Vivimos una buena época para los amantes de los clásicos yocontraelbarrio. Desde la aparición del grandísimo Streets of Rage 4 muchos juegos del género han llegado a las estanterías de las tiendas. Algunos recuperando sagas clásicas, como Double Dragon Gaiden, y otros creando nuevas franquicias como Fallen City Brawl. Casi todos ellos con una calidad más bien alta. Alguno tenía que fallar. The Karate Kid: Street Rumble intenta capitalizar la nostalgia de la clásica franquicia de los años 80, pero a pesar de contar con gráficos atractivos, su jugabilidad resulta ser su mayor decepción.
Uno de los puntos más destacados de Street Rumble es su estética visual. Los gráficos son coloridos y bien diseñados, con personajes que rinden homenaje al estilo de la película original. Las animaciones son fluidas, y los escenarios están bien elaborados, lo que genera una primera impresión positiva. Sin embargo, a pesar de su atractivo visual, estos elementos no pueden ocultar las deficiencias en otros aspectos del juego.
La jugabilidad de Street Rumble es donde el juego realmente falla. Aunque el sistema de combate tiene potencial, se siente torpe y poco pulido. Los controles no son tan responsivos como deberían, lo que hace que ejecutar combos y movimientos especiales se convierta en una tarea frustrante. Las mecánicas de lucha carecen de profundidad y variedad, lo que lleva a una repetitividad que se vuelve rápidamente aburrida.
Otro aspecto que afecta negativamente la experiencia de juego es la inteligencia artificial de los enemigos. A menudo, los oponentes parecen predecibles y poco desafiantes, lo que resta emoción a las peleas. La falta de una IA desafiante hace que incluso los jugadores menos experimentados puedan completar el juego sin mucho esfuerzo, eliminando la sensación de logro que debería acompañar a los combates.
Además, Street Rumble peca de ofrecer una experiencia demasiado breve y carente de contenido significativo. Los modos de juego son limitados, y no hay suficiente variedad en los desafíos ni en los personajes jugables. Esto puede llevar a los jugadores a perder interés rápidamente, especialmente aquellos que buscan un juego de lucha que ofrezca un mayor nivel de compromiso y rejugabilidad.
En conclusión, The Karate Kid: Street Rumble presenta gráficos atractivos que logran captar la esencia de la franquicia, pero su mediocre jugabilidad, inteligencia artificial deficiente y falta de contenido lo convierten en una experiencia decepcionante. A pesar de las buenas intenciones, el juego no logra cumplir con las expectativas de los aficionados, dejándolos deseando una experiencia más sólida y gratificante. En su estado actual, Street Rumble se siente más como un intento de aprovechar la nostalgia que como un título digno de la rica historia de Karate Kid.
Es para ti si:
- Estás desesperado por echarte un nuevo beat’em up a la boca.
- Te basta con un pixel art excepcional.
No te lo recomiendo si:
- Buscas un buen juego de tortas, mejor elije cualquier otro de los aparecidos este año.
Ché Sáez 