompiendo cofres. El aso es que cuando pasa en mitad de una pelea, y pasa siempre, estas milésimas de segundo son muy molestas y acabamos enfrentando a los enemigos con la técnica del machacar el botón sin ningún sentido.

Terminando

Salvando el problemas con las cámara el título en sí es capaz de tenernos entretenidos durante muchas horas, perdiéndonos dentro de las películas e intentando saber qué es lo que se esconde tras cada puerta. Si los cinco niveles que tiene Bang-on Balls Chronicles te saben a poco, sus creadores han prometido ir añadiendo nuevas fases tan grandes y llenas de secretos como las originales. Habrá que ver el precio que le ponen y la calidad de las mismas, pero promete horas de diversión buscando nuevos secretos ocultos.

Te gustará si:

  • Adoras los juegos de plataformas en 3D con sentido del humor absurdo.
  • Buscar secretos y recoger coleccionables es lo tuyo.

No te gustará si:

  • Te pone nervioso que la cámara no esté quieta un segundo.
  • Quieres un juego con una historia que te emocione y no sólo buscar nuevos tatuajes.

Hemos rebotado sin fin por el mundo de Bang-On Balls gracias al código de análisis proporcionado por Untold Tales Games.

By Ché Sáez

Maestro del hipérbaton, señor de las bestias, inventor del humor sin gracia, dixlésico y taaa...rtadmudo.

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